Puebla. A lo largo de su vida, la hoy Benemérita Universidad Autónoma de Puebla no sólo ha preservado su patrimonio arquitectónico, sino que lo ha incrementado y sus inmuebles quedaron integrados en la lista que fue presentada para lograr la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
La BUAP se ha preocupado por mantener y recuperar edificios históricos donde hoy miles de alumnos toman clases, reconocen su valor arquitectónico y también la información que forma parte de su historia, señalo Antonio Juárez Burgos, autor del libro Patrimonio Arquitectónico Universitario. Centro Histórico.
Durante una plática con estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Electrónica, presentó cada una de las características de los inmuebles más importantes Institución, como el Carolino, edificio emblemático que ha sido testigo de su historia de lucha desde que era Colegio del Espíritu Santo, posteriormente Colegio del Estado, Universidad de Puebla y finalmente Autónoma y Benemérita.
Con una arquitectura neoclásica y renacentista que ha causado la admiración de quienes le visitan, su primer patio presenta 14 pilares cuadrados con arcos de medio punto y algo especial, su reloj de sol que todavía funciona. “Hace tiempo un experto francés que estuvo en el Carolino lo vio y decidió hacer mediciones, encontrando sólo minutos de diferencias en la hora”, comentó Juárez Burgos.
Recordó también la visita de un experto de la Universidad de Berlín, quien pidió lo dejaran recorrer los pasillos por donde una vez paso Francisco Javier Alegre, historiador, geógrafo y traductor, quien fue un jesuita del Colegio del Espíritu Santo, y quien en “una consulta que hizo el Rey Carlos III sobre de dónde provenía el poder, fue el primero que afirmó que no provenía de Dios, ni del Rey ni del Papa, sino del pueblo”.
Habló asimismo del edifico que se encuentra en la 4 oriente 414, donde hoy se ubica la preparatoria Lázaro Cárdenas del Río, el cual data del Siglo XVII y cuya fachada corresponde a un sólo cuerpo rectangular simétrico, compuesto por vanos y macizos, donde vivió Antonio del Rincón, de ahí el nombre del la casona.
Mezclando los detalles arquitectónicos con la historia y las anécdotas, el universitario de la BUAP comentó que este personaje fue uno de los padres de la lengua, hablaba varios idiomas indígenas además del castellano, latín y griego, fue nieto de los Reyes de Texcoco y cuando presentó su examen para ordenarse con los jesuitas, lo hizo en latín.
Juárez Burgos quien en su libro presenta las principales características de 48 inmuebles universitarios, conminó a los estudiantes a conocer la historia de la Máxima Casa de Estudios de Puebla, a recorrer cada uno de los edificios, pero sobre todo, a conocer la historia de una institución de la que forman parte.
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