Notimex.- La Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) presentó, el fin semana pasado –Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (CCU)–, su Tercer Programa de la Temporada de Verano 2013.
Velada de particular significado por el estreno mundial de “Concierto voltaje, para timbales y orquesta”, de la compositora mexicana Gabriela Ortiz (1964), con la presencia de la percusionista mexicana Gabriela Jiménez Lara — titular en Timpani de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM)–, como solista en los timbales.
Recepción conducida por José Areán, que se completó con obras de los alemanes Richard Wagner (1813-1883): Obertura de “El holandés errante”; y Ludwig van Beethoven (1770-1827): “Séptima sinfonía en la mayor” (1. Poco sostenuto-Vivace, 2. Allegretto, 3. Presto, 4. Allegro con brio).
Sala Nezahualcóyotl del CCU con lunetas agotadas en la platea baja, y palcos de los pisos superiores y balcones a un 95 por ciento de su capacidad. Gran expectativa por la actuación de Jiménez Lara, instrumentista muy admirada por los melómanos que acuden con frecuencia a las presentaciones de la OFCM.
Comenzó el agasajo con la Obertura de “El holandés errante”: bicentenario del compositor alemán más controvertido en la crónica de la música occidental: Wagner sigue siendo motivo de apasionadas polémicas. Sus obras conforman un patrimonio de innegables valores artísticos.
“El holandés errante”, ópera estrenada en 1843 de orquestación vital e impetuosa, en obertura que la OSM apostilla en bizarra cadenza subrayada por violines, maderas, trompetas y trombones. Fragoroso remate de sorpresivas modulaciones: arrogo de incondicional y “expansiva sonoridad wagneriana” de “espiritual realismo”. Preludio que el público encomió con deliberados aplausos.
Paso a “Concierto voltaje, para timbales y orquesta” (Quantum mechanics, Campo magnético, Dual forces). “Quantum mechanics”: redoble proceloso de timbales escoltado por metales, violines y contrabajos hasta desembocar en un diálogo instrumental de influjos stravinskianos, que el xilófono remata en sugerente repique rítmico.
“Campo magnético”: refulgente solo del primer violín en tema melódico que la trompeta reitera y el arpa corteja con pulsaciones de atrayente euritmia. Jiménez Lara da muestra de mesura técnica en los sutiles tabaleos de este movimiento, suerte de clamoroso interludio lírico.
“Dual forces”: tutti orquestal de ascendente rítmica. Glissando de metales. Cuerdas en simétricas figuraciones armónicas. Jimenez Lara en total dominio de los intervalos sincopados: rápidas interjecciones en desplazamientos precisos alrededor de los tambores que alcanzan extendida resonancia.
Stacatto en recurrencia de pausas elegantes, uso del doble golpe y glissandos. Ovación total. La compositora Gabriela Ortiz sube al estrado y abraza a Jiménez Lara. Cuatro salidas. Encore: repitición el movimiento tercero: “Dual forces” con una percusionista, quizás, mucho más absoluta.
Intermedio. Vestíbulo repleto de familias. Notimex se acercó al musicólogo Hervé Prado, quien entusiasmado expresó: “Gabriela Jiménez Lara es sencillamente una ?máquina? con los mazos en las manos. Sus dobles golpes son únicos. Su entusiasmo frente a los tambores nos contagia. Es una maestra indiscutible de las percusiones a nivel mundial”.
Tercera llamada. Irrumpe Ludwig van Beethoven: ingresa el genio de Bonn al recinto. “Séptima sinfonía en la mayor”, estrenada en 1813.
1. “Poco sostenuto-Vivace”: la conducción de Areán lleva a la OSM a una sonata en ritmo danzable y festivo en absoluto respeto a la partitura. Largas escalas ascendentes y sinuosas modulaciones. Clarinete que sostiene el motivo y el dinamismo de las variaciones. Movimiento presidido por la seducción.
2. “Allegretto”: variaciones protagonizadas por las violas y violonchelos (melodía principal). Contrastes. Subtema que asciende hasta ostinato de belleza arropante. (Movimiento que el publico exigió que se repitiera el día del estreno: Viena, 8 de diciembre de 1813). Areán demuestra conocimiento total del cosmos beethoveniano. Momento irrebatible de la OSM.
3. “Presto”: scherzo en forma ternaria (A-B-A) con la variante A-B-A-B-A que el compositor ya había utilizado en la “Sinfonía No. 4″ (1806). La OSM glosa este segmento con irrebatible ejecución.
4. “Allegro con brío”: festividad y fiereza: algunos musicólogo refieren un tributo al dios Baco. Dispuesta estructura del forte-fortissimo. Intensa danza. Pasmoso timbre orquestal alcanzado por la OSM. Embriaguez de tajaduras exaltadas. “Exacerbada alegría de unas de las sinfonías más perfectas jamás escritas”, proclamaron los críticos tras su estreno. “Unos de mis mejores trabajos”, dijo, muchas veces, el mismo Beethoven.
Tercera ronda de Verano de una OSM cada vez más axiomática en sus presentaciones. Se anunció el Cuarto Programa (julio 27 y 28): estreno absoluto de “De aquí a la veleta” (Javier Álvarez) complementado con obras de Tchaikovski y Respighi. José Areán, conductor; Valentina Lisitsa, pianista invitada.
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