Notimex. Como parte de los homenajes que se realizan en el primer aniversario de la muerte del poeta chileno Gonzalo Rojas, ocurrida el 25 de abril del año pasado, diversas personalidades leerán algunos de sus versos en la Feria del Libro de Plaza de Armas, que se realiza en la capital chilena.
A la actividad, que organizan mañana el Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Cámara chilena del libro, asistirán los actores Ernesto Anacona y Delfina Guzmán, así como los poetas Delia Domínguez y Jaime Quezada, quienes leerán algunos versos del poeta, perteneciente a la Generación del 38.
De igual forma, detalla el FCE en su página de Internet, en la librería “Gonzalo Rojas”, de esa misma capital, permanecerá hasta el próximo sábado un “Libro abierto”, para que la gente escriba algún pensamiento en torno al poeta chileno, que luego se publicará en el “blog” del Club de Lectores Letras Sin Fronteras.
Gonzalo Rojas nació el 20 de diciembre de 1917 en Lebu, Región del Biobío; lugar al que se refiere en el prólogo de su libro “Oscuro”, como una de “tablones de madera con las que se hacían las casas, esos puentes encima de esos ríos y las grandes rocas contra el oleaje, todo eso lo veo, lo registro, lo huelo”.
De acuerdo con la biografía que difunde la Universidad de Chile en su página de Internet, Rojas recibió una sólida formación cultural de su padre Juan Antonio, un maestro de educación básica, y de su madre Celia Pizarro, quien trató de conseguirles a él y a sus hermanos becas en distintos colegios.
Para 1926 se mudó a Concepción e ingresó al Internado Nacional Barros Arana, donde tuvo como profesor al cura alemán Guillermo Jüneman, quien le enseñó todo sobre la literatura clásica; etapa que recuerda en “Orompello”, poema que se refiere a una calle en dicho barrio, en el que vivió algunos años.
Hacia 1933 comenzó a escribir sus primeros versos y un año después se mudó a Iquique, donde colaboró para el periódico El Tarapacá, a cargo de Eduardo Frei, quien le brindó la oportunidad de publicar algunos de sus poemas y ensayos, como “Pasión y muerte de Valle Inclán”, entre otros.
De 1938 a 1941 trabajó como inspector en el Internado en el que estudió, para solventarse sus estudios de Derecho y algunos cursos de literatura; hasta que un año más tarde se mudó a Santiago, donde conoció a María, con quien más tarde se casó y tuvo varios hijos.
Cinco años más tarde fue profesor en Valparaíso y en la Universidad de Concepción, hasta 1973, donde impartió las cátedras de Literatura Chilena y Teoría Literaria, y donde también creó los Encuentros de Escritores y las Escuelas Internacionales de Temporada.
En 1948 publicó “La miseria del hombre” y un año más tarde escribió “Al silencio”, uno de sus poemas más celebrados y que, según Rojas, estuvo inspirado en el mar de Valparaíso, una noche en la que no había luz, todo estaba inmensamente oscuro y en completa calma.
Posteriormente, viajó a Europa, donde conoció a André Bretón, que le parecía había leído en su juventud y sentía “como que estaba reconociendo a alguien con el cual había dialogado mucho, porque el pensamiento de Bretón es un pensamiento”, que lo alimentó durante muchos años.
Para 1970 el presidente chileno Salvador Allende lo nombró Consejero Cultural en China y más tarde encargado de negocios en Cuba; tras el golpe de Estado, en 1973, tuvo que exiliarse en la Republica Democrática Alemana y posteriormente en Venezuela.
Entre su numerosa obra poética destaca “La miseria del hombre”, “Contra la muerte”, Oscuro”, “Zumbido”, “Las hermosas. Poesía de amor”, “80 veces nadie”, “Obra selecta”, “Del loco amor y “Las sílabas”, por mencionar algunos.
Algunos de los premios que recibió fue el Nacional de Literatura de Chile y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, ambos en 1992, y el Premio Miguel de Cervantes, en 2003, que concede el Ministerio de Cultura de España a reconocidos escritores.
El 22 de febrero de 2011, Rojas sufrió de un fallo cardiovascular que lo mantuvo en estado crítico; estuvo en un hospital de la capital chilena hasta su fallecimiento, la madrugada del 25 de abril.
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