Cautiva chelista mexicano Carlos Prieto al público de Quito

Notimex.- El chelista mexicano Carlos Prieto deleitó anoche al público que llenó una de las salas de la Fundación Guayasamín en Quito, con un recital de música y anécdotas sobre su instrumento, como parte de la agenda que cumple en Ecuador.
El público aplaudió de pie y de manera prolongada la interpretación de la Suite para dos violonchelos, del compositor mexicano Samuel Zyman, en la que estuvo acompañado por el chelista ecuatoriano Eddie Jumbo.

Fue el corolario de un acto que además tenía como objetivo la presentación de su libro “Las aventuras de un violonchelo”, en el que relata historias del instrumento con el que se presenta desde hace 35 años, pero que tiene 292 años de antigüedad.

Como parte de su repertorio de anécdotas y como prólogo al recital, Prieto contó que la suite fue compuesta por Zyman a pedido suyo y de su amigo el chelista chino-francés Yo-Yo Ma.

La petición fue hecha luego que ambos constataran “frustrados” que el instrumento de Prieto, que para entonces ya había sido bautizado con el femenino “Chela Prieto”, no había producido “violonchelitos”, al dejarlo junto al de Yo-Yo Ma.

Se trataba, explicó, de que esa unión produjera algo, aunque fuese por obra de terceros.

Prieto dijo que se vio obligado a ponerle nombre a su violonchelo, por sugerencia de su esposa, para embarcarlo como pasajero, con boleto pagado, porque caso contrario podía destruirse en la sección de carga de los aviones.

El violonchelo lo adquirió hace 35 años, en una tienda de Nueva York, como un instrumento que parecía inservible, dado que había permanecido mucho tiempo sin uso.

Pero antes, reseñó, el instrumento, un Stravarius de 1720, había pasado muchas peripecias, entre ellas haber sido sacado de manera clandestina de la Alemania nazi, por su anterior propietario, Francesco Mendelsson, oculto en un saco y a bordo de una bicicleta.

Luego, añadió, en Nueva York se salvó de ir al basurero, gracias a la mucama de Mendelsson, quien, en una de sus tantas noches de exceso de licor, lo había olvidado en la acera de su casa.

Prieto también narró cómo “Chela Prieta” causó desconcierto en la policía de la desaparecida Unión Soviética, al faltar físicamente en el grupo de pasajeros de un vuelo a Siberia, porque el instrumento reposaba en un asiento del avión.

Recordó que la funcionaria de una aerolínea decidió aplicarle a “Chela Prieto” tarifa de tercera edad, cuando se enteró que tenía más de 200 años de edad.

Prieto está en Ecuador para actuar en Quito y Cuenca, recibir el título de Miembro Honorario de la Academia de la Lengua de Ecuador, presentar sus libros “Las aventuras de un violonchelo” y “Cinco mil años de palabras” y reunirse con estudiantes.

Su estancia en Ecuador responde a una iniciativa de la embajada de su país, como parte de la celebración de las fiestas patrias mexicanas en este país sudamericano.