Inauguran V Encuentro Plural de la Danza en el CCOY

Notimex. Con la mesa redonda denominada “La danza como patrimonio”, hoy se inauguró el V Encuentro Plural de la Danza, en el Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY), en esta capital, en el que diversos especialistas ahondaron en torno al movimiento del cuerpo y su importancia dentro de la cultura.

En ese sentido, la coordinadora del Área del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Secretaría de Cultura capitalina, Ana Isabel Salazar, expuso que el encuentro, en el que participarán más de 80 compañías dancísticas de las 16 delegaciones, “es fundamental para crear nuevos espacios escénicos en la ciudad”.

Mencionó que a lo largo de los festejos, que se realizarán a partir de este día y hasta el próximo 29 de abril, se podrán articular nuevas expresiones y mostrar la riqueza del país en cuanto a la danza se refiere, bajo el lema “Por el respeto a la diversidad y la no discriminación”.

El patrimonio se puede dividir en dos grandes áreas, señaló Salazar, el cultural y el natural; el primero se congrega, a su vez, en material en inmaterial, o tangible e intangible, y es en esta última categoría en la que se inserta la danza, pues esta categoría reúne las tradiciones que son más susceptibles a perderse, dijo.

También recordó que la danza es la coordinación estética de los movimientos corporales, y se convierte en un arte en la que convergen diversos tipos de patrimonio intangible, como la música, y tangible, como los vestuarios o las máscaras que se usan en las danzas tradicionales del país.

Desde lo emocional, continuó la coordinadora del Área del Patrimonio Histórico, la danza sirve “como cauce de expresiones físicas, producto de la evolución y el avance de la sociedades”, que a la vez integra las tradiciones pasadas, las cuales coexisten en la actualidad.

También recordó que la danza tradicional es un legado cultural, que a través de los movimientos corpóreos recrea situaciones del pasado, y es una tradición viva que a la fecha manifiesta la cultura y la visión de los pueblos prehispánicos, aunque los movimientos hayan sufrido algunas modificaciones durante la evangelización, por ser considerados ritos paganos.

Asimismo, indicó que a pesar de las modificaciones, inclusive en el vestuario, “algunas de ellas conservan sus elementos primitivos”, y recordó que México encabeza la lista de los países latinoamericanos con 62 danzas prehispánicas, dotadas de toda la parafernalia y el contexto histórico que refiere a los escenarios originales de esa época.

Finalmente, expuso que si “entendemos la danza como una referencia de la identidad”, es evidente que el patrimonio permite conservar el legado y además poder transmitirlo, pues la danza es algo vivo, “un goce estético en movimiento que, sin la necesidad de utilizar palabras, nos habla de lo que somos”.

Por su parte, la investigadora Margarita Tortajada indicó que el patrimonio intangible “es algo que poseemos, pero que también nos posee a nosotros”, y que la danza es un claro ejemplo de ello, pues al concluir un espectáculo, no queda nada, sólo la emoción, tanto de los actores como de los testigos”.

Además, recordó que un patrimonio cultural inmaterial, y en específico la danza regional, debe ser tradicional, contenedora de identidades, integradora y debe de cimentarse en la comunidad y ser reconocida por ella misma, pues la sociedad es la que le asigna un valor como patrimonio.

Por último, mencionó algunos ejemplos del patrimonio cultural inmaterial reconocido en México, como las pirekuas, cantos propios de los purépechas; la cocina tradicional mexicana, y en especial la de la región de Michoacán, y la danza de los parachicos, que se realiza cada año, del 15 al 23 de enero, en Chiapa de Corzo, Chiapas.

A su vez, la promotora cultural Consuelo Salas indicó que aún quedan asuntos pendientes en este tema, pues la danza es tan “tangible, porque somos cuerpo, y debemos ser consientes de que es una práctica social que nos da pertenencia”.