No importa que tengas Facebook, Twitter, Google+, MySpace o Tumblr, tu carrera profesional puede verse afectada si llegaras a publicar algún hecho o comentario que hable mal de las personas que conoces, o si colocas una imagen que ponga en duda tu reputación.
La firma comScore señala que los mexicanos son de los que más tiempo dedican a las redes sociales: una herramienta útil para posicionarte como marca en el mundo de Internet o para hacer crecer tú negocio.
Decir todo lo que haces
Conoce las peores equivocaciones al usar estos sitios y aprende a evitarlas.
Publicar si estás comiendo, si tienes frío o calor, si ya te despertaste o vas a dormir, son algunas exageraciones que cometen los usuarios.
Un mejor plan es hablar o enviar mensajes sólo cuando realmente tengas algo único que decir, sugiere James Alexander, presidente ejecutivo y fundador del sitio Vizibility, que ayuda a profesionales a controlar sus identidades en línea.
Aunque es fácil obsesionarse con el número de tus seguidores en Twitter o con las puntuaciones Klout (una medida de influencia en las redes sociales), muchas personas han olvidado que su marca (perfil) depende de más que sólo opiniones breves sobre las últimas noticias.
Dan Schawbel, socio gerente de Milennial Branding y autor de Me 2.0, un libro de creación de marca personal, dice que la mejor estrategia es “ser la persona a la que se recurre por algo, incluso si ese algo es tan simple como las hojas de datos de Microsoft Excel”.
Revelar tus datos
El verdadero problema no es la red social, sino la falta de precauciones mínimas y el poco uso que da el usuario al filtrado de información que los sitios ofrecen, concuerdan expertos.
Dos simples datos sobre ti -tu nombre y tu email- pueden revelar una impresionante cantidad de detalles sobre tu persona, incluso si consideras que guardas cuidadosamente tu identidad en línea.
Por eso, Microsoft te recomienda no revelar información personal por Internet y ponerle restricciones en sitios de redes sociales.
También te aconseja llenar con cuidado formularios de registro. Cerciórate de que estás llenando ligas de empresas conocidas y confiables.
Criticar tu empleo
Decir “odio mi trabajo” o “no me gusta mi jefe” en tus perfiles son algunas revelaciones que tus superiores podrían ver.
Publicar lo desgastante que puede ser tu trabajo en Facebook pareciera ser lo más normal, pero cuando tu jefe se encuentra en tu lista de amigos, hacerlo podría ser un acto suicida.
Antes de aceptar a tu jefe como amigo en una red social, revisa las opciones de publicación previa y filtros de acceso a la información, recomienda la gerente de Relaciones Públicas de Manpower, Laura García.
“Lo mejor es hacer ‘limpieza en casa’, comenzando por quitar u ocultar las fotos donde apareces en estado inconveniente, las publicaciones donde hablas mal de la empresa y sobre todo diciéndoles a tus amigos que ahora tu superior está en el juego, por lo que deberán cuidar la información que comparten”, aconseja García.
Insultar
Muchos usuarios utilizan las redes sociales para expresarse con groserías e insultos, lo que daña su imagen si se toma en cuenta que millones de personas pueden ver esos mensajes.
Por ejemplo, Paulina Peña (hija del ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto) causó polémica en Twitter, luego de ‘retuitear’ un comentario escrito por su novio que decía: “un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la ‘prole’ y solo critican a quien envidian”.
El aspirante priista a la presidencia de la República tuvo que ofrecer una disculpa por lo que hizo su hija, y justificó el acto al decir que fue “una reacción emotiva” por el error que él cometió al confundir al autor del libro ‘La silla del águila’, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Paulina también se disculpó: “Quiero ofrecer una disculpa de todo corazón. Mi intención con ese RT jamás fue ofenderlos. Reconozco que hice mal y lo lamento”.
La clave para tener éxito con estos medios es aprender a establecer privacidad. “Nunca colocar cosas de las que te arrepientas, nada que quisieras ver publicado en un periódico. Se tiene que ser como investigador privado”, asegura Gina Schreck, consultora y training en social media.
