Notimex.- “Un palco sobre la nada”, del escritor español Alonso Guerrero, es una muestra clara de la influencia que el autor checo Karel Capek, el padre del término robot y pieza fundamental de la literatura de ciencia ficción, ha ejercido en autores de generaciones posteriores a la suya.
“El alba, otro día, y ni una pulgada de progreso” reza la cita de Capek con la que Guerrero arranca su más reciente novela, de la cual da cuenta el portal “elcultural.es”.
Guerrero emplea una prospectiva con relación a la humanidad, crea un ambiente futuro en donde la raza humana queda ajena de la moral y el progreso y, al contrario, declina en una involución, tal como lo hiciera el autor checo, a quien se recordará mañana a 123 años de su nacimiento, ocurrido el 9 de enero de 1890.
Capek vio la primera luz en Bohemia, en el Imperio Austrohúngaro; realizó estudios en Filosofía, y aunque publicó algunos ensayos en este campo, como “El pragmatismo” (1918), se dedicó a la literatura de ficción y al periodismo.
Destacó por tener una personalidad e ideas liberales, pues en aquel tiempo ocurría el ascenso del nazismo, lo cual provocó en él una fuerte reacción de carácter ético, según destaca la hoja de vida que sobre el autor publica “biografiasyvidas.com”.
La Enciclopedia Británica lo define como un autor reconocido mundialmente por ser quien empleo por primera vez la palabra Robot, dentro de su obra “R.U.R.” (Siglas de Robots Universales Rossum, 1920), historia futurista que habla de la evolución e involución del hombre creador.
Capek también publicó relatos en los que puso de manifiesto su actitud escéptica, tales como “Calvario” (1917) y “Cuentos embarazosos” (1921).
Pero su importancia como narrador se debe, sobre todo, a las novelas de ficción científica, que revelan su honda preocupación ante los peligros del progreso técnico. “La fábrica de absoluto” (1922) y “La Krakatita” (1924) son ejemplos del género.
Sus biógrafos destacan además su amistad con el presidente Tomás Masaryk, al lado de quien luchó por mantener la nación checa durante la Primera Guerra Mundial, además de su paso por el teatro Vinohardsky, del cual fue fundador y director, según el portal “EPDP”.
Karel Capek murió el 25 de diciembre de 1938, en Praga, República Checa, aunque su legado se mantiene presente sobre todo en la literatura y en la cinematografía universal.
No Comments
Comments for Mantiene Karel Capek su influencia en nuevos escritores are now closed.