Jesús Antonio Carlos Hernández. El estancamiento económico, la carencia de empleos, el crecimiento de la pobreza, y el grave clima de violencia que padecemos, en gran medida tienen su raíz en el sistema económico que se ha implantado en nuestro país desde hace ya casi 30 años, el denominado “modelo neoliberal”.
El neoliberalismo, ha tenido como objetivo concentrar la riqueza en una minoría y entregar los renglones más importantes de la vida económica del país a los grandes monopolios, principalmente del exterior, las corporaciones trasnacionales, cuyas ganancias equivalen a riqueza que sale del país.
En la medida en que el estado mexicano ha cedido al sector privado áreas estratégicas antes exclusivas del Estado, el país no se ha beneficiado en la forma en que lo pregonaban los promotores de esas reformas. El caso de la banca comercial es irrebatible ejemplo de cómo la privatización es contraria a los intereses de la nación, puesto que aquella goza de todos los privilegios y su contribución al desarrollo de México es mínima.
PEMEX y la industria eléctrica son de los aspectos más importantes de esta contienda electoral, ya que se trata de sectores estratégicos para el desarrollo económico; sin petróleo y electricidad no funciona la economía, y el primero es un bien escaso en los países capitalistas desarrollados
Por esa razón, los monopolios norteamericanos han intensificaron su lucha por adueñarse del petróleo y de la industria eléctrica de México
PEMEX en manos del Estado sigue siendo altamente redituable a pesar del abandono de que ha sido objeto y que ha frenado su modernización; sus elevados ingresos han sido clave para que los gobiernos neoliberales hayan cambiado la política fiscal a favor del gran capital sin que se colapsaran los recursos del Estado mexicano, debido a la elevada carga fiscal aplicada a PEMEX.
Los candidatos
¿Qué proponen los partidos y candidatos en torno de los temas fundamentales? ¿Cuál programa puede ser la mejor opción para el voto de los trabajadores y del pueblo?
Al frente del gobierno, el PAN, además de impulsar el pensamiento conservador y dogmático, ha continuado con entusiasmo la ejecución de las políticas neoliberales. Ha presionado para llevar a cabo la reforma en los derechos laborales, de acuerdo con la tesis de la flexibilidad, para favorecer a los grandes monopolios. Decretó la “extinción” de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, para conceder la explotación de las instalaciones de fibra óptica a los monopolios privados y, de paso, tratar de deshacerse de un importante sindicato de trabajadores. La corrupción de funcionarios públicos ha crecido a niveles superiores.
Ante estos hechos, a candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, ha manifestado que continuaría con los lineamientos del actual gobierno.
El PPS ha analizado el libro firmado por Enrique Peña Nieto, “México, la gran esperanza”, en el cual desarrolla su pensamiento y programa sobre los problemas del país. Allí expone sus tesis sobre petróleo e industria eléctrica, sobre la ampliación del TLCAN, sobre la reforma en la legislación laboral, la generalización del IVA en alimentos y medicinas, la desaparición del ISSSTE y del IMSS, la reforma política para establecer la llamada cláusula de gobernabilidad en la Cámara de Diputados, entre otras. Para el PPS estas tesis de Peña Nieto son inaceptables, porque ocasionarían un desastre a México, pues además de ser contrarias a la Constitución, hundirían más a nuestro país en el entramado neoliberal.
En el caso del petróleo, Enrique Peña Nieto anuncia dos propósitos: concluir con el dominio del Estado en la explotación del petróleo, facilitando la participación del sector privado en esta industria, lo cual significaría la reforma de los artículos 27 y 28 de la Constitución. También ha expresado ese propósito privatizador en relación con la Industria Eléctrica.
Su concepción con relación al Tratado de Libre Comercio (TLCAN) es profundizar sus efectos y radicalizarlo, para que pase –dice– de una integración comercial a una integración productiva, en la que se compartan las ventajas comparativas, con la entrega del petróleo por parte de México.
.En cuanto al candidato de la Coalición Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, observamos que su programa no contiene demandas que sobrepasen a las de un programa nacionalista, progresista y popular, por cuanto a que busca el beneficio de los sectores más necesitados. Propiamente, es el programa que recoge y defiende las realizaciones más importantes –que quedan– de la Revolución, a lo que añade nuevas propuestas y su firme decisión de cerrar el paso a la corrupción y los privilegios de la alta burocracia.
López Obrador se ha distinguido en los últimos años por ser un firme defensor de PEMEX y de la Industria Eléctrica. Además, un acierto muy importante en esta contienda es la de haber incorporado en su programa el impulso a la ciencia, la tecnología y la innovación.
Destacan en su programa, presentado el 20 de marzo de 2011, los siguientes puntos:
Revisar las concesiones que han sido otorgados ilegalmente para privatizar minas de oro, plata y cobre, así como en el caso del petróleo y la electricidad. Hacer una explotación racional del petróleo. Integrar las cadenas productivas que van desde la exploración y explotación del petróleo, la refinación, el gas y la electricidad; impulsándose también la industria petroquímica. Fortalecer la Comisión Federal de Electricidad y en especial sus plantas generadoras de energía eléctrica para reducir la compra de este producto. En los impuestos propone aplicar el principio de que pague más quien tiene más, por lo que se abolirán los privilegios de las 400 grandes corporaciones del país, cuyo pago es prácticamente simbólico. Afirma que su gobierno no intervendrá en la vida interna de los sindicatos ni respaldará a líderes vitalicios. Que velará por el cumplimiento de los derechos y prestaciones de los trabajadores, así como el derecho de huelga.
Lo que México necesita
Para el Partido Popular Socialista, lo indispensable hoy es que la nación se oriente definitivamente por el camino del desarrollo con independencia, con crecimiento económico que genere empleos bien remunerados para millones de jóvenes que hoy se encuentran sin expectativas; que se disminuya la brecha que se ha abierto peligrosamente entre opulencia y pobreza; que se respeten los derechos de los trabajadores y se apoye a los campesinos; que se amplíe la educación superior y el posgrado; y que se emprendan grandes obras de infraestructura para modernizar y unir mejor a México, sobre la base del talento de miles de profesionales y científicos mexicanos que hoy no encuentran cómo aplicar su creatividad para el servicio de nuestro país.
Un programa de gobierno que detenga el avance del neoliberalismo y se oriente por este camino, es el que necesita México.
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