Mostrar detalles de la fiesta
“La mayoría de la gente descuida su imagen online y comparte información o imágenes inapropiadas que van contra el perfil que busca una empresa”, señala Alberto del Castillo, director de Selección y Consultoría de Adecco.
Para quienes descartan el impacto que la foto de la última ‘parranda’ con los amigos puede tener en su futuro laboral, deben saber que casi la mitad de los reclutadores revisan los perfiles de sus postulantes en las redes sociales para obtener mayor información y complementar el currículo, de acuerdo con un estudio hecho a finales de 2009 en el portal de empleo Bumeran.com México.
La causa más frecuente para descartar a un candidato es porque posteó información o fotos inapropiadas o provocativas, según datos de Adecco.
Actualizarlo cada año
Otro error es descuidar la frecuencia de tus publicaciones.
Héctor Meza, presidente y fundador de Grupo InfoSol, señala que un perfil que se actualiza demasiado o se deja de actualizar por un tiempo prolongado pierde el interés de su público.
“Lo importante es que tengas clara tu audiencia y generes contenidos de interés, si entre ellos puedes filtrar información de tu empresa sin que sea publicidad intrusiva, estarás del otro lado”, recomienda el experto.
En el mundo existen más de mil millones de usuarios de redes sociales, principalmente en sitios como You Tube, Facebook y Twitter. En México no se tienen datos exactos, sin embargo, un estimado a nivel América Latina indica que cerca del 30% de la población ha empleado una red social.
Hay que subrayar, en términos generales, que las redes sociales son benéficas desde el punto de vista de la comunicación humana e incluso su buen uso puede capitalizar las oportunidades de negocio en empresas. Nadie duda de su utilidad, sin embargo, por su propia naturaleza, esta herramienta puede agudizar el sedentarismo y en ciertos casos contribuye a aislar a las personas en una realidad extremadamente virtual. Dicho de otra manera, se olvidan del mundo de carne y hueso.
En la actualidad en el IIPCS hemos detectado a muchos fanáticos de la red social están extendiendo su uso a “su esquema corporal”, sobre todo en adolescentes. Por citar un ejemplo, uno de los máximos logros es coleccionar “Felicitaciones de Cumpleaños” en su muro, o bien, dar demasiada importancia en su decoración, sin olvidar la importancia que tienen las fotografías, porque ellos perciben que la red social ya forma parte de su propia imagen, es decir, es una extensión de su personalidad. Es como si la red, fueran ellos mismos, así que se tiene la fantasía errónea de estar siempre presentes aun estén ausentes.
Y esto puede agudizarse en una sociedad tan particular como la mexicana, en la cual, por distintas razones vivimos cada vez más aislados (la crisis económica, el fenómeno de la delincuencia generalizada, el narcotráfico y las cargas laborales tan pesadas). Es decir, vivimos un momento extremadamente complicado, que nos sumerge en nuestro empleo y en nuestra casa. En términos generales, socializamos poco, la vida nocturna y/o social se pone en la agenda de los pendientes, por lo que, muchos terminan por refugiarse en el mundo virtual, tal como lo dice Giovanni Sartori, ahora el Homo Sapiens, se transforma en Homo Videns, o dicho de otra forma, estamos generando sociedades pasivas y altamente deprimidas, que sólo es estimulada vía las imágenes.
La adicción a Internet
La adicción a Internet, y a todas las herramientas de comunicación que ofrece, puede tener una semejanza a otro tipo de adicciones, como la ludopatía (adicción al juego), al trabajo (workaholic) o al alcoholismo: Hablamos de un uso patológico, que presenta síntomas muy claros: una ansiedad compulsiva por estar siempre conectado a la red social, sea vía Internet o mediante el uso de dispositivos inalámbricos.
Los síntomas más frecuentes son en primer término, la pérdida de relaciones interpersonales, tanto laborales, amistosas como amorosas, cambios de humor, empleo compulsivo del medio, privación del sueño (el ciber adicto prefiere no dormir con tal de estar conectado), en incluso problemas físicos derivados por problemas de la espalda o la vista cansada. En otras palabras, cuando el uso compulsivo de las redes usadas interfiere de manera directa con nuestras relaciones persona a persona se vuelve patológico.” Se cambian las personas por las computadoras, rompiendo la expresión vínculos y afectos emocionales.
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