Dos mil 500 toneladas de basura electoral: ¿contaminación o negocio?

Written by Redacción. Posted in Minuto a Minuto, Nacional

Published on julio 26, 2012 with No Comments

Notimex.- Polietileno, polipropileno y poliuretano parecieran vocablos para un trabalenguas. Sin embargo, constituyen la base de las dos mil 500 toneladas de propaganda electoral que cubrió espacios públicos durante las recientes campañas y que, de ser recuperados con un correcto reciclaje, evitarán daños al entorno ambiental y darán origen a nuevos productos que de comercializarse propiciarían importantes ganancias.

Concluida la etapa de propuestas, las promesas comienzan a olvidarse pero quedan impresas en toneladas de basura electoral: mantas, carteles y pendones entre otros productos propagandísticos que tapizaron espacios previo a los comicios del 1 de julio y que, tan solo en el Distrito Federal, se calcula sumaron 500 mil kilogramos.

Ahí están impresos los lemas de campaña con los que se promovieron los candidatos a ocupar puestos de elección, igual en las cámaras de Diputados y Senadores, que a cargos estatales, municipales o delegacionales, a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal o para la Presidencia de la República.

Polietileno, polipropileno y poliuretano son materiales que de no reciclarse podrían tardar hasta 80 años en desintegrarse, explica en entrevista con Notimex el director general de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac), Luis Gerardo Álvarez Espinoza.

El polietileno es el polímero más simple y también el más utilizado por la industria del plástico debido a su bajo precio y altos niveles de producción, con unas 60 millones de toneladas al año a nivel mundial. Es el insumo básico para fabricar bolsas, desde las que se utilizan en supermercados hasta las de uso industrial, para contenedores, envases, tuberías, juguetes, entre cientos de productos más.

El polipropileno es muy similar al polietileno pero requiere elevadas temperaturas para su reblandecimiento por su nivel de resistencia a solventes, característica por la que es utilizado para empaques de alimentos, tejidos, equipo de laboratorio y componentes automotrices, entre otros.

En cambio, el poliuretano es un plástico poroso utilizado para la fabricación de pinturas, fibras textiles, sellantes, embalajes, juntas, preservativos, componentes de automóvil, en la industria de la construcción, del mueble y múltiples productos más.

La preocupación de la industria del plástico es que a más de tres semanas de que se realizaron los comicios, y un mes desde que concluyeron las campañas, no sabe qué se está haciendo con la basura electoral ya recolectada.

“Hasta el momento ninguna autoridad o partido político nos ha solicitado información respecto a nuestros agremiados, quienes están dispuestos a llegar a una negociación para empezar a reciclar la propaganda electoral. No sabemos dónde está ese material, a dónde lo están llevando, ni qué se está haciendo con él”, indicó Álvarez Espinoza.

Recuperar los componentes de la basura electoral requiere que sea trasladada a lugares indicados, ya sean empresas de reciclaje o de transformación, pues lo contrario equivaldría a contribuir a la contaminación ambiental y desperdiciar materiales con gran valor porque están limpios y son de buena calidad.

Lo que se utiliza “en la propaganda política es de muy buen material, cumple con todas las normas requeridas por las autoridades, no hay necesidad de llevarlo al laboratorio a comprobarlo. Por esa razón es muy cotizado en el mercado, pues es una materia prima redituable para algunos sectores”, comentó.

De acuerdo con el titular de la Anipac, “el kilo de este material en el mercado se paga entre 3.00 y 3.50 pesos; si este precio es multiplicado por las toneladas (de propaganda electoral) que se utilizaron, es una cantidad bastante considerable”, que ascendería a entre ocho millones y medio de pesos a ocho millones 750 mil.

Pero esa situación –asegura- no es la que le preocupa a la Anipac, su mayor incertidumbre es el destino que tendrá ese material, que llegue al lugar correcto para ser transformado o reciclado.

“No nos interesa si lo venden (el material electoral) ni en cuánto, esas son cuestiones administrativas. Nuestra preocupación es que llegue al lugar correcto y que se le dé el tratamiento necesario”.

Si lo venden, la autoridad, los ciudadanos o el camión que lo recoge, “no nos incumbe, sólo esperamos que le estén dando una buena dirección”, comentó el representante de la Anipac.

Álvarez Espinoza recordó que en su momento la asociación hizo un llamado a los partidos políticos y a las autoridades correspondientes para facilitar el reciclaje de toda esa propaganda en México, con sus asociados, pero no obtuvieron respuesta.

El presidente de la Sección Recicladores de la Anipac, Carlos Saldate Paton destacó a su vez que la basura postelectoral es un desperdicio postindustrial susceptible de aprovecharse de diversas maneras.

Lamentó que el gobierno del Distrito Federal no haya tomado en cuenta la propuesta que presentaron a través de la Dirección General de Servicios Urbanos para llegar a un convenio y alargar la vida de los materiales utilizados en la propaganda política.

“Generamos un acuerdo de intención con el gobierno del Distrito Federal a través de la Dirección General de Servicios Urbanos, en materia técnica, comercial, de todo lo que es la ciudad de México, pero hasta el momento no hemos tenido un cierre de ese convenio”, dijo en entrevista por separado con Notimex.

Saldate Paton explicó que el Distrito Federal se encargó del acopio del material propagandístico en sus calles, el cual se guardó en bodegas para luego dar salida a estos desperdicios y enviarlos a las empresas recicladoras a partir de un acuerdo comercial.

Luis Gerardo Álvarez Espinoza puntualizó a su vez que si los institutos políticos pusieran atención en el tema les resultaría muy redituable, “los partidos políticos deberían de ver al reciclaje como un refinanciamiento”.

“Si los candidatos que perdieron quisieran recuperar algo de lo invertido en la campaña deberían recoger su propaganda y comercializarla, con ello recuperarían una parte importante del gasto que hicieron”.

Reconoció que en la propaganda hubo respeto a las condiciones de las autoridades y del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), tanto en los materiales a utilizar como en los lugares en los que pudiera colocarse.

El Artículo 217 del Cofipe señala que a los candidatos y campañas les serán aplicables las normas previstas en el mismo ordenamiento. En tanto, el artículo 218 del Código dice que en la colocación de propaganda electoral, los partidos y candidatos obedecerán las reglas: no podrán colgarse del equipamiento urbano; entiéndase como postes de luz, teléfonos, árboles, semáforos, señalamientos, puentes peatonales, bardas públicas, monumentos y fuentes.

Tampoco podrá colgarse o pintarse el equipamiento urbano, carretero, ferroviario, o accidentes geográficos (cerros), ni podrán fijarse en monumentos o edificios públicos, ni estorbar la visibilidad de señalamientos urbanos y carreteros.

Por su parte el apartado dos del mismo artículo indica que utilizarán materiales que no dañen el ambiente y que sean reciclables; y su apartado cuatro que los Consejos Distritales Locales harán cumplir estas disposiciones y serán responsables de hacer retirar los anuncios que violenten dichas disposiciones. De lo contrario se harán acreedores a las multas y sanciones correspondientes.

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