Notimex.- El escritor y promotor cultural Elmer Mendoza (Culiacán, 1949), catedrático de Literatura en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), tiene un método único y personal para concebir y dar forma a sus textos: ”Escucho, veo… y luego escribo sobre temas de interés general”.
Esos temas de la más candente actualidad, como la educación, la economía y la seguridad, “son asuntos que luego de analizarlos me dejan muchas preguntas, mías y de mis lectores. Fuertes interrogantes como ¿qué vamos a hacer ante la ola de inseguridad?, para las que hasta hoy no tenemos respuestas”.
Durante una entrevista con Notimex, a propósito de la puesta en circulación de su más reciente novela, “Nombre de perro”, el miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), del Sistema Nacional de Creadores de Arte y de El Colegio de Sinaloa, dijo que son “temas sumamente álgidos”.
Agregó que “son temas muy crudos que generan una serie de preguntas, pero yo tengo un sistema para poder llevar al lector todo lo que está pasando: Sin yo hablar, escucho a las personas. Oigo muy atento sus conversaciones y cuando un tema se repite constantemente, se me queda en la mente y lo hago novela”.
Mendoza es un comprometido promotor de la lectura. De 1978 a 1995 publicó cinco volúmenes de cuentos y dos de crónicas, y en 1999 su primera novela, “Un asesino solitario”, que lo situó, según el crítico Federico Campbell, como “un narrador que recoge con acierto el efecto de la cultura del narcotráfico”.
El entrevistado mencionó que ese método le ha resultado altamente efectivo porque al mismo tiempo que lo documenta, le permite tener elementos para ofrecer al lector. De esa manera, señaló, devuelve a la sociedad los temas que a ella le inquietan, “temas que se comentan en todas partes y a todas horas”.
Son datos que poco a poco se van acumulando en la memoria del escritor, de agudo sentido de la investigación, quien con “El amante de Janis Joplin” obtuvo el XVII Premio Nacional de Literatura “José Fuentes Mares” y con “Efecto Tequila” fue finalista, en 2005, del Premio Dashiell Hammett.
Confesó, sin embargo, que a lo largo de su existencia y de manera particular en las últimas décadas, ha leído a muchos autores, de quienes ha abrevado el deseo de escribir sobre los temas que de manera particular le interesan al lector inteligente, informado, deseoso de estar al tanto de lo que sucede en su entorno.
De esa manera, Elmer Mendoza retrata literariamente una época, la actual, a través de los ojos del detective ficticio que ya le ha dado fama mundial, “Edgar ‘El Zurdo’ Mendieta”, quien en esta entrega tiene que sumergirse una vez más en las redes de la delincuencia para ayudar a la mafiosa “Samantha Valdés”.
Según la novela, ella ha recibido un duro golpe: Durante una reunión con otros hampones para pactar una tregua que le siguiera el juego al gobierno, asesinan a su amante. Ahora busca venganza. “Mendieta” acepta ayudarla, sin pensar en los sospechosos que lo conducirán a otros espacios de poder, explicó Mendoza.
Mientras halla tiempo para investigar el asesinato de un dentista, enfrentará una acusación por tortura, convivir con su hijo “Jason” y reencontrarse con la madre él, “Susana Luján”, a quien un marine que la pretende afanosamente ha seguido desde Los Ángeles, y con quien “El Zurdo Mendieta” saldará cuentas.
En 2006, recordó el entrevistado, apareció su cuarta novela, “Cóbraselo caro”, y en 2008, “Balas de plata” y después de “La prueba del ácido”, publicada en 2010 y protagonizada por el detective “Edgar ‘El Zurdo’ Mendieta”. Ahora, Mendoza promueve en México “Nombre de perro” con la que sigue esta saga.
“Es un libro que deberían leer los políticos de todo el mundo, los actuales y lo que en poco tiempo asumirán los mandos, porque lo que yo expresó aquí no es la percepción de un escritor que vive en Culiacán, sino de miles de personas en todas las grandes ciudades, temas que yo vuelco a través de mis novelas”.
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