Theodor Adorno protagonizó el renacer intelectual alemán

Notimex.- Amante de la música y la filosofía, Theodor Adorno, a quien se recuerda mañana que se cumplen 44 años de su fallecimiento, se convirtió en uno de los protagonistas del renacer intelectual en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Hijo de un comerciante alemán y de una cantante, Theodor Wiesengrund Adorno nació el 11 de septiembre de 1903 en Frankfurt, Alemania y destacó en las ciencias humanas y sociales al centrarse en la creación de teorías sobre la tonalidad libre, sentando las bases de lo que se conoció como la “Nueva Música”.

El joven teórico también se interesó por la pintura, a la que consideraba un arte espacial, pero sin duda en el ámbito que más destacó fue en la filosofía.

De acuerdo con biografía del Adorno publicada en la página de Internet de la Enciclopedia Británica, las ideas filosóficas aprendidas por el filósofo tuvieron su origen en el texto “La crítica de la razón pura”, del alemán Immanuel Kant (1724-1804).

Como estudiante de la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt entabló amistad con varios intelectuales de la época, tales como: Karl Kraus (1874-1936), Georg Lukács (1885-1971) y Hans Cornelius (1863-1947).

En 1934, tras impartir clases por dos años en la Universidad de Frankfurt, y a causa del nazismo, Adorno emigró a Inglaterra, donde se desempeñó como catedrático en la Universidad de Oxford durante tres años.

Posteriormente, el filósofo se trasladó a Estados Unidos, donde, de 1938 a 1941, impartió clases en Princeton y fue co-director del Proyecto de Investigación sobre Discriminación Social en la Universidad de California, Berkeley.

En este periodo conoció a Max Horkheimer (1895-1973), con quien publicó “Dialéctica de la ilustración. Fragmentos filosóficos”, señala el portal de electrónico “biografiasyvidas.com”.

En esta obra publicada en 1947, Adorno planteó que el racionalismo se debía de usar como instrumento de libertad y dominio, y como de una crítica de la sociedad capitalista como restricción de las formas de pensamiento y acción.

En 1949 el filósofo alemán regresó a Frankfurt, donde asumió la dirección del Instituto para la Investigación Social que reconstruyó con ayuda de Horkheimer, con quien además realizó diversos trabajos para revivir a la Escuela de Frankfurt en la teoría crítica.

Su amplia visión en las ciencias humanas le permitió ser un crítico de los movimientos juveniles acontecidos en la década de 1960, que se inspiraron en el marxismo, por lo que dejó de lado la razón en sus obras de dialéctica y rechazó las conjeturas del idealismo.

De esta época sobresalen diversas obras que fueron traducidas al español, tales como: “Teoría estética” (2005), “Crítica de la cultura y la sociedad II” (2009), “Escritos filosóficos tempranos” (2010) y “Filosofía de la nueva música” (2003).

En sus últimos días visitó los Alpes Suizos, en donde vacacionó e hizo alpinismo, actividad que le provocó ataques de arritmia.

Tras no seguir las recomendaciones de su médico padeció complicaciones físicas y finalmente Theodor Wiesengrund Adorno falleció el 6 de agosto de 1969 a causa de un infarto agudo de miocardio.