Eduardo Ibarra Aguirre. Concluido el levantamiento de las 3 mil muestras domiciliadas por cada una de las dos las encuestadoras Covarrubias y Nodo Investigación + Estrategia, y en pleno procesamiento de la información recabada para seleccionar al representante de las izquierdas en la puja por Los Pinos, apareció en el escenario el consejero presidente del Instituto Federal Electoral para complicar el panorama a los contendientes y a los tres partidos con registro y un movimiento que representan.
Cuando todo camina en la dirección de dotar a las izquierdas de un abanderado a la Presidencia de la República, Leonardo Valdés Zurita sentencia que el método de aplicar encuestas para elegir al candidato presidencial del PRD “no está incluido en los estatutos de ese partido político”, de tal suerte que los órganos directivos “deberán tomar las decisiones en términos estatutarios y posteriormente comunicarlas a la autoridad electoral”.
Por si lo anterior no fuera suficiente, Valdés Zurita les recordó a los contendientes que la selección de candidatos a la Presidencia “comienza en la tercera semana de diciembre. Cualquier decisión que tomen los partidos antes de esa fecha tendrá que ser revisada por sus órganos directivos, ser convalidada y comunicada al IFE”.
Muy probablemente el otrora dirigente del Partido Mexicano de los Trabajadores tenga razón, pero lo extraño es que lo advierta hasta ahora y en un acto oficial, justo cuando el proceso de selección entre Marcelo Ebrard Casaubon y Andrés Manuel López Obrador se desenvuelve sobre cauces certeros, tanto que el primero ya le puso números: 80 sobre 20 que tendrán éxito. En contrapartida, María Amparo Casar –la coordinadora de asesores de Santiago Creel cuando se desempeñó como secretario de Gobernación, enseguida defensora casi de oficio del candidato presidencial Calderón y ahora analista independiente–, persiste en el esfuerzo intelectual de augurar malos resultados para el método de elegir por primera vez un candidato presidencial por la vía de las encuestas.
En tanto perdure el compromiso suscrito por los dos aspirantes y la vocación unitaria sea el sello distintivo tanto por vocación como por eficacia política, además de que todo ello impregne a los dirigentes y activistas, y éstos sean capaces de sortear los desencuentros por la penosa elección de consejeros en el Distrito Federal, Oaxaca y Zacatecas, será viable sortear las dificultades no sólo durante la próxima semana sino hasta en el mismo Tribunal Electoral.
Mas el desencuentro entre el titular del Ejecutivo federal y Vicente Fox adquiere nuevos y pronunciados riesgos, al expresar en Puebla Manuel Espino Barrientos, cabeza del Movimiento Volver a Empezar y expresidente de Acción Nacional, que primero votaría por López Obrador que hacerlo por Ernesto Cordero “impuesto por Felipe Calderón”. Incluso reportó los acercamientos realizados con los partidos Revolucionario Institucional y otros de las izquierdas.
Las muestras de unidad de la familia panista –sólo una docena manejan el partido– en el cierre de campaña de Luisa María Calderón Hinojosa en Morelia, con la asistencia de 52 mil personas de acuerdo a los organizadores y la presencia de Maribel Guardia para entretenerlos, sirven para la foto y sobre todo para la imagen televisiva que ya la presenta como triunfadora en la contienda por la gubernatura michoacana, a pesar del desastre que en materia de seguridad pública mantiene su hermano tras cinco años de operativos federales, y un gobernador perredista incapaz de diferenciarse más y mejor, mientras Cocoa Calderón promete abatir la inseguridad a una ciudadanía que no es amnésica.
No Comments
Comments for Encuentros y desencuentros are now closed.