Notimex.- Chalcatzingo. Tras una crítica situación por la ausencia de ventas que inició en enero pasado, que ha provocado el cierre de varios negocios familiares, artesanos del cuexcomate en Morelos buscan mejorar la comercialización de sus productos, ante la pérdida de los insumos en la región.
Ubicada al oriente del estado de Morelos, la localidad de Chalcatzingo del municipio de Jantetelco, se encuentra inmersa en un valle rodeado de dos imponentes cerros, con lugareños cálidos y amigables que realizan una emblemática artesanía, el cuexcomate.
También conocido como cuezcomatl, el cuexcomate es una especie de troje o granero, cuya forma y elaboración lo convierten en una bella artesanía de gran importancia para Morelos.
Metafóricamente constituye abundancia, renovación y fertilidad para los integrantes de la familia y la región.
Hace más de 80 años, cada familia tenía en su patio un cuexcomate, especie de silo para el almacenar el maíz y otros granos cosechados al término del temporal y poder cumplir con las necesidades para la elaboración de sus alimento básico: tortillas y pan, entre otras.
El cuexcomate, elaborado con barro y paja, asemeja a un granero hecho a escala, está compuesto de tres partes: la base, la parte media y la parte superior.
La base es circular, de cemento, construida a conciencia con cantos rodados, pues debe ser lo suficientemente fuerte para sostener toda la estructura.
La parte media, la que conservará los granos en buen estado durante muchos meses, consta de una estructura hueca que se elabora con una mezcla de barro y zacate seco.
En la parte superior tiene un orificio notable, por el cual se introduce el grano; mientras que en la parte inferior tiene un orificio más pequeño que servirá para dosificarlo cuando se requiera un poco de grano para su consumo.
La parte superior, el techo, tiene forma cónica y se compone de dos capas: la base o estructura de soporte que tiene forma de red, y la cubierta de zacate que al final tendrá la apariencia de una palapa, y que servirá para proteger la semilla de las inclemencias del tiempo.
También incluye una escalera de madera.
La forma, los materiales y la técnica son detalles de particular importancia en la elaboración de estas piezas, cuya tradición se remonta a la época anterior a la Conquista.
Son tan especiales, y tan característicos de la región, que los artesanos de Chalcatzingo han decidido crear estas piezas para beneplácito de los visitantes, que se llevan a sus hogares una pequeña parte de la historia de nuestro país.
Una pieza que por su valor estético puede adornar un jardín, una sala o una oficina, y que para ello ha sido elaborada en varios tamaños que van desde los 20 centímetros, hasta los cuatro metros de altura, emulando, estos últimos, a los cuexcomates originales.
Las mencionadas artesanías son de distintos tamaños: 15 centímetros, 20 a 22, 30 a 32, y de 45 a 55 centímetros, un metro o 1.5 metros. Hasta el tamaño que decida el cliente, pero si los desean más grandes, se requiere de traslado del material y mano de obra en el lugar donde se construirán.
En esta región, el cuexcomate cumplía una función de bodega o almacén de las producciones de granos básicos, que las familias morelenses cosechaban año con año, hoy a lo largo y ancho de la localidad de Chalcatzingo han desaparecido los cuexcomates de gran tamaño.
Para Jorge Pavón Velázquez, artesano por tradición, que supera los 18 años, que ha pasado de mano en mano en su familia comentó “la base del cuexcomate artesanal, que se realiza de cemento, antes se hacía de pura piedra y lodo, quedaba elaborada la base, que contaba con cuatro aberturas para la ventilación del grano para mantenerlo seco”.
La parte media es la olla, que está elaborada de lodo tierra de la región, con agua más zacate, consta de forma cónica, para que por gravedad, la distribución de lo almacenado salga por el vientre (despachador) de granos, con esa forma las aguas (lluvia) no maltrata lo guardado (maíz).
“Ya últimamente se nos está terminando ese tipo de material (zacate), sin embargo, estamos haciendo provisión para realizar las artesanías de ahora y no tener problemas para conseguirlo”, comentó.
Una vez concluida la olla que se secará con el tiempo, se realiza un orificio, que asemeja al vientre de la olla, una vez incluida y seca se hacen racimos de zacate unidos o amarrados con ixtle de maguey para todo el amarre, con unos cortes de la misma manera y forma para que el barro sea impermeable y no se deteriore lo guardado dentro.
“Ya para concluir el techo del cuexcomate, se realiza la construcción del techo que consta de estructura de madera, todo el amarre que lleva la estructura es a base de corazón de maguey, está elaborado naturalmente”, explicó.
Añadió “hacemos una especie de cono para impedir que el agua pueda entrar, y se coloca una olla cocida y evite el deterioro”.
“Cuando inicié en la producción de esta artesanía, me llevé toda una semana para una sola pieza, hoy, me he especializado en esta elaboración y me llevo dos días, los mas pequeños que son los más difíciles y un día para un Cuexcomate de tamaño estándar”, dijo.
Afirmó que todas y cada una de las artesanías son diferentes, en las pequeñas, las cavidades son las más complicadas para hacer.
La familia Pavón, de cuyos integrantes ocho personas realizan la mencionada artesanía fue precursora de ésta en diferentes partes de la entidad y la República Mexicana junto con 14 familias más.
Hoy se pretende compartir las raíces del pueblo morelenses, a través del cuexcomate, que puede estar en oficinas, casas, hoteles, galerías y demás.
“En cuanto a la comercialización, hemos tenido apoyo en administraciones anteriores, las cuales han querido meter hombro, pero pues no se ve una orientación completa y decidida, porque nuestra mayor dificultad es la venta, la comercialización”, subrayó.
“La herramienta y el material son muy importantes, pero nuestro mayor problema es el mercado, nos gustaría que se pudiese hacer un mayor esfuerzo”, resaltó.
“No sé qué mentalidad haya de nuestros administradores actuales, porque lo que ya estaba establecido lo están echando por la borda y al momento, desconocemos algún apoyo para esta artesanía”, puntualizó.
De enero a la fecha, relató, hemos sufrió mucho con la baja de las ventas, y lo que pedimos es que nos echen la mano para comercializar nuestros productos en ferias artesanales exposiciones nacionales e internacionales y de más, pues nuestro producto es único.
“Hemos estado en contacto con los demás artesanos, pues creemos que es benéfico para todos. En su momento, los artesanos de esta región realizaron una producción muy vasta para el gobierno del estado de Morelos”, abundó.
Refirió que en el gobierno encabezado por el gobernador Marco Antonio Adame Castillo se inauguró el Centro Regional de Innovación y Desarrollo Artesanal (CRIDA) el cual pretendía llevar un sistema integral de apoyo al sector artesanal.
En dicho sitio tenían programas de apoyo en comercialización, capacitación, vinculación, diseño e innovación de productos. Hoy el CRIDA está cerrado y en su página de internet se anuncia que empezará a operar aproximadamente a partir del mes de diciembre.
En dicho inmueble de 800 metros cuadrados, ubicado en el centro histórico de Cuernavaca, se albergaban artesanías morelenses de al menos 105 productores, entre ellas, cuexcomates.
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