Prensa Latina. Nuevo León. Nuevos incidentes matizan hoy el escenario del Centro de Readaptación Social de Apodaca, en Nuevo León, aunque las autoridades descartaron que se trate de un motín de los internos.
Al amanecer del domingo último 44 presos murieron durante una reyerta en esa penitenciaría, de donde se fugaron al menos 30 presos integrantes del cártel de Los Zetas, algunos de ellos de alta peligrosidad.
Detonaciones de arma de fuego y humo dentro de una de las torres del reclusorio se reportaron ayer, cuando cerca de las 18:40 hora local, unas 30 unidades federales y 10 de militares, incursionaron en el centro penitenciario.
El vocero de Seguridad estadual, Jorge Domene, rechazó que los disturbios registrados fuesen un amotinamiento y aseguró que la situación fue controlada por fuerzas militares, federales y estatales.
Según Domene, los incendios provocados fueron reacción de los reclusos tras conocer que sus familiares permanecían en las afueras del recinto penitenciario y encabezaban protestas cuando conocieron que algunos internos serían trasladados. El portavoz confirmó el traslado de 400 reos.
De otro lado, el martes ocurrió otra riña en una cárcel de Nuevo León, la de Topo Chico, donde tres prisioneros fueron ultimados con armas blancas.
También el norteño estado resultó escenario de otro hecho violento la víspera cuando cinco taxistas fueron asesinados por desconocidos que les dispararon en plena calle con armas de alto poder de fuego.
Los choferes se encontraban en una base de autos de alquiler, ubicada en una zona densamente poblada de la ciudad de Monterrey.
Tras condenar hechos violentos en los penales del estado, el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, negó que haya incidentes similares en cárceles federales en lo que va de la actual administración del presidente Felipe Calderón.
Poiré dijo que el Gobierno de Calderón apoya a los estados con la manutención de los presos federales que tiene en sus cárceles y se han dado cambios importantes en materia de ampliación de infraestructura y rehabilitación de penitenciarías, según la versión digital del diario La Jornada.
Poco más de 560 internos han sido asesinados en prisiones mexicanas en los últimos seis años, revela un reportaje publicado en el periódico Milenio.
Durante el 2007 perdieron la vida 45 prisioneros, pero el número casi se cuadruplicó en 2011, al notificarse 171 fallecidos (la mayoría recluidos en Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Chihuahua o Quintana Roo), de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
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