Prensa Latina. Cada vez son más las posiciones que hoy se suman en México contra la decisión de cultivar el maíz genéticamente modificado (transgénico), en sustitución del grano criollo.
Los efectos a largo plazo de estos transgénicos plantean alertas, como el surgimiento de alergias, afectaciones hepatorrenales e incluso en el aparato reproductivo, afirmó Aleira Lara, coordinadora de la campaña Agricultura sustentable y transgénicos de la organización ambientalista Greenpeace.
Además, dijo, representan un riesgo para la conservación de la biodiversidad agrícola.
Activistas de esa organización no gubernamental exigieron ayer a las autoridades mexicanas prohibir este tipo de siembra, en un mitin frente a las instalaciones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Los asistentes se apostaron frente a la dependencia federal para recordar la advertencia que hizo este martes el relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Olivier De Shutter, quien recomendó reinstalar la moratoria a la siembra de maíz transgénico en el país.
Para ello, De Shutter se sustenta en que este cultivo en México constituye un grave peligro para la biodiversidad de las variedades nacionales de la planta por los efectos aún ignorados sobre el maíz criollo.
Y contrario a lo que suelen plantear los defensores de los transgénicos, no existe en el mercado una sola variedad genéticamente modificada que haya sido creada para resistir sequías o heladas, precisó.
La Sagarpa otorgó a la multinacional estadounidense Monsanto sendas autorizaciones en Sinaloa de siembras de este maíz en fase piloto, algo así como el último round de la pelea antes de que empiece la liberación comercial del producto agrícola.
Opiniones de la sociedad civil y científicos de poco han servido. A las más de 60 hectáreas en Sinaloa, autorizadas a Monsanto, se le sumarían otras en Chihuahua, Coahuila, Durango y Sonora hasta alcanzar el objetivo de la siembra extensiva en poco más de dos millones de hectáreas.
Hace dos semanas la compañía publicó en un comunicado que “por primera vez en la historia del país una empresa sembró maíz transgénico en la fase piloto que antecede al escenario comercial”, la cual esperan consumar en septiembre.
El maíz, palabra de origen indio caribeño, significa literalmente “lo que sustenta la vida” y eso, precisamente es lo que este alimento significa en la dieta de los mexicanos.
Cuentan viejas leyendas de los pueblos originarios que “los dioses encomendaron a Quetzalcóatl la misión de proporcionar a los seres humanos su comida.
Como las hormigas viven debajo de la tierra y son muy trabajadoras, Quetzalcóatl observó que una hormiga roja venía saliendo del interior de la tierra, donde estaba escondido el alimento de los seres humanos.
La hormiga cargaba un grano de maíz y Quetzalcóatl le preguntó el lugar de donde provenía el maíz, pero la hormiga roja no le quiso contestar.
Quetzalcóatl interrogó con mucha insistencia a la hormiga roja, que terminó por decir la verdad. El maíz y muchos otros granos más estaban en el interior del Monte de nuestro sustento.
Cultivado en la mayoría de las naciones del mundo, se considera entre las tres primeras cosechas en importancia junto con el trigo y el arroz.
En México -donde existe en el estado de Oaxaca evidencias del grano hace unos 10 mil años-, se estima que se consumen diariamente cerca de 300 millones de tortillas de maíz.
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