Notimex. La fiesta huapanguera llegó la víspera al Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP), donde el grupo de son huasteco Los Rogacianos contagió de su sabor y regocijo a unas 600 personas que coparon el Patio Jacarandas del recinto de Coyoacán.
“Nos presentamos con el presentimiento de un concierto que será un jaleo de coplas y encuentros con amigos”, expresó Adelfo Hernández –guitarra huapanguera al hombro–, fundador y director del grupo integrado por Jesús Hernández (violín), Eliderio Aguilar López (guitarrón/arpa) y Carlos Solentino (jarana/violín).
El agasajo musical inició con el tema que da título al nuevo álbum, “4 huastecas” (Adelfo Hernández), de animosa conjunciones rítmicas (“Cuatro huastecas de alegre canto / es un orgullo no haber perdido su tradición / Cuatro huastecas y su huapango / donde se canta / se baila / el mismo son”).
El público no esperó: una rueda -más 20 parejas- zapateó en el extremo del patio y en los flancos de la tarima. Sombreros, faldas de colores, pañoletas azules, huaraches, guayaberas y otros objetos dieron más ánimo al concierto de alegría. Risas, gritos de falsetto y azote en las cuerdas de la guitarra huapanguera:
Los Rogacianos ejecutan una armonía huasteca que recuerda los orígenes huapantli: introducción instrumental en ritmo ternario de seis octavos o tres cuartos con cierta disonancia, presentación melódica, azote, canto y reiteración del “Ay” en falsetto. “Hay muchas agrupaciones de son huasteco en Hidalgo, Veracruz, Puebla y San Luis Potosí, pero la sonoridad de este grupo es única. Adelfo Hernández ha logrado una autenticidad donde los instrumentos protagonizan un ritmo de mucho brío, y acople de voces muy espontáneo.
Son los reyes del huapango. “Mire a la gente lo satisfecha que está. Y entre el público reconozco a muchos huapangueros profesionales”, comentó Alerandino Fragoso, ejecutante de guitarra quinta, que viajó al Distrito Federal desde Querétaro para escuchar a la tropa de Adelfo Hernández. “Le han cantado a Veracruz / a San Luis y a Tamaulipas / yo le canto a los hidalguenses/ que tienen cosas bonitas”, se escuchó en los rumores del bullicio.
El zapateo de las parejas ahuyentó los indicios del aguacero. Cumplimiento interpretativo de “El viejo”, tema de Celso Hernández, fundador del grupo quien murió hace algunos años. “Mirándome en un espejo / me puse a reflexionar / ya me estoy poniendo viejo / y no lo puedo evitar / Qué gano con preocuparme / mejor me pongo a cantar / Piensan que estoy acabado / todavía me sobran ganas / que cuiden a sus hermanas / que puedo ser su cuñado / aunque me miren viejón / todavía pago tenencia…”: reza el pícaro texto que Adelfo Hernández vocaliza en tesitura de galante despliegue huapanguero.
La composición “El bailarín” (“Soy de San Luis Potosí / el huapango es mi bandera / soy el mejor bailarín de sombrero y guayabera”), de Adelfo Hernández, se glosa con arpa y dos violines: sonoridad que oscila entre son jarocho y huasteco con retumbo armónico de istmeño. Juntes cobijados en la tradición.
“Me interesa explorar toda las manifestaciones tradicionales del son mexicano por eso cambio de momento el formato e incorporo otro violín y el arpa, para diversificar el diapasón del grupo”, precisó al final del concierto el director musical de Los Rogacianos. En el Día de San Juan tributo al son huasteco desde la flama trepidante de una cadencia que inflama la tarde del domingo.
Presencia de las seis huastecas en un pase de lista que retumba en las tapias de la Patio Jacarandas: huasteca hidalguense, potosina, queretana, tamaulipeca, poblana y veracruzana. “Falta la huasteca chilanga!”, grita un señor del público. “¡Pronto la haremos institucional, ya existe!”, precisa uno de los bailadores desde el fondo de la platea.
Exposición de todos los temas del fonograma (“Entre tus brazos”, “El medio gringo”, “Mujeres tamaulipecas”, “El necio”, “El poblano”, “Homenaje huasteco”, “Mi pensamiento”, “Qué bonito es el mar”…) con final de coplas que hacen referencias a algunos músicos presentes en el concierto (Julia Palma, Miriam Núñez, Pregoneritos de Hidalgo, Jaime Reyes, Los Tres Huastecos…).
“Qué me entierren con huapangos”, gritó Adelfo Hernández en el colofón, la gente lo ovaciona con fervores de afectos indescriptibles. El son huasteco, el son jarocho y las coplas de “Los Rogacianos” colorearon la víspera en el Museo Nacional de Culturas Populares.
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