¿Qué causas provocan un infarto de miocardio?
Hay 2 causas principales de infarto de miocardio:
1. Obstrucción de las arterias coronarias. Se produce cuando el flujo de sangre a parte del músculo cardiaco (el miocardio) se interrumpe, por obstrucción de una de las arterias coronarias, generalmente como consecuencia de la formación de un coágulo en la placa de ateroma (grasa que se acumula en la pared interior de las arterias).
2. Espasmo. Menos frecuentemente, una arteria coronaria puede contraerse por sufrir un espasmo. Cuando eso sucede, la arteria reduce su diámetro y el flujo de sangre a parte del músculo cardiaco disminuye e, incluso, puede interrumpirse. Aún no se sabe con claridad por qué se producen esos espasmos, pero pueden darse tanto en vasos sanguíneos sanos como en vasos con ateroma.
Asimismo, cuando las arterias se obstruyen y el riego sanguíneo es insuficiente, el corazón sufre el riesgo de padecer un infarto. El infarto de miocardio tiene especial incidencia en aquellas personas que no se cuidan y que tienen elevados factores de riesgo. Desde este blog de salud te contamos cuáles son las principales causas del infarto.
Moverse y las células del tejido que no recibe sangre mueren. Una serie de hechos concatenados que obedece, principalmente, a dos causas: la arteriosclerosis y la trombosis. Junto a ellas, el vasoespasmo también puede considerarse otra causa común del infarto de miocardio.
Por tanto, entre las causas que motivan el infarto se encuentra la arteriosclerosis. Un núcleo de grasa bloquea las arterias impidiendo que la sangre circule con normalidad y bloqueando la arteria. El colesterol, por ejemplo, provoca arteriosclerosis.
Otra causa común en el infarto es el coágulo de sangre. Así, en los vasos sanguíneos se forman trombos que derivan en la trombosis, por lo que también se obstruye el paso de la sangre.
Asimismo, el vasoespasmo puede considerarse como otra de las principales causas del infarto. Pese a que en ocasiones no se conoce con exactitud el motivo que lo provoca, el tabaco, el alcohol o las drogas (como la cocaína), pueden provocar un espasmo en la arteria que impida la circulación de la sangre.
Un enemigo insidioso: la inflamación
Por un mecanismo que aún no se conoce del todo, el sistema inmunitario de algunas personas se vuelve contra el propio organismo y acaba generando inflamación (uno de los mecanismos de defensa del organismo frente a virus y bacterias) en el recubrimiento interior de las arterias (endotelio). Dicha inflamación interactúa en la placa arterial haciéndola más propensa a romperse y a formar coágulos capaces de obstruir los vasos sanguíneos. Un nuevo y sencillo análisis de sangre capaz de medir las concentraciones de proteína C-reactiva –molécula que señala la presencia de inflamación– puede ayudar a un conocimiento causal. Una decena de estudios ha demostrado que los pacientes con concentraciones altas de proteína C-reactiva tienen mayor riesgo de infartos de miocardio y cerebrales. ¿Que si es fácil controlar ese riesgo? Se ha comprobado que la terapia combinada de aspirina (anticoagulante) y estatinas (para controlar los niveles anómalos de colesterol) es eficaz.
Otros culpables ocultos: infecciones
Bacterias, virus, incluso infecciones por hongos han sido relacionados con la inflamación que deteriora las arterias y que puede conducir al infarto. A veces, esas amenazas permanecen ocultas en el organismo durante mucho tiempo, actuando sigilosamente antes de que los daños se hagan evidentes.
Recientemente, un estudio eliminaba a una sospechosa de la lista de posibles culpables –la Chlamydia pneumoniae–, pero añadía uno nuevo: el Citomegalovirus, causante de mononucleosis infecciosa. También la Helicobater pylori (bacteria responsable de las úlceras de estómago) y la enfermedad de las encías (parodontitis) han sido relacionadas con inflamación arterial.
Otro enemigo: la homocisteína
Es un aminoácido que puede acumularse en la sangre y acabar irritando el recubrimiento interior de las arterias. Mientras los expertos debaten su importancia en la génesis de las cardiopatías, los especialistas recomiendan evitar las altas concentraciones de homocisteína. No se alarmen tampoco esta vez: dichas concentraciones se reducen fácilmente con una dieta rica en ácido fólico (en verduras de hoja verde) y vitaminas B6 y B12.
A medida que la cardiología vaya incorporando nuevos parámetros de riesgo a la lista de análisis y pruebas a los pacientes, los tratamientos se irán haciendo cada vez más específicos y eficaces. Aunque algunos cardiólogos se muestran aún reacios y señalan que la población ya tiene bastante con vigilar el colesterol, la tensión arterial, el peso corporal y la diabetes, Ignacio (y cada vez más especialistas) lo tiene claro: «Mis hermanos y mis hijos ya se han sometido a las pruebas. No me gustaría que un día pasaran por el trauma que yo viví».
