Enorme potencial de negocio en conservación ambiental

Notimex.- México cuenta con una excelente oportunidad de conservación ambiental que, al mismo tiempo, redundaría en enormes ganancias económicas para miles de personas, afirmó Juan Carlos Cantú director de programas de Defenders of Wildlife-México.

Se trata de la conservación de los hábitats naturales de ciertas aves, que traería enormes ganancias a las comunidades que habitan en esas zonas, en lugar de capturarlas y venderlas para que la gente “las tenga en una jaulita en su casa”.

Sólo en Estados Unidos, los amantes de las aves gastan lo equivalente al presupuesto anual de 13 secretarías de Estado en México, para viajes de observación, lo cual da una idea del potencial de este negocio.

El año pasado, los norteamericanos que viajaron a su frontera sur para observar aves migratorias tropicales en McAllen, dejaron una derrama económica de 125 millones de dólares, que bien pudieron haberse captado en México.

México cuenta con gran cantidad de especies endémicas, envidiadas por los entusiastas de las aves, que podrían ser aprovechadas, sin destruir el hábitat ni despoblarlo de sus especies originales, como ya ha sucedido con varias selvas del país respecto a la guacamaya roja.

Juan Carlos Cantú destacó que Costa Rica, ha sabido aprovechar ese negocio y capta anualmente 400 millones de dólares; pero México es muy superior en territorio, naturaleza, diversidad y especies respecto a ese país centroamericano.

Incluso, sólo en el Distrito Federal ?sin tener que salir a las selvas o los bosques? hay más especies de aves que en todo Estados Unidos, lo cual podría implicar un negocio millonario, prácticamente sin necesitar inversión.

Además, es claro que vender una guacamaya o un perico atrapados en la selva, beneficia al vendedor sólo una vez, mientras conservar su hábitat para que vengan observadores puede ser muy lucrativo temporada por temporada por mucho tiempo, pues una guacamaya puede vivir 40 años.

Y las inversiones son menores. Simplemente, establecer centros de observación, capacitar a los pobladores locales y adecuar un poco los hoteles, sería suficiente para explotar este negocio, que beneficiaría a gran cantidad de gente y al medio ambiente.

Sin embargo, advirtió, es necesario un cambio de paradigmas, una modificación en la cultura, para que tanto autoridades como pobladores descubran que conservar es mucho más interesante que extraer la vida silvestre y venderla.