Diferencias culturales desencadenan la ausencia de paz en zonas de Chiapas

Notimex.- San Cristóbal de las Casas. La carencia de satisfactores sociales, materiales y espirituales, disputa por la tierra y las diferencias religiosas, políticas e ideológicas son factores que desencadenan la ausencia de paz en comunidades indígenas de Chiapas.

En entrevistas por separado, el investigador Gerardo González y el obispo Felipe Arizmendi Esquivel coincidieron en que es preocupante que los pleitos se den entre indígenas, entre hermanos, por factores ajenos a su cultura que los separaron.

“Es preocupante la confrontación que hay al interior de organizaciones, que les lleva a dividirse y pelear pobres contra pobres”, dijo el prelado.

Explicó que unos quieren acaparar más terrenos, que son de toda la organización; o quieren poseer más tierras en otras partes, quitándola a otras agrupaciones,

Agregó que hoy en día, algunos se han separado de una organización y reclaman tierras que adquirieron, o invadieron, cuando eran de la misma organización, pero sus propios compañeros no les quieren reconocer derechos, “y esto genera violencia”.

En este contexto, destacó que como iglesia les toca no decidir a quién corresponde una tierra o cuántas hectáreas son de un grupo o de una organización, “sino promover el diálogo, la justicia, la verdad, el respeto, y que no acudan a la violencia armada”.

A su vez, el investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Gerardo González Figueroa, dijo que ante la carencia de satisfactores “no sólo materiales, también espirituales, vienen diversos actores que intentan llevar a las personas a una causa, sea por deficiencias o incluso por intereses poco claros como con la religión”.

Agregó que la paz es un proceso para construir armonía entre los que formamos la sociedad, “pero como carecemos de una cultura de comprensión del otro, vivimos en una sociedad individualista y competitiva y constantemente estamos en conflicto por una postura política, por el egoísmo de tener más y ganar espacios”.

Sin embargo, reconoció que hoy en día ya ha ganado terreno la posibilidad de resolver conflictos, de reflexionar más sobre lo que somos, y qué podemos hacer para construir la paz, “y creo, por ejemplo grupos como el EZLN, o varios movimientos sociales, tienen claro que lo que hace falta es una cultura de paz”.