Notimex. El pintor francés Eugenio Delacroix, de quien se conmemora mañana su natalicio, ocurrido el 26 de abril de 1798, fue autor de centenares de obras, por las que es considerado el más grande y emblemático exponente del romanticismo desde el siglo XIX y hasta la actualidad.
Eugenio Delacroix nació en Charenton-Sainte Maurice, Francia; ingresó a la Escuela Superior de Bellas Artes, donde fue alumno del pintor francés Pierre Guérin (1774-1833).
Realizó varias visitas a Louvre donde estudió y recibió formación de grandes pintores como Pablo Veronés (1528-1588), Pedro Pablo Rubens (1577-1640) y Jacques-Louis David, de quien recibió una formación neoclásica.
Según sus biógrafos, incursionó en el mundo artístico hacia 1822, cuando su obra “Dante y Virgilio en los infiernos” fue aceptada en el Salón de París. Unos años después, en 1827, expuso otro cuadro nombrado “La muerte de Sardanápalo”, el cual retrata a mujeres, esclavos, joyas y telas en un conjunto atractivo de colorido y violencia, cuyo tema es un rey de la antigüedad, que destruye sus posesiones y se suicida.
Delacroix frecuentó salones literarios donde conoció a otras reconocidas personalidades de las letras como Alexandre Dumas y Víctor Hugo. Asimismo, ilustró la obra de reconocidos escritores e intelectuales como William Shakespeare, Walter Scott y Johann W. Von Goethe.
Su obra contenía dos grandes temáticas, la histórica y el mundo oriental a través del cual representó la realidad de aquel mundo que hasta entonces era evitada, según da cuenta la página de Internet “www.arteespaña.com” .
Los grandes contrastes de color en las obras de Delacroix, los cuales realizó con pequeños golpes de pincel que crearon un efecto de vibración, fueron la principal influencia en los impresionistas.
Por otra parte, las figuras humanas que empleó en sus cuadros, tienen una influencia notable de los modelos de escultura y pintura de Miguel Ángel, en las que destaca la perfección del ser humano con proporciones corporales casi perfectas.
A decir de los conocedores de su obra, la expresión del rostro, es lo que diferencia a Delacroix, ya que sus personajes muestran sentimientos perceptibles de realismo que destacan por el detalle y la textura.
Poco después con su cuadro “Las matanzas de Quíos”, en el que representa una lucha de los griegos por conseguir su independencia, obtuvo gran éxito popular.
En 1825 se trasladó a Inglaterra, donde permaneció durante tres meses y estudió a diversos pintores ingleses y perfeccionó su técnica.
Otra de sus obras destacadas es “La barricada” (1830), la cual, de acuerdo con la sección de pintores del portal “El poder de la palabra”, es su obra más romántica y quizá la más influyente en la que es presentado el tema de la libertad que guía al pueblo.
Viajó a África en 1832, donde consiguió la inspiración para pintar más de 100 cuadros, cuyas temáticas eran los animales, la caza y el mar. A su regreso, participó en trabajos oficiales como la decoración de edificios gubernamentales como el Palacio de Luxemburgo, la Galería Apolo y el Museo de Louvre.
En el Salón, en 1831 expuso su obra “La libertad guiando al pueblo”, que retrata una serie de hechos reales ocurridos el 28 de julio de 1830, cuando en la llamada batalla de “Tres Gloriosos”, el pueblo se enfrenta al Ejército y la dinastía de los Borbones es suplantada por la dinastía de los Orleáns.
Entre sus obras más destacadas se encuentran “El rapto de Rebeca” (1829), “El asesinato del obispo de Lieja” (1829), “La muerte de Sardanápalo” (1827) y “Entrada de los cruzados en Constantinopla” (1840).
En sus diarios escribió sobre arte, política y vida, lo cual dio fe de su talento literario.
Eugenio Delacroix murió el 13 de agosto de 1863, en la capital francesa.
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