Notimex.- El especialista Pablo Roberto Christian Desentis Carrillo afirmó que el tejuino y la lechuguilla son dos bebidas de origen prehispánico, que perduran en el gusto del mexicano, pese a la modernidad.
En entrevista con Notimex, el investigador del Departamento de Turismo Regional del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la UdeG indicó que el tejuino y la lechuguilla tienen antecedentes prehispánicos, “tenían cierto contexto ritual y religioso para su preparación y utilización por los antiguos mexicanos”.
Manifestó que en la actualidad el tejuino es utilizada en muchas festividades “por los mismos huicholes en sus costumbres y tradiciones”.
Resaltó que como desde hace más de siete mil años, el tejuino se prepara con base en el maíz, “se fermenta con algún tipo de azúcar, en la actualidad es con piloncillo, lo que favorece la fermentación, es una bebida fermentada de maíz”.
Señaló que la lechuguilla es el fermento del líquido de una especie de agave, “es una planta de la familia de las agavacias, tan sólo en lo que es América del Norte y parte de América Central hay diversos tipos de especies”.
Explicó que del agave lechuguilla se toma esta agua, se fermenta con un poco de agua y azúcar, “y a partir de ahí se tiene esta refrescante bebida”.
Indicó que estas dos bebidas son de muy baja graduación alcohólica, “quizá uno o dos grados, es por eso que el tejuino en la zona occidente del país es una bebida refrescante en época de calor”.
“Debido a la fermentación de los azúcares, la reacción química produce alcohol, pero su graduación es muy baja, mínima, entre uno y dos grados cuando está muy concentrado, y al ofrecerlo con hielo o al enfriarlo esta graduación baja”.
Resaltó que la lechuguilla es una bebida que toman muchos deportistas en los barrios populares después de hacer ejercicio, jugar futbol en la calle o realizar otra actividad.
Afirmó que de acuerdo a antecedentes arqueológicos, el tejuino tiene su origen en el occidente de México, “en particular en la zona de lo que era la Nueva Galicia de ese entonces, que ahora corresponde a Jalisco y Nayarit”.
Añadió que la lechugilla es muy tradicional sobre todo en las zonas serranas del estado de Jalisco, y en el municipio de Mascota incluso hay una preparación tradicional de la misma bebida.
Destacó que las dos bebidas permanecen en el gusto de la gente, “tan es así que es una bebida tradicional para cualquier turista que llega a Jalisco, ya que es parte de la visita, como el degustar una torta ahogada, para sentir que realmente visitó Guadalajara”.
Indicó que la lechuguilla se mantiene también en el gusto popular, “su venta se da incluso en pequeñas tiendas y en los cruceros de los semáforos, y dentro de la región perdura en el gusto de las personas”.
Detalló que el tejuino es espeso de sabor agridulce, debido a que se prepara con sal y limón, y está fermentada con piloncillo, y a la vez muy refrescante, “su sabor es similar al de un atole de maza, pero es mucho más delgada esta bebida regional”.
Expresó que el sabor de la lechuguilla es similar al del aguamiel, que es el proceso previo a la fermentación del pulque, pero dulce y refrescante.
Refirió que estas tradiciones “de nuestro país podrían perderse por la misma modernidad en que vivimos, pero por fortuna estas dos bebidas son muy recurridas en el occidente del país para mitigar el calor y sed en la actualidad, lo cual es un punto a su favor para que perduren en el gusto de la gente”.
“Dentro de la globalización, que hace perder tradiciones, cultura e identidad de los pueblos, tenemos la oportunidad de prevalecer nuestra identidad a través del consumo de estas refrescantes y deliciosas bebidas prehispánicas”, expuso.
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