Notimex. En ‘tiempos rotos’, como los que los que se viven actualmente, leer literatura representa un acto de felicidad, así lo consideró el escritor mexicano Juan Villoro (1956).
En entrevista, en ocasión del lanzamiento de su nueva novela “Arrecife”, Villoro, considerado uno de los autores más originales de la literatura mexicana actual, consideró que la literatura, ‘puede ser un acto de felicidad y eso es lo más disidente que existe hoy’.
“El mundo está mal hecho e imperfecto, no nos satisface, no podemos darnos por vencidos ante una realidad que nos presenta tantos problemas. De tal manera que el ser humano compensa las incapacidades del mundo, a través de sus ilusiones, del amor, el sueño, el juego, el deporte, buscando asideros que le permitan sobrellevar la realidad y uno de esos asideros es la literatura”, señaló.
El Premio Xavier Villaurrutia 1999, dijo que si el mundo fuera excepcionalmente satisfactorio, no necesitaríamos del arte, del cine, ni mucho menos dependeríamos tanto de los resultados de equipos de futbol.
Sin embargo, mencionó que el mundo tiene problemas, y la literatura contribuye a remediar un mundo que es incompleto e imperfecto.
“En términos generales, la mejor política que puede tener un país, es la educación y cultura; es mucho más difícil que alguien se convierta en sicario si ha leído libros y tiene valores éticos, y es mucho más difícil que un militar o un policía se corrompan si tienen
una cultura ética”, expresó.
“Es más lento y costoso restablecer el tejido social a través de la educación y la cultura, pero es la única manera perdurable de tener una sociedad pacífica”, afirmó.
Bajo el sello Anagrama, Villoro presenta “Arrecife”, una novela delirante, donde no falta el humor, y se reflexiona sobre la amistad, lo que es real y lo que no, sobre el turismo masificado, y la situación de inseguridad que se vive en México.
Ambientada en un hotel de lujo de la zona de la Riviera Maya, su protagonista es un ex músico de rock y ex drogadicto que acepta la propuesta de un amigo de toda la vida, hoy en día propietario de un lujoso hotel de nombre La Pirámide, para que se convierta en una especie de DJ, en un lugar en donde los turistas llegan con ganas de experimentar situaciones límite de alto riesgo, de mil formas distintas.
Un buen día, un submarinista aparece asesinado con un arpón clavado en su espalda, y la historia también adquiere tintes de novela policiaca caribeña.
“Arrecife tiene una trama policiaca, me interesa mucho que una novela siga una pista de investigación, es muy sugerente ir deduciendo cosas y explorando enigmas.
“Me interesaba que la resolución del caso policiaco fueran satisfactorios en términos de las claves que se van arrojando; la novela comienza con la muerte de un buzo fuera del agua y debíamos saber quien era el asesino”, dijo.
De acuerdo con el también periodista, lo que más le intereso en esta publicación, no era la atención policiaca, sino la reflexión moral que de ella se desprende.
“Porque a diferencia de otras novelas policíacas donde queda claro quienes son los buenos y los malos, la victimas y verdugo, me intereso problematizar estas categorías, es decir, la victima es una persona que es buena, pero tienen tal integrismo del bien que él cree que puede solucionar todo por su cuenta.
“Se trata de un norteamericano que ha visto demasiada televisión y películas de héroes, y cree que actuando bien puede ser una especie de vengador anónimo; se mete en una serie de problemas y con ello crea otra serie de conflictos muy grandes en el hotel donde trabaja que es La pirámide”, detalló.
Y es que para Villoro, “Arrecife” no trata directamente sobre el narcotráfico, aunque sí explora en ella la complejidad del fenómeno y en qué medida la violencia devasta un país y crea nuevos comportamientos.
“En la novela quien se encarga de satisfacer los impulsos violentos que sienten muchas personas es Mario Müller, un norteamericano, veterano de la contracultura, que formó parte del grupo de rock ‘Los Extraditables’ y que ahora dirige un complejo hotelero de capital británico, en el que monta programas de entretenimiento que tienen que ver con el peligro”, abundo.
Villoro reveló que Müller crea toda una dramaturgia donde el peligro logra transformar a las personas, venidas de todo el mundo, jugando a ser el alcalde y el Dios de ese lugar, donde un día algo falla y muere una persona.
Opinó que su novela es distinta a lo que ocurre en México, pues en ella, dijo, ‘se plantean temas que me parecen muy relevantes analizar respecto a la violencia’.
“Ocurre en la Riviera Maya, una de las cosas que hace es contraponer la noción respecto al sacrificio que tenían los mayas, a la muerte gratuita que hoy en día padecemos.
“El hotel se llama ‘La pirámide’ porque imita una construcción maya y ahí, se encuentra la reproducción de un friso que se encuentra en Palenque es la cruz foliada y que alude al sacrificio. Este sentido ritual de lo que es la muerte, es distinto a lo que vivimos hoy y en donde se encuentran cadáveres mutilados sin que eso tenga una causa”, indicó.
Entonces, abundó el autor, quería reflexionar las causas de la violencia y las muy distintas maneras que tiene de expresarse, una de ellas es la violencia ceremonial de los mayas.
“La novela no plantea lo que es el infierno mexicano, sino las maneras que podemos tener de resistirlo y ahí está la clave de lo que puede ser la literatura en la actualidad”, apuntó.
Con la ironía y la profundidad reflexiva que definen su escritura, Juan Villoro, otorga realidad a una utopía: los problemas de ese paraíso son las virtudes de una gran novela.
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