3 procedimientos después del infarto
¿Qué es un bypass?
En esta intervención, se secciona y extrae parte de un vaso sanguíneo de otra parte del cuerpo (generalmente de las venas safenas de la pierna o de las arterias mamarias) con objeto de crear un «puente» capaz de salvar una obstrucción aterosclerótica en la arteria coronaria y restablecer el flujo sanguíneo.
¿Qué es un marcapasos?
Es un dispositivo que libera impulsos eléctricos, perfectamente pautados, a las cámaras de bombeo del corazón con el objetivo de normalizar el ritmo cardiaco. Incluye una batería del tamaño de una moneda y circuitos y cables que conectan la fuente de energía con la aurícula derecha o el ventrículo derecho, o ambos.
¿Qué es la angioplastia con stent?
Es la dilatación de un vaso con un catéter provisto de un globo y el stent (una especie de malla metálica). El globo se hincha y abre la arteria, y el stent permanece dentro para mantener la arteria abierta. Nuevos stents recubiertos con fármacos se utilizan para evitar el problema de la reestenosis, en el que la arteria volvía a cerrarse, y que se daba en un alto porcentaje de casos. Algunos especialistas creen que los nuevos stents recubiertos reducirán la necesidad de bypass.
Las Mujeres tienen menos dolor al sufrir un infarto
Cuando de ataques al corazón se trata, los dolores en el pecho parecen ser más comunes entre los hombres que en las mujeres, según una investigación hecha entre más de un millón de personas en Estados Unidos.
En general, los hombres son más propensos a los infartos, pero entre las personas menores de 55 años el riesgo de muerte es mayor para las mujeres.
Y los investigadores creen que una posible razón es que, en la ausencia de los clásicos síntomas de un ataque al corazón, las mujeres no buscan el tratamiento adecuado a tiempo.
El estudio analizó a pacientes tratados en más de 1.000 hospitales estadounidenses.
Y la diferencia de síntomas entre mujeres jóvenes y hombres de la misma edad resultó notable.
Así, el 42% de las mujeres menores de 55 años dijo no haber sentido dolores en el pecho, mientras que con los hombres eso sólo ocurrió en el 30% de los casos.
Aproximadamente el 14% de las mujeres murió, por solamente el 10% de los hombres.
El tiempo es oro
En un artículo publicado por la Revista de la Asociación Médica Estadounidense, los autores del estudio destacan la importancia de reconocer y tratar a tiempo los infartos de miocardio (IM).
“La presencia de dolor o incomodidad en el pecho es uno de los síntomas típicos de IM”, explican.
“Los síntomas (de un infarto) varían: para algunos el dolor es muy severo, mientras que otros no sienten nada más que un pequeño malestar o una sensación de pesadez”
Cathy Ross, Fundación Británica del Corazón
“Y los pacientes sin dolor acostumbran a buscar ayuda más tarde, son tratados menos agresivamente y tienen una tasa de mortalidad que es casi el doble de la de aquellos que presentan los síntomas típicos de IM”.
Cathy Ross, enfermera experta en asuntos cardíacos de la Fundación Británica del Corazón, explicó los ataques al corazón no siempre van acompañados de agudos dolores en el pecho.
“Y las mujeres tienen que estar especialmente alertas, porque tienden a sufrir menos de dolores en el pecho y si el personal médico tiene poca experiencia puede pasar el problema por alto, ya que los ataques al corazón son raros entre las mujeres jóvenes”, agregó.
De hecho, la edad promedio de las mujeres ingresadas en los hospitales en los que se practicó el estudio era de 74 años, por 67 entre los hombres.
Pero aunque en términos generales el número de muertes por infarto ha ido disminuyendo, cuando estos se presentan en mujeres jóvenes los pronósticos son poco halagadores.
Los investigadores estadounidenses describieron los resultados de su estudio como “provocadores” y llamaron a continuar profundizando el tema.
Pero también dijeron que, por el momento, no se debe cambiar el mensaje de salud pública de que dolores o incomodidad en el pecho podrían ser síntomas de un infarto.
¿Quiénes están más propensos a sufrir un infarto al miocardio?
Los pacientes con mayor riesgo de padecer este fenómeno son:
Ser fumador.
Sexo masculino.
Diabetes Mellitus.
Hipertensión arterial.
Obesidad.
Trastornos del colesterol.
Sedentarismo.
Antecedentes de familiares cercanos que padecen de enfermedad coronaria, en especial, de aparición temprana.
