Fue Susan Sontag una férrea defensora de la libertad

Written by Redacción. Posted in Minuto a Minuto, Sociales

Published on enero 15, 2013 with No Comments

Notimex.-  La escritora, cineasta, profesora, activista, directora teatral y crítica neoyorquina Susan Sontag solía decir que escribía para definirse, como un acto de autocreación, en un diálogo consigo misma, con escritores que admiraba, vivos y muertos, o con lectores ideales.
En general, porque le daba placer, más allá de la certeza de para qué servía su trabajo; aseguraba además, amar las limitaciones, porque ellas eran la causa de su inspiración, recuerda la página “frasescelebres.net”, especializada en recoger frases que han marcado la forma de ser de personajes de todos los tiempos.

Sontag, sin embargo, no sólo escribió y sentenció su forma de ser, sino que actuó, de ahí que se le considere una de las máximas figuras de los movimientos intelectuales de los años 60, a quien se recuerda mañana a 80 años de su natalicio, ocurrido el 16 de enero de 1933.

El portal “Biografiasyvidas.com”, señala a Sontag como una de las intelectuales más influyentes en la cultura estadounidense de las últimas décadas, que adoptó su apellido de su padrastro Nathan Sontag, tras la muerte de su padre biológico Jack Rosenblatt.

El potencial intelectual de Sontag, destaca, se hizo notar desde temprana edad, pues a los 15 años ya había terminado sus primeros estudios e ingresado a la Universidad de California, en Berkeley.

Su estancia en esa casa de estudios fue corta pues a un año de haber ingresado se trasladó a la Universidad de Chicago, donde se licenció en Letras en 1951, y luego en Harvard continuó sus estudios de doctorado.

De vuelta a su ciudad natal, Susan Sontag comenzó una carrera académica que parecía acorde con su preparación, pero no con sus intereses. Se desempeñó como conferencista de Filosofía en el City Collage, después paso ser docente en la Universidad de Columbia.

Alfaguara, su casa editora, acota que su carrera literaria inició en 1963, con la publicación de su novela “El benefactor”, libro que le abrió las puertas a varias publicaciones neoyorquinas durante los años 60, tal fue el caso de “Harpers”, “The New York Review of Books” y “The Partisan Review”, entre otras.

Fue a partir del reconocimiento internacional de sus ensayos reunidos en “Contra la Interpretación” (Alfaguara, 1996), que se consolidó como una de las máximas figuras de los movimientos intelectuales de los años 60.

Desde entonces su prestigio se hizo notar, tanto en sus obras como en la participación que tuvo en grandes problemas sociopolíticos y su defensa de las libertades, como queda de manifiesto en su discurso: “Literatura es libertad”, pronunciado en 2003, en el marco de la entrega del Premio de la Paz de los Editores y Libreros Alemanes.

Una prueba difícil de soportar para Sontag fue el arduo tratamiento contra el cáncer, mientras hacía uso de las letras para plasmar su experiencia, de la cual derivaron ensayos como “La enfermedad y sus metáforas”, ampliado y publicado en “El sida y sus metáforas”.

Entres sus publicaciones más sobresalientes, añade la editorial, se encuentran también “El amante del volcán”, “En América” (Alfaguara 2002), la recopilación de ensayos “Cuestión de énfasis”, entre otros.

En el año 2000 recibió el National Book Award por “En América”, en el año 2001 le fue otorgado el Premio Jerusalén por el conjunto de su obra y en 2003 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y el Premio de la Paz.

Sontag murió en su ciudad de origen el 28 de diciembre de 2004, víctima de una leucemia mielógena aguda, dejando para la posteridad sin número de reflexiones personales sobre temas diversos como el amor (Amar duele. Es como entregarse a ser desollado y saber que en cualquier momento la otra persona podría irse llevándose tu piel).

La literatura (La literatura es libertad); la compasión (Tengo la impresión de que la literatura amplió mi capacidad de compasión), la ambición (La ambición se alimenta de todo, hasta de otras ambiciones), o la vejez (El miedo a envejecer nace del reconocimiento de que uno no está viviendo la vida que desea. Es equivalente a la sensación de estar usando mal el presente), entre otras citadas en “frasescelebres.net”.

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