Al inicio de 2012, el Laboratorio de Biodiesel de la Facultad de Ingeniería Química de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla desarrollará las primeras pruebas para fabricar el bioenergético a partir de la semilla de la higuerilla, cultivo cuya producción deberá impulsarse en el estado, con la puesta en marcha de este proyecto.
Tras su apertura el 12 de septiembre, el equipo científico de esa unidad de investigación, a cargo del Doctor Manuel Sánchez Cantú, planea obtener en enero del siguiente año los primeros litros del biocarburante, mismo que abastecerá a los camiones del Sistema de Transporte Universitario (STU) de la Institución.
Se trata de un plan que no sólo considera la producción del biocombustible, desde la limpieza de la materia prima, extracción del aceite y fabricación, sino también su uso en las unidades del STU, con lo que la BUAP se convierte en la primera universidad del país en contar con un sistema integral de producción que abarca el proceso completo.
Si bien es cierto, señaló Sánchez Cantú, existen ya algunas plantas productoras en México, sólo dos instituciones de educación superior cuentan con este tipo de maquinaria: la Universidad Vasconcelos de Oaxaca y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Sin embargo, ninguna de las dos incluye operaciones de limpieza y extracción del aceite, como sí ocurrirá con el Laboratorio de Biodiesel de la BUAP.
Una vez completada la instalación del equipo, en los días siguientes se desarrollarán las primeras pruebas con cada una de las máquinas para probar su funcionamiento y eficiencia, a fin de tenerlas listas para iniciar la producción de manera formal, señaló Sánchez Cantú.
El Laboratorio de Biodiesel cuenta maquinaria para limpiar la materia prima con capacidad para descascarar 300 kilos de semilla por hora; una prensadora para extraer el aceite, una planta piloto capaz de procesar hasta 72 mil litros de biodiesel al año en jornadas de dos turnos, y una centrífuga que separará trazas de glicerol, sales metálicas y otras impurezas.
“Con la primera máquina ya limpiamos unos 200 kilos de semilla de higuerilla. Estamos en el arranque de la prensadora, para extraer el aceite, además de que la planta piloto ya fue armada”, detalló el joven investigador, doctorado en Materiales y Nanoestructuras en el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP).
El financiamiento del equipo corrió a cargo del Fondo Mixto (FOMIX) Conacyt Gobierno del Estado de Puebla con una aportación de un millón 644 mil pesos, de los cuales 960 mil se destinaron a la compra de las tres máquinas y el resto se empleó en reactivos y materiales adicionales como hornos, balanzas y matraces, entre otros, detalló el científico.
Los retos
Reproducir el proceso de producción del biodiesel obtenido en el laboratorio y trasladarlo a la planta piloto de forma exitosa, será el principal reto de los científicos de esta facultad en los siguientes meses del año, admitió Sánchez Cantú.
“Las nuevas instalaciones se recibieron a la mitad de agosto, con un retraso de ocho meses, y tengo que decir que no es sencillo pasar del laboratorio a la planta piloto, es decir, replicar el proceso a escala industrial. De hecho muchas de las investigaciones a nivel mundial se detienen en este paso. No obstante, tenemos buen tiempo para las pruebas, al menos unos ocho meses, para que finalice el proyecto de acuerdo con los plazos pactados con el FOMIX”, comentó.
Por ello, se prevé que entre enero y abril se obtenga el biodiesel en mayores cantidades y en mayo se pruebe su eficacia en una de las unidades del STU, para posteriormente evaluar los rendimientos o detectar anomalías, si ocurrieran, en el funcionamiento del motor a causa del biocombustible.
La planta piloto tiene una capacidad de producción de 50 litros diarios del bioenergético. Según el plan durante las pruebas se usarán mezclas de 20 por ciento de biodiesel y 80 por ciento de diesel para abastecer a los camiones, a partir de lo cual se evaluarán los resultados.
Para el investigador, otro de los retos del proyecto será contar en el corto plazo con la materia prima suficiente, de forma continua, para abastecer al laboratorio y lograr que Puebla se coloque en el camino de la producción de biodiesel a gran escala en el país.
Refirió que si bien los resultados del proyecto se entregarán a la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) a mediados de 2012, consideró que desde hoy la dependencia debe promover la siembra de la higuerilla en el campo poblano, ya que su cultivo representa una oportunidad para reactivar la producción agrícola y el empleo en algunas regiones de la entidad, y a la vez, abatiría la migración.
Inclusive, el investigador llamó la atención de las autoridades gubernamentales para acelerar el impulso a la producción de combustibles alternativos en Puebla y diseñar políticas de fomento al desarrollo de energías sustentables, además de establecer medidas legales para su uso y producción, tal como ya ocurre en otros países.
De lo contrario, advirtió, el proyecto para producir biodiesel a partir de la semilla de la higuerilla no tendrá continuidad, “pues sin el respaldo decidido de todos los sectores, el plan quedará como una curiosidad científica más, además de truncarse la posibilidad de que Puebla sea pionera en la fabricación del bionergético”.
“Al menos en este caso deben dejarse de lado las cuestiones partidistas y crear nacionalismo como ya lo hicieron Brasil, Argentina o China, naciones que enfocaron todos sus esfuerzos hacia un fin específico en la producción de biocombustibles como biodiesel, etanol y otras energía alternativas, de lo contrario, nos van a seguir ganado”, culminó.
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