Diagnóstico
El diagnóstico del infarto al miocardio no siempre es sencillo, dado que existen otras condiciones que se manifiestan con dolor torácico y, a su vez, las características de éste pueden variar de paciente en paciente.
La sospecha clínica se da en individuos portadores de los factores de riesgo señalados anteriormente que acuden por cuadro de dolor torácico sugerente.
En la evaluación se realizará un electrocardiograma de reposo que demuestra hallazgos sugerentes. En el Servicio de Urgencia el médico puede complementar con enzimas cardiacas, que consisten en marcadores que se liberan al torrente sanguíneo cuando existe un daño en el corazón.
Tratamiento
El primer paso en el tratamiento del IAM lo debe efectuar el paciente: frente a la sospecha de cursar con un infarto deberá:
1) Tomar una aspirina de 500 mgs. De esta manera se disminuye la mortalidad por un infarto en un 10%.
2) Concurrir a un Servicio de Urgencia lo más pronto posible. Con esta medida se logrará dos propósitos:
a. Evitar la muerte precoz por arritmias fatales, disminuyendo hasta en un 30% la mortalidad por un infarto.
b. Lograr la atención inmediata con la iniciación de terapias de reperfusión, lo que disminuirá enormemente la mortalidad (hasta en un 95%) y evitará la pérdida de masa muscular cardiaca. “El tiempo perdido, es músculo cardiaco perdido”.
Para el manejo del infarto, primeramente se realiza un electrocardiograma y se dan las primeras atenciones, lo que incluye la indicación de fármacos anticoagulantes y antiagregantes plaquetarios cuyo rol son de evitar la expansión del coágulo que obstruye el flujo de las arterias coronarias.
En ciertos casos, especialmente en aquellos de infarto de gran tamaño, se administran medicamentos intravenosos que ayudan a disolver el coágulo para luego hacer una coronariografía. Con ésta se determina el vaso afectado (y el resto del árbol coronario) para luego abrir la arteria obstruida mediante una angioplastia (dilatación de la arteria coronaria y habitualmente implante de stent).
Complicaciones de un Infarto
Éstas se clasifican según el momento de la evolución del infarto en que se presentan.
a) Precoces
Arritmias complejas (potencialmente mortales).
Caída de la presión sanguínea.
Acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar).
Rotura de la pared cardiaca donde se produjo el bloqueo de la irrigación sanguínea.
b) Tardías
Rotura o aneurisma de la pared cardiaca comprometida que se vuelve fina y débil.
Mayor riesgo de sufrir otro infarto en el futuro.
Bombeo ineficaz del corazón (insuficiencia cardiaca) que determina fatigabilidad, sensación de falta de aire con el ejercicio (disnea) y acumulación de líquido en las extremidades inferiores (edema).
Depresión, falta de ánimo, disminución de la libido.
Prevención
Control periódico.
Manejo de los factores de riesgo.
Dejar de fumar.
Realizar ejercicios aeróbicos en forma regular (30 minutos tres veces a la semana).
Control regular de los niveles de colesterol y de la presión arterial.
Mantener una alimentación baja en grasas saturadas y tener una dieta mediterránea que incluya verduras de color (por ejemplo, tomate y pimiento).
Aquellos pacientes portadores de dos o más factores de riesgo cardiovascular, se benefician de la administración de una dosis baja de aspirina (81 a 100 mg.) en forma diaria.
¿Cuándo es necesario consultar?
Toda persona adulta con dolor en el pecho que se acompañe de los síntomas anteriormente descritos, en especial, si es portador de factores de riesgo cardiovascular como hipertensión, tabaquismo, diabetes, debe consultar a un Servicio de Urgencia.
Genética eleva riesgo de infarto en hombres
Aunque las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte tanto en hombres como mujeres, parecen siempre ser más comunes en los hombres. Esto podría deberse a un gen que sólo se encuentra en ellos y que elevaría el riesgo de infarto cerca de un 50%.
Uno de cada cinco hombres poseería un grupo de genes que incrementaría su riesgo de enfermedad cardíaca alrededor de 50 por ciento, según un estudio llevado a cabo por investigadores ingleses.
Hombres jóvenes propensos a infartos fatales los fines de semana
Los hombres entre las edades de 25 a 54 años mueren con más frecuencia los sábados y domingos de un infarto del miocardio que en otros días de la semana, de acuerdo a un informe publicado en la revista Heart. Estos datos son diferentes en la población de hombres mayores, en quienes los eventos cardiacos fatales tienden a ocurrir los lunes.
Los investigadores analizaron las Estadísticas Nacionales de Mortalidad en Francia desde 1987 hasta 1997 para determinar la incidencia por día de infarto del miocardio en hombres y mujeres.
