Notimex.- Una reflexión sobre cómo las estructuras narrativas, tanto clásicas como contemporáneas, han participado en las grandes revoluciones tecnológicas, fue compartida anoche por el escritor Martín Solares, en la clausura del ciclo “Escribir para mañana”.
En las instalaciones del Museo Universitario del Chopo, el escritor habló también sobre cómo es que la forma de una novela se puede representar gráficamente, así como de sus ritmos, técnicas y puntos de vista, entre otros elementos.
Solares consideró que sólo aquellos que no practicaron la literatura seriamente se vieron asombrados por la aparición de la plataforma de “Twitter”, ya que todo escritor trata siempre de tener la mayor concisión posible.
Señaló que 140 caracteres, los disponibles para publicar un mensaje en dicha red social, no deben representar un problema para quienes se han dedicado a la literatura.
Sin embargo, desde su apreciación como editor se manifestó contra aquellos que, antes de entregar un informe final para alguna institución, recopilan los ´tuits´ que han publicado en el último semestre, pues no todos cuentan con el talento para hacerlo bien, “no es lo mismo ser un buen tuitero, que crear una historia desde el Twitter”, consideró.
En ese sentido, mencionó que son pocas las personas que tienen dicha habilidad, como el escritor José Luis Zárate, a quien calificó como uno de los creadores de literatura fantástica más inventivos y que se ha desempeñado como pocos en el reino del “Twitter”.
No obstante, en la mayoría de los casos, dijo, crear una novela utilizando la red social no es funcional, pues el texto tendría que escribirse de atrás hacia delante, debido al funcionamiento de la plataforma.
Para Solares, la creación de una novela conlleva un proceso complejo y perdurará en el futuro pese a cualquier tecnología.
Detalló que la prosa en una novela se destaca según la capacidad que el autor tenga para provocar una reflexión en el lector, y que es importante que éste se pregunte al final de cada capítulo, párrafo o página, qué pasará después. “Esta es la fórmula novelesca por excelencia”, anotó.
Explicó que si se pudiera hacer una radiografía de la narrativa para observar los puntos en los que la gente se cuestiona y luego se juntaran para trazar un dibujo, se obtendrían diversas figuras, las cuáles son como representaciones gráficas de la forma de una novela.
“De un texto sobre un informe de gobierno o un boletín, por cómo se conforman gráficamente, se obtendría una línea recta, algo plano. En cambio una novela tiene la vocación de ser una prosa diagonal, líneas que se elevan y siguen la forma de una escalinata, lo que resulta un bucle”.
Estas figuras más dinámicas, como el bucle, son producto de los giros que hace un autor dentro de la historia, los cuáles son una especie de cuentos diluidos dentro de la novela.
Añadió que la estructura del bucle se apega a un esquema tradicional para escribir una novela, forma que es necesaria conocer para poder crear otras nuevas y originales, y que ha sido la base para muchos escritores que han revolucionado la escritura en las últimas décadas.
“Escritores como Roberto Bolaño, Juan Rulfo, Ernesto Sábato y Gabriel García Márquez han tomado como punto de partida la estructura tradicional para luego crear las propias, que han sido reproducidas por centenares de imitadores en todo el mundo”, refirió.
De los escritores modernos, Solares consideró que el peruano Mario Vargas Llosa es el gran arquitecto de la novela de la segunda mitad del siglo XX, mientras que la construcción de la narrativa de Julio Cortázar es una de las más imitadas hoy en día.
En el ciclo “Escribir para mañana”, que inició el pasado 27 de febrero, participaron destacados escritores, entre ellos Juan Villoro, María Virginia Jaua y Moshen Emadi, quienes han charlado sobre diversos aspectos de la escritura en la actualidad y su relación con las nuevas tecnologías.
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