Reto para gobierno federal entender levantamiento zapatista: Ituarte

Notimex.-  El ex vicario de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Gonzalo Ituarte, sostuvo que el reto de la nueva administración federal es comprender el significado del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en relación con el progreso de México, lo cual no entendieron las últimas cuatro administraciones federales.

Aunque consideró que el panorama sobre el conflicto zapatista es “oscuro y con ventarrones”, insistió en que el Estado mexicano, sin distingo de color partidista, no ha sabido asumir el reto que significan los pueblos indígenas en la historia de México.

“Desde el inicio del surgimiento zapatista, Salinas de Gortari perdió la gran responsabilidad de replantear su política y de abrir a una nueva dimensión del desarrollo de México, y acudir a las propias raíces que hubieran enriquecido mucho el proceso nacional”, indicó el ahora prior provincial de los dominicos.

Responsabilidad que, insistió, tampoco lo hizo su sucesor, Ernesto Zedillo, ni los gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón. Ni priistas ni panistas “captaron, ni alcanzaron a comprender el significado de este levantamiento (del EZLN), en relación al progreso del gobierno de México y por lo tanto no han sabido responder”.

También consideró que la postura mostrada por el nuevo gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, en apoyo al respeto de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, para atender las demandas de los zapatistas, fue “lo mínimo que tenía que hacer y ayudará, pero en lo inmediato yo creo que está en la cancha del gobierno y del Estado mexicano”.

En entrevista, subrayó que “habrá que ver que más allá de las declaraciones, qué forma concreta toman las políticas, a ver si por fin se valora lo que significan los pueblos indígenas en México y ese es el gran reto, más ahora para el nuevo gobierno.

Sobre todo, dijo, “porque han pasado muchos años desde el levantamiento y los pueblos indígenas han ido madurando, la sociedad civil también, los diferentes niveles de organización social y entonces se hace más complejo todavía el reto, pero sigue siendo un reto ineludible, sigue siendo una demanda fundamental”.

A pesar de que sostuvo tener optimismo de que se atiendan las demandas y para ello mantiene toda la voluntad de participar , consideró que “el panorama que se ve es bastante oscurito, nublado, frío y con ventarrones”.

Sin embargo, comentó que existe la posibilidad de que los diferentes actores tomen decisiones adecuadas, reentiendan la problemática, reubiquen el proceso y hagan converger las diferentes fuerzas.

“La esperanza es lo que tenemos que mantener, porque la historia ha comprobado que la paciencia de los pueblos indígenas es perdurable, pero obviamente no hay muchos elementos para decir que ahora sí va a suceder, tenemos que esperar realmente a ver cómo evoluciona la realidad en la política”.

Sobre todo, resaltó que a pesar de la fuerza que aún representa el EZLN y el subcomandante Marcos, no es tema de gran presión para el gobierno federal como lo fue en sus primeros años, luego de su levantamiento en 1994, “porque había una respuesta sumamente potente alrededor del mundo a favor del zapatismo, condiciones que ya no se dan”.

“En la opinión pública nacional, en el interés de los partidos políticos, por desgracia la imagen se desgasta y hay otros aspectos también relevantes como el fracaso del modelo económico que sigue produciendo más pobreza y más desempleo, o el problema de la famosa guerra del narcotráfico, la violencia, todo eso debilita el interés y por lo tanto la presión no es de la misma magnitud, aunque creo que es de una calidad más refinada”.

Sin embargo, “obviamente yo sí espero que los puentes nuevos que el EZLN ha planteado que va a construir junto con los ya existentes y las relaciones que tiene con otras organizaciones, sí generen una presión real, y que sea una presión que crezca, yo quiero sumarme a esa presión, aspirando a que el gobierno no responda sólo por el tamaño de la presión sino que valore lo que realmente está en el fondo”.

Asimismo, señaló que aunque la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) ha tenido una función casi informal en los últimos años, “ha sido la garantía para detener la intervención armada en la zona zapatista, a pesar que no existió el dialogo, pero es el instrumento del Estado Mexicano para evitar una acción militar”.

De ahí que opinó que sería importante restituir la Cocopa “para que ayude al Poder Ejecutivo a entender la problemática, y en el caso de los legisladores, aunque no se les pide que vayan a ser muy iluminados, pero seguramente un esfuerzo que hubiera sido honesto, lograrían una mejor aportación y podrían cumplir la misión por la que fue creada la Cocopa”.