Notimex.- La Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) presentó, fin semana pasado –Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (CCU)–, su Concierto de Gala, con el cual puso fin al Programa de la Temporada de Verano 2013 (5 de julio al 1 de septiembre de 2013).
Velada de particular significado por la presentación de “Gurrelieder (Canto de Gurre)”, del compositor austriaco Arnold Schöenberg (1874 – 1951): culminación de un exaltado simbolismo romántico llevado a sus extremas consecuencias prosódicas. Enaltecida sonoridad: muestrario del genio orquestal del autor de la radical pieza de cámara “Pierrot Lunaire”.
Recepción conducida por el titular Carlos Miguel Prieto, que contó con las actuaciones del tenor John Uhlenhopp (Valdemar), soprano Gweneth Ann Jeffers (Tove), mezzosoprano Ruxandra Donose (Waldtaube), barítono Josué Cerón (aldeano), tenor Victor Hernández (Klaus-Narr), Marc Embree (narrador del poema) y Sergio Vela (narrador de la trama).
Puesta musical que se completó con el Coro Filarmónico Universitario, Coro Convivium Musicum, Coral Ars Iovialis (Facultad de Ingeniera, UNAM), Coro ProMúsica y Coro EnHarmonía Vocalis.
Gran expectativa por escuchar la Cantata “Gurrelieder”, de uno de los músicos del siglo XX más influyentes y controvertidos (profesor de Berg, Webern y Cage): “continuación” con la tradición alemana (según él), y rompimiento con el pasado (abandono de la tonalidad).
Sala Nezahualcóyotl del CCU con lunetas agotadas en la platea baja, y palcos de los pisos superiores y balcones a un 95 por ciento de su capacidad.
Los asistentes a la Sala Nezahualcóyotl del CCU, el pasado fin de semana (30/31 de agosto y 1 de septiembre), fueron testigos de una pieza que puede considerarse “apogeo del posromanticismo” con claros influjos de Richard Wagner (1813-1883), Gustav Mahler (1860-1911) y Richard Strauss (1864-1949).
Monumental composición sinfónico-coral en la que participan cinco solistas vocales, dos narradores, tres coros masculinos, coro mixto, tres oboes, cuatro flautas, cuatro piccolos, doce cornos, tres oboes, dos clarinetes bajos, tres fagotes, dos contrafagotes, diez cornos, siete trompetas, siete trombones, celesta, tuba, cuatro arpas, percusiones (timbales, tarola, címbalos, triángulos…), cuerdas, xilófono…
Vínculo con la tradición musical romántica de Alemania, más que todo, en la propuesta, el ánimo instrumental y las configuraciones conjeturales: profusa sintaxis de manifiesto delirio simbólico.
Ciclo de canciones basado en textos del poeta danés Jens Peter Jacobsen (1847-1885): leyenda del rey de la Dinamarca Medieval, Valdemar, en inculpado amor por la joven Tove. Imprecación, expiación, sequito de fantasmas, azotes de vientos veraniegos…
Estructura: Preludio Orquestal, Primera parte, Interludio, Preludio (2), Segunda parte, Tercera parte, Preludio (3), Cacería salvaje del viento del verano.
La OSM inició con la precisa narración temática de Vela, seguido por radiantes acordes introductorios de maderas: metáforas de la esperanza en el futuro. El tenor Uhlenhopp proyecta con escrupulosidad los arrojos pasionales del rey Valdemar; la soprano Jeffers entona, con arrobados fraseos, los frenesíes amorosos de Tove por el monarca.
Segunda parte: la OSM desplegó una axiomática faena instrumental, tras la muerte de Tove, en diseños armónicos que transcriben la blasfemia de Valdemar (reclamo a Dios por arrebatarle “su dicha”). Tercera parte: aparición de las mesnadas “macabras y espectrales”. Pavor del campesino. Intermezzo: confesiones del bufón Klaus.
La cacería salvaje del viento de verano: restauración de la naturaleza. Cadencias turbulentas. La OSM da paso al gigantesco coro mixto: entonación de un fascinante himno al sol (“Mirad el sol”).
Grandilocuente, pero, sobre todo, encantadora por su dimensión: acrecentamientos de la sintaxis orquestal y matices instrumentales encumbrados. (Por momento la acústica de la orquesta se impuso sobre la proyección del diapasón de los vocalistas).
Hermosos y conmovedores, por la convincente ejecución de la OSM, los lapsos: “Oh caballo, caballo mío” (mejor momento del tenor Uhlenhopp), “Palomas de Gurre” (excelente la mezzosoprano Donose), “Oh, señor, ¿sabes lo que hiciste?, “Señor Pata de Ganso, Señora Pimpinela” y “Mirad el sol”.
Notimex abordó al musicólogo Luis Pérez Santoja, encargado de las recomendaciones discográficas de los programas de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, quien expresó: “Esta cantata del revolucionario músico vienés pertenece a esa serie de obras de finales del siglo XIX y principio del XX: parecía que la música necesitaba configuraciones grandilocuentes como recurso expresivo”.
Santoja concluyó: “Mahler quiso hacer que el Universo ?explotara?, lo exteriorizó en su Octava Sinfonía: dotación coral y orquestal inusitada que multiplicaba el ya, de por sí, extenso formato wagneriano. Schöenberg hace uso de esas posibilidades: extiende aún más el corpus exigido por Mahler y lo complementa con un coro gigantesco, el cual contribuye al logro de la apabullante sonoridad que acabamos de disfrutar”.
Pródiga clausura de la Temporada de Verano 2013 de la ya imprescindible OSM: ocho veladas, que el público premió con ponderaciones merecidas; y Gala final inolvidable.
Los melómanos esperan con inquietud la Temporada de Verano 2014 (5 de julio al 31 de agosto de 2014), la cual anuncia la celebración del 150 aniversario del natalicio de Richard Strauss. Por allá nos veremos.
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