EL UNIVERSAL/ En este municipio mexiquense, en el que el perredismo fue derrotado tras 12 años de gobierno debido a los conflictos internos, el candidato presidencial de Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, pidió a la izquierda pactar una tregua y no seguir las disputas, porque “no está el país para andarse peleando…la patria es primero”.
Acompañado por líderes de PRD, PT y Movimiento Ciudadano, partidos que hoy son aliados pero que en otras elecciones han sido adversarios, López Obrador sermoneó a quienes durante años han estado en conflicto por el control del ayuntamiento, y también “zarandeó amorosamente” a sus seguidores.
Casi para despedirse de su concentración, ante unos diez mil habitantes de este y otros ayuntamientos mexiquenses de la zona oriente, López Obrador dirigió su regaño a los líderes, a quienes previamente Alejandro Encinas, candidato al Senado por la entidad, también les había pedido unirse.
“No echemos en saco roto también el llamado que se hizo a la unidad de toda la izquierda, necesitamos unirnos, ¡Hacer a un lado los pleitos¡, no está la situación del país como para que nos andemos dividiendo, peleando, necesitamos la unidad de todas las fuerzas de izquierda, necesitamos unirnos todos, ¡La patria es primero, nada de pleito, nada de diferencias¡.
“Ya sé, tenemos puntos de vista distintos, hay pleitos que vienen incluso de tiempo atrás, por eso ¡Una tregua, un paréntesis, ya después que logremos el triunfo para transformar a México, está permitido pelearse¡, ¡Ya ahí se vuelven a pelear¡, pero ahora necesitamos la unidad de todas las fuerzas de izquierda, de todas las fuerzas progresistas”, dijo López Obrador.
“¿Nos vamos a unir? A ver que levanten la mano”, arengó a sus seguidores, concentrados a unas calles de la plaza central del municipio.
Aunque la mayoría levantaron la mano, enseguida se escucharon gritos de protesta: “¡Pero que trabajen”, “¡No movieron ni un dedo!”, “Eso díganle a Ulloa”.
Y es que arriba del templete, los viejos adversarios estaban juntos para la foto: por un lado Emilio Ulloa, quien dejó al PRD, se fue al PRI y en 2009 buscó la alcaldía por Convergencia, y junto con López Obrador hizo contracampaña al PRD en el ayuntamiento), y por otro lado Luis Sánchez, ex líder del PRD estatal y ex edil. Las dos partes perdieron frente al PRI.
Por eso el candidato presidencial corrigió. “Miren, la verdad, la verdad que está mal planteada mi pregunta. No se los debo de pedir a ustedes la unidad, es acá. Estos son los del problema” dijo dándose la vuelta para señalar hacia el templete y dirigirse a los líderes confrontados, a quienes llamó: “¿Nos vamos a unir?”.
Los aludidos entonces se tomaron de la mano para gritar “sí”.
Los dirigentes de izquierda no fueron los únicos regañados. López Obrador reconoció que ha tenido que “zarandear” incluso a sus seguidores.
Se “requiere de estar orientando, sacudiendo, zarandeando, zamarreando de manera amorosa a la gente para que tomen conciencia porque miren, entregan migajas y ni siquiera se dan cuenta de que están vendiendo el voto, su libertad de que están hipotecando el futuro de sus hijos”.
Por eso recomendó que si hay mucha necesidad quiten “todo lo que se pueda” al gobierno, digan mentiras piadosas y se anoten a todas las listas de apoyo.
“Se puede decir una mentira piadosa, no es pecado engañar a estos corruptos. Decirles ‘sí, hombre’, no te preocupes, cuenta conmigo, porque siempre dicen cuenta con esto pero ya sabes vota conmigo, hay que decirles ‘sí ahí vamos a estar el día de la votación, ahí voy a estar yo con toda mi familia, cuenta conmigo'”.
“Y apúntense en la lista para recibir despensa, materiales de construcción, las tarjetas que entregan, quitarles todo lo que se pueda, porque todo eso también es dinero del mismo pueblo pero a la hora de votar voto es libre y secreto”, insistió.
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