A 88 años de su natalicio, que se conmemora mañana, Luis Spota sigue despertando el interés de periodistas y escritores, quienes se asombran de su notable capacidad para retratar los diversos niveles de la sociedad mexicana.
En libros como “Lo de antes”, “La sangre enemiga” y “El tiempo de la ira”, entre otros, Spota recorre diversos estratos, desde los más desfavorecidos hasta los de mayor poder económico, cita el portal de Internet de la firma editorial Océano.
Tan importante y profunda fue para Spota, quien nació el 13 de julio de 1925, su incursión en el periodismo, que sus más de 30 novelas están escritas con un claro estilo periodístico, con el ritmo, la versatilidad y la claridad de quien está acostumbrado a transmitir con pulcritud e inmediatez sus ideas.
Además, los temas abordados en gran parte de su obra concentran dos elementos de fascinación para Luis Spota: el poder de la clase política, ligado a las transformaciones del siglo XX mexicano, y la vida urbana y su sociedad expresada con la exactitud de las palabras de sus protagonistas.
De acuerdo con su perfil publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), siendo muy pequeño, Spota abandonó la secundaria para trabajar en un barco que tenía como destino Puerto de Progreso, en Yucatán.
A su regreso al Distrito Federal trabajó como repartidor de volantes, vendedor de enciclopedias y mesero en el Café Regis, donde conoció a varias de las personas que posteriormente inspiraron sus obras.
Como periodista publicó en diversos medios nacionales y, a decir de su viuda, Elda Peralta, se ganó el mote de “El niño terrible de Bucareli”, luego de que consiguió publicar sus notas a ocho columnas y en primera plana, 43 días consecutivos.
De 1945 a 1947 fue director de “Últimas Noticias”, edición vespertina de Excélsior. Escribió en la revista “Mañana”, donde, además, fungió como jefe de redacción.
Con un artículo publicado en agosto de 1948 obtuvo el Premio de Periodismo de la Asociación Nacional de Periodistas; su texto trataba sobre el novelista estadounidense Bruno Traven, cuya identidad trató de develar.
Su participación en la escena teatral fue breve, pero sustanciosa con puestas como: “Ellos pueden esperar”, “El aria de los sometidos” y “Dos veces la lluvia”.
Participó en la radiodifusión mexicana en 1949 en la XEW y en 1952 y 1953 ganó los premios al Mejor Comentarista Radiofónico. Su primer encargo en la televisión fue el Magazine Televisado (producido en 1958).
En dos ocasiones obtuvo el Premio Ciudad de México (1950 y 1954), por sus novelas “Más cornadas da el hambre” y “Las grandes aguas”, respectivamente.
Su trabajo en el cine fue reconocido por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y en 1951 recibió el Ariel como Mejor Argumentista, por “En la palma de tu mano”, dirigida por Roberto Gavaldón.
Tiempo después dirigió su primera película “Nadie muere dos veces”, a la que siguieron: “Amor en cuatro tiempos” (1954) y “Con el dedo en el gatillo” (1958), serie integrada por cuatro cintas: “Con el dedo en el gatillo o El anónimo”, “El vengador”, “El dinamitero” y “La tumba”.
Luis Spota falleció el 20 de enero de 1985, perpetuando su legado en importantes novelas como “El coronel fue echado al mar” (1947), “Murieron a mitad del río” (1948), “Las grandes aguas” (1954), “Casi el paraíso” (1956) y “Las horas violentas” (1958).
Así como “La pequeña edad” (1964), “La carcajada del gato” (1964), “Los sueños del insomnio” (1966), “La plaza” (1971), “Las cajas” (1973), “Retrato hablado” (1975), “Palabras mayores” (1985), “Sobre la marcha” (1976), “El primer día” (1977), “La víspera del trueno” (1980), “Mitad oscura” (1982), “Paraíso 25″ (1983), “Los días contados” e “Historia de familia”, esta última obra inconclusa.
No Comments
Comments for Permanece el legado de Luis Spota, escritor y periodista are now closed.