Notimex.- “Diablo Guardián” es la novela responsable de que Xavier Velasco (Ciudad de México, 1964) se dedique a escribir, a eso y no más que a eso. “Fue Santa ´Violeta’, a quien me encomendé, me hizo el milagro, y hoy, a 10 años de distancia, estoy muy cerca y muy lejos de ese texto que no he vuelto a leer”.
Entrevistado por Notimex en la calidez de su estudio, el laureado escritor explicó lo anterior y señaló que ese libro, sin embargo, nunca se ha ido de su vida, y nunca lo hará; “a veces, cuando visito algún fragmento en alguna de sus páginas, sonrío mucho porque me parece que fue escrito por alguna otra persona que no soy yo”.
Por otro lado, agregó, está la distancia que produce el hecho de que esa novela ha sido expropiada por los lectores, tanto su texto como en su protagonista, llamada “Violeta”. “Digamos que asisto a este espectáculo cada día más como un testigo, cada vez más distante; en el libro cuento sobre mi ‘Violeta; hoy, ella pertenece a todos”.
En “Diablo Guardián”, Xavier Velasco narra todo sobre los años cuando era “su Violeta”. “Si en ese entonces alguien hubiera dicho el nombre de ella cerca de mí, yo habría pegado un brinco; ahora, y como me lo han manifestado muchos de los lectores, ‘Violeta’ es de todos, porque tras su lectura a todos les pertenece”, añadió.
A lo largo de los 10 años que han pasado desde la primera irrupción de “Diablo Guardián” en las librerías del país y algunas ciudades del extranjero, el autor guardó celosamente el secreto de “Violeta”. Para la edición de aniversario quiso contar ese secreto guardado, y así lo hizo, lo que da un plus a esta novela ya de culto.
Sonriente, bondadoso y con pleno dominio del idioma, reconoció que “Violeta” ha evolucionado. Lo ha hecho, enfatizó, por la cantidad de lectores que tiene, porque son ellos quienes consuman la novela. “Después de tanta gente que ha completado la novela de tantas maneras, yo ya no son quién para poner palabras en boca de ella”.
A pesar del fenómeno editorial que ha significado “Diablo Guardián”, novela con la que el autor obtuvo el Premio Alfaguara de Novela 2003, dijo que ni al escribir la primera línea, ni al poner el punto final, tuvo la más remota idea de lo que pasaría con ese texto. “Llegué a pensar que la gente iba a odiar profundamente a ese personaje, aunque, mi intensión era que no pudieran acabar ni de odiarlo ni de quererlo. Sólo pude imaginar y soñar si se vendían algunos cuantos ejemplares”.
Velasco alzó las cejas, entrecerró los ojos, levantó los brazos y elevó la voz para exclamar: “¿Cuándo iba yo a imaginar que se habrían de vender más de 250 mil ejemplares de esta novela? Ni en mis más delirantes pesadillas pude haber imaginado algo así”, y tras ello estalló en una carcajada, gesto peculiar en el escritor.
Desde su mirada de quien posee un bagaje cultural decoroso, adivinar el gusto de la gente no está en la capacidad de nadie. Si en este país tenemos expresiones “culturales” tan pobres, acotó, “es porque están pensadas por gente que piensa que somos estúpidos. Programan televisión, hacen cine y libros, creyendo que somos estúpidos”.
Xavier: “Lo que uno tiene que hacer es dar todo lo que tiene, y aún así, eventualmente funciona, o no; yo soñaba con tener público amplios, con no tener que cambiar mi forma de ser para llegar a donde quería llegar, con seguir siendo el mismo irresponsable, conseguir divertirme con mi trabajo, y no obstante, poder vivir de ello; creo que tengo eso”.
Con el paso del tiempo, Velasco ha descubierto y se ha dado cuenta de muchas cosas, y a pesar de ello, asegura no haber confeccionado un abc que le funcione en su calidad de escritor, ni quiere tenerlo. “El escritor debe seguir su instinto y nada más. Mario Vargas Llosa dijo como consejo para escritores que sólo hay dos mandamientos”.
Tomó aire para explicar que “el primero es amar la literatura por sobre todas las cosas, y dos, hacer lo que a uno le dé la gana; el segundo mandamiento me ha salido muy bien, pero al primero a veces le he fallado”, abundó el entrevistado, quien para entonces ya era sitiado por su enorme, peludo y juguetón perro al que llama “Boris”.
Sobre la manera de alcanzar esos objetivos, subrayó que hoy sabe que más que pensar qué hacer, es preciso creer en lo que se hace. Recordó a Amado Nervo, el portentoso poeta, quien sostenía que más vale errar creyendo que errar dudando. “Cuando escribo, me vienen a la cabeza gran cantidad de dudas e inseguridades”, confesó.
Pero, agregó con absoluta confianza, “si yo diera crédito a esas inseguridades, nunca habría terminado de escribir un libro, y el punto es, entonces, creer en uno mismo antes que en los otros, creer en el proyecto que está en nuestra cabeza y que no es de nadie más. No hay que explicarlo porque quizá no lo entiendan: Hay que hacerlo”.
Xavier Velasco cree que lo que escribió ayer para algo habrá de servir y por eso no hay que romperlo, y con aforismos de esa naturaleza, ha labrado una carrera literaria que lo mismo ha sido celebrada por el escritor y diplomático mexicano Carlos Fuentes (1928-2012) que por el periodista y académico español Arturo Pérez-Reverte (1951).
Transitar con éxito por la ruta de la creación literaria ha llevado al entrevistado a madurar y a tener plena conciencia de su papel en el mundo de las letras. “Creo muy poco en la opinión de otra persona, de preferencia, ni siquiera someto mis cosas a la opinión de nadie. Hay que tener agallas y en eso sí hay que creer”. Ese es su decálogo.
Como asegura que lo único que sabe hacer son novelas, hoy está haciendo una y tiene pensada otra. Algún día, se visualiza, hará teatro, pero por ahora todavía no. “Mientras, ya se está cocinando el traslado del ‘Diablo Guardián’ del libro a una serie de televisión, para la cual yo debo seleccionar a quien habrá de encarnar a ‘Violeta’, nada más”.
A la televisión y no al cine, adelantó a Notimex, “porque no creo que pueda alguien contar la historia en dos horas; porque el paso del lenguaje hablado a la imagen fílmica con alguna pretensión estética especial no me interesa, he visto demasiadas novelas hechas pedazos en el cine y como no tengo a Pedro Almodóvar, mejor a la televisión”.
Las series, dijo, se parecen más a la vida que las obras de arte, y si va a haber un producto filmado que lleve más lectores a “Diablo Guardián y más amantes de “Violeta”, el autor prefiere que sea una serie de televisión. “Gustavo Bolívar, el guionista colombiano, ya está trabajando en el libreto de la serie que habrá de transmitirse a finales de 2013 o a principios de 2014”, finiquitó Xavier Velasco.
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