Cientos se aglomeraban en señal de rechazo de Peña Nieto

Prensa Latina. Mientras en una sala del Tribunal electoral el presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, agradecía en su primer mensaje a quienes votaron por él, afuera, en la calle, cientos se aglomeraban en señal de rechazo.

Ver imágenes en FotosPL Poco a poco fueron sumándose personas a la protesta frente a la sede del máximo órgano de justicia electoral y se llenaron de pancartas las áreas exteriores con textos alusivos al descontento popular que subyace en algunos sectores de la sociedad.

Para muchos Peña Nieto, el carismático político mexiquense de 46 años impulsado por la coalición de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista, triunfó sin convencer.

No obstante, él ha dicho en reiteradas ocasiones que gobernará para todos los mexicanos y ayer ratificó, tras recibir su constancia de presidente electo, que se abre una nueva etapa para el país donde se potenciarán el diálogo, el entendimiento y el acuerdo.

Sin embargo, aquellos, los otros votantes mexicanos, los que forman parte de los casi 16 millones que pusieron su esperanza en las urnas por la opción del Movimiento Progresista que representaba Andrés Manuel López Obrador, no confían y así lo han expresado en las calles.

Por la conocida avenida Tasqueña, en esta capital, marcharon hasta el Tribunal una incalculable cantidad de ciudadanos. Prensa Latina preguntó a un joven que portaba una bandera de dónde venían.

“Somos de diferentes facultades de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), desde allá venimos caminando y llegaremos hasta el tribunal”, respondió.

Sobre la misma avenida se obsevaba un carro con unas coronas luctuosas, y es que, según dijeron, acudían al funeral de la democracia.

Todos se unieron a los que ya estaban apostados desde temprano en áreas exteriores de un edificio reforzado con vallas metálicas y un contingente de policías federales y que se identificaban con organizaciones como #Yo Soy 132. Este 31 de agosto tuvo matices, pero finalmente México conoce hoy quién dirigirá los destinos del país en los siguientes seis años, dos meses después de las elecciones presidenciales del 1 de julio.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió el jueves el juicio de impugnación de los comicios, interpuesto por la alianza de izquierdas Movimiento Progresista y el viernes dio la constancia a Peña Nieto.

Marco Antonio Zavala, secretario general de acuerdos, destacó en el dictamen que el priísta logró en el cómputo definitivo 19 millones 158 mil 592 votos.

Le siguieron Andrés Manuel López Obrador, abanderado de la alianza de izquierda Movimiento Progresista, que quedó con 15 millones 848 mil 827; Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional, 12 millones 731 mil 630, y Gabriel Quadri, del Nueva Alianza, un millón 146 mil 85.

De acuerdo con el tribunal, la alianza de López Obrador estableció supuestas causales que no fueron comprobadas.

El mandatario electo y su equipo han propuesto en lo inmediato algunas reformas en materia de transparencia, la creación de una comisión nacional anticorrupción, y un organismo que regule el gasto público de publicidad en medios de comunicación.

Para el 2013 espera implementar las llamadas reformas estructurales, o sea, seguridad social, laboral, fiscal, financiera y energética (que incluye el tema de la inversión privada en Petróleos Mexicanos).

Una de sus propuestas es también disminuir de 500 a 400 el número de legisladores en la Cámara de Diputados, lo que, a juicio de los analistas facilitaría la formación de mayorías en el Poder Legislativo y, con ello, la aprobación de reformas.

Luego de las elecciones del 1 de julio, el PRI logró consolidarse como la primera fuerza en el Congreso (207 diputados y 52 senadores), pero no alcanzó la mayoría simple necesaria para aprobar reformas de ley, ni la mayoría calificada —dos tercios del pleno— que exige avalar reformas constitucionales.

Por eso, varios entendidos auguran que le será difícil su mandato pues el PRI tendría que pactar con otras fuerzas políticas en el Congreso, entre ellas la fracción parlamentaria progresista (de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Movimiento Ciudadano), y el Partido Acción Nacional.