Notimex.- La Jornada Cultural “Rubén Darío” 2013, organizada por el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC), se llevará a cabo a partir de este viernes en Ciudad Darío, Nicaragua, con motivo del 146 aniversario del natalicio del “príncipe de las letras castellanas”.
Será una semana llena de poesía, música tradicional, juegos infantiles, conciertos de música campesina, presentaciones de grupos folclóricos y ballets para homenajear al poeta.
Además, se realizará un festival de poesía, así como un simposio sobre la vida y obra de Darío, informa el portal “telesurtv.net”.
Félix Rubén García Sarmiento, mejor conocido como Rubén Darío, nació el 18 de enero de 1867 en San Pedro de Metepa, Chocoyo, Nicaragua, aunque un mes después de su nacimiento se fue a vivir a León con su madre, Rosa Sarmiento, y su padre, Manuel García.
Tuvo una hermana que se llamaba Cándida Rosa, que se malogró enseguida, pronto su madre abandonó al padre del poeta quien era alcohólico, yéndose a vivir a una pobre casa hondureña de San Marcos de Colón, reseña el sitio “biografiasyvidas.com”.
Sin embargo, el pequeño Rubén regresó a León con los tíos de su madre, Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel Félix Ramírez, quienes perdieron a una hija, por lo que lo acogieron como sus verdaderos padres.
Sus estudios los realizó con los jesuitas, a los que dedicó algún poema.
En aquella etapa de juventud, cultivó la ironía influida por Bécquer y Víctor Hugo, y según confesó en su “Autobiografía”, una maestra de letras lo castigó al sorprenderlo con “una precoz chicuela, iniciando indoctos e imposibles Dafnis y Cloe detrás de la puerta”.
En 1882, Darío se encontraba en El Salvador, donde fue recibido por el presidente Zaldívar, a quien le expresó sus ambiciones burguesas y sobre lo que escribió más tarde.
En Chile, conoció al presidente suicida Balmaceda y trabó amistad con su hijo Pedro Balmaceda Toro.
Con poco dinero, el joven escritor se alimentaba en secreto de “arenques y cerveza”, para poder vestirse decentemente. Publica “Abrojos” (1886), una serie de poemas que hablan del triste estado de poeta pobre e incomprendido, y del desamor que sufrió por Domitila.
Cuentan que escribió “Otoñales” para un concurso literario convocado por el millonario Federico Varela, del cual obtuvo el octavo de 47 originales presentados. Con su “Canto épico a las glorias de Chile” obtuvo el primer lugar junto con Pedro Nolasco Préndez, así como la módica suma de 300 pesos.
De acuerdo con el portal “buscabiografias.com”, en 1886 Darío publicó su primer gran título “Azul”, libro que llamó la atención de la crítica. De regresó a Managua se casó con Rafaela Contreras en 1891 y 15 meses después nació su primer hijo, pero en 1893 falleció su esposa.
Para 1890, el poeta escapó de los estrechos ambientes intelectuales, donde no fue reconocido como artista. Poco a poco se hundió en la embriaguez y se vio obligado a casarse con Rosario Emelina Murillo, quien lo sorprendió en honesto comercio amoroso.
Vivió perseguido por su esposa, aunque pronto Rubén conoció a Francisca Sánchez, una criada analfabeta de la casa del poeta Villaespesa. Con ella viajó a París. Fue cónsul de Colombia en Buenos Aires, adoptó Madrid como su segunda residencia cuando fue enviado por “La Nación”.
Posteriormente, tuvo un hijo con Francisca y vivió con ella el resto de sus días. Rubén Darío se convirtió en poeta de éxito en Europa y América, fue nombrado representante diplomático de Nicaragua en Madrid en 1907.
El autor viajó por Italia, Inglaterra, Bélgica, Barcelona, Mallorca y escribió “Cantos de vida y esperanza” (1905), “El canto errante” (1907), “El poema de otoño” (1910), “El oro de Mallorca” (1913). Por otra parte, nunca alcanzó una “buena posición social”.
En París, conoció a los poetas parnasianos y simbolistas. Sawa, un pobre bohemio, viejo y ciego le reclamó a Rubén 400 pesetas, a fin de publicar “Iluminaciones en la sombra”, la obra más valiosa de aquel hombre, pero el poeta no contaba con dinero para prestarle.
Al final, Darío a petición de la viuda de Alejandro Sawa, prologó enternecido al extraño libro póstumo de ese “gran bohemio” que “hablaba en libro” y “era gallardamente teatral”, pues al final de su vida, el autor no pudo favorecer a sus amigos más que con su pluma.
No obstante, ganó reconocimiento de la mayoría de los escritores contemporáneos en lengua española y la obligada gratitud de todos. En 1916, tras regresar a su Nicaragua natal, Rubén Darío falleció el 6 de febrero de 1916.
No Comments
Comments for Arranca el viernes jornada cultural en honor a Rubén Darío are now closed.