Encontraron que los hombres están más propensos a un infarto durante los fines de semana y se observó una tendencia en mortalidad los lunes en hombres de edad avanzada. El número de eventos cardíacos en mujeres fue demasiado limitado para establecer asociaciones válidas.
Estas tendencias en la distribución de la semana en mortalidad por infarto del miocardio todavía están siendo investigadas. Se señaló como posible explicación que los jóvenes adultos generalmente se caracterizan por un nivel mayor de actividad los fines de semana.
Una dieta sana puede modificar la genética
Para el estudio, se analizó el ADN de 3,233 hombres, y se encontró que el cromosoma Y, que determina el sexo masculino, influiría también en la forma en que el cuerpo se defiende.
Sin embargo, el 20 por ciento de los varones poseería una variante defectuosa de los genes del cromosoma Y, identificada como Haplogrupo I, que incrementaría su riesgo de enfermedad cardíaca en cerca de 50 por ciento, independientemente de otros factores como fumar, ser sedentario o tener el colesterol alto.
“Parece ser que el cromosoma Y, que sólo se encuentra en los hombres, influye en la manera en que el cuerpo responde para combatir la inflamación, y si esta respuesta no es buena, se elevaría el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros problemas”, explica el Dr. Maciej Tomaszewski, de la Universidad Leicester.
No obstante, aunque la genética tiene un papel importante para determinar el riesgo de males cardiovasculares y otras enfermedades, la Dra. Helene Wilson, de la Fundación Británica del Corazón, asegura que “El estilo de vida también tendría un peso importante, y llevar una vida sana podría reducir el riesgo impuesto por los genes”.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informan que los problemas cardiovasculares son la principal causa de muerte tanto en hombres como mujeres, pese a que los hombres son más propensos a morir de problemas cardíacos y a sufrir infartos repentinos.
La actividad física regular para reducir el riesgo de infarto
Al menos treinta minutos de ejercicio diario son necesarios para evitar el riesgo de sufrir de infarto o de accidentes cardiovasculares cerebrales. Esto acompañado de una dieta saludable, del no consumo de tabaco y de equilibrio emocional y mental. La actividad física ayuda a que el músculo cardiaco se fortalezca y mantenga un adecuado funcionamiento.
Modificar los hábitos de vida puede reducir el riesgo de infarto. Lo ideal es no esperar a tener más de 30 años para querer prevenir enfermedades que ya se pueden haber comenzado a cultivar en el organismo. Pues es después de esta edad que comienzan a hacerse evidentes los excesos de la juventud.
Se dice que son las personas mayores de 50 años quienes están más propensas al infarto pero ciertamente en la actualidad mueren personas de menor edad a causa de este mal. Porque llevan una vida sedentaria, porque no practican ningún deporte, porque no hacen ejercicio, porque se alimentan mal, consumen licor y tabaco. En los últimos años se ha dicho que por año mueren cerca de 15 millones de personas por infarto al miocardio.
Caminar, una de las actividades de menor esfuerzo y que requiere solamente de disciplina, voluntad y poco tiempo. Ya que con solo 30 ó 60 minutos de caminata diaria usted esta oxigenando su cuerpo, intensificando su capacidad cardiaca y respiratoria y regulando su metabolismo.
Trotar o correr, este tipo de actividad o ejercicio requiere de mayor capacidad pero va de la mano con el caminar ya que después de tener una rutina de camino constante será mucho más fácil y divertido comenzar a correr. Al correr se estimula mucho más el corazón y el ritmo cardiaco.
Subir y bajar escalera. En ocasiones el ser humano se acostumbra al uso de la escalera eléctrica o del ascensor, va en su coche o motocicleta derecho a la silla o a la cama y poco o nada le dedica a la actividad física. Subir las escaleras caminando, bajarlas, correr y caminar son simples pero seguras maneras de reducir los riesgos de sufrir de infarto. Establecer una rutina diaria es primordial y puede hacerlo en su propio lugar de residencia o de trabajo si es el caso.
Para quienes prefieren el gimnasio los ejercicios cardiovasculares serán los que mas ayuden a prevenir el riesgo de infarto, en este tipo de actividad hay mucho movimiento, coordinación, quema de calorías y estimulación de la actividad cardiaca y respiratoria.
No sobrepase su capacidad
El exceso de ejercicio y actividad física también puede derivar en un infarto. Por lo que es vital estar tomando el pulso cardiaco, medir la presión arterial y procurar no sobrepasar los propios limites. Hay personas que han padecido infartos haciendo deporte e incluso han muerto.
El deporte es fuente de salud pero debe hacerse de manera controlada y si es posible dirigida. En el caso de caminar, correr o subir y bajar escalas es usted quien debe vigilar no pasarse del límite y cuidar su corazón.
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