Con Oscar o sin él actor mexicano sigue siendo el mismo

Prensa Latina. Sigo siendo el mismo, afirmó el mexicano Demián Bichir, quien vio desvanecerse la posibilidad de alzarse con el premio en la categoría Mejor Actor durante la 84 edición de los Oscar.

Bichir dijo que ahora lo que se le ha puesto un poco difícil “son los tiempos, porque están apretados para tratar de cumplir con todo el mundo”, de acuerdo a declaraciones difundidas por la televisión.

Adelantó que de momento tiene por delante una nueva temporada en Ciudad de México con la obra Nadando con tiburones (en el capitalino Teatro Insurgentes), que ha transitado aquí con buena aceptación de la crítica.

La pieza es una adaptación de la película homónima y según se plantea resulta una comedia inteligente que enfatiza la pérdida de la inocencia del ser humano y los valores morales, y muestra -con una buena dosis de humor negro- cómo el poder termina por corromper hasta al más bien portado.

El actor (Coahuila, 1963) había declarado previo a la entrega de la estatuilla que se agenció finalmente el francés Jean Dujardin (El artista), que estaba tranquilo pues hizo lo que le correspondía.

Comentó además que le satisfizo participar en la cinta por la cual fue nominado: A better life (Una vida mejor) por que tuvo la posibilidad de representar a los 11 millones de conterráneos que radican en Estados Unidos.

El otro mexicano que se quedó con las ganas de acariciar la preciada figura fue Enmanuel Lubezki (1964), candidato en la categoría Mejor Fotografía, por su trabajo en la cinta El árbol de la vida, de Terrence Malick.

Solo que en el caso de Lubezki esta es la quinta vez que ve esfumarse sus aspiraciones.