Marc Anthony derrocha energía y sensualidad en gran fiesta de salsa

Written by Redacción. Posted in Espectáculos, Minuto a Minuto

Published on octubre 24, 2013 with No Comments

Marc AnthonyNotimex.- El cantante Marc Anthony, uno de los artistas más reconocidos a nivel mundial, hizo derroche de energía y sensualidad durante la cátedra de salsa que dictó ante unas 10 mil personas en el Auditorio Nacional de esta ciudad, su asignatura pendiente.

El artista nacido en Nueva York, pero de origen puertorriqueño, armó, durante dos horas, una gran fiesta de sabor y baile en el primero de tres conciertos que ofrece en esta ciudad, como parte de su gira “Vivir mi vida 2013”.

Fue una noche lluviosa y fría al exterior del majestuoso recinto, pero cálida e inolvidable al interior para sus fans, así como para el salsero que en varios momentos interrumpió el curso de su espectáculo para recibir, visiblemente conmovido, las ovaciones y halagos de su público.

La sencillez y el carisma brotaron en Marc Anthony desde el inicio de su presentación con el tema “Valió la pena”. Apenas salió al escenario y fue como un torbellino de energía que recorría de un extremo a otro el escenario para saludar de mano a la gente y mandarle besos.

Estaba dispuesto a echarse a “su gente” a la bolsa y lo logró a la primera provocación musical, ya que los asistentes se levantaron de su asiento para nunca más volver a ocuparlo, pues con su acompañante o en solitario, ya se movían al ritmo de la salsa.

Las luces se apagaron por completo, vino una breve pausa y sonaron los primeros acordes de “Y hubo alguien”. En ese momento no hizo falta que los tres coristas lo acompañaran, sus fans ya entonaban cada estrofa.

Se despojó entonces de las gafas oscuras que lucía como parte de su atuendo: un traje negro con camisa del mismo color y zapatos de charol, para dar la bienvenida a hombres, mujeres y hasta niños que acudieron a la cita.

“Buenas noches, ¡qué rico! Por fin ya veo que vinieron a pasarla bien y a gozar. Les quiero decir, desde el fondo de mi corazón que ayer me preguntaron: ?¿qué te falta hacer en tu vida? Y lo que dije fue: ?lo único que me falta es cantar en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México”.

Añadió que se sentía muy agradecido, por estar en el referido lugar “es otra cosa, vamos a hacer todo lo posible porque lo pasen bien, un abrazo, que Dios me los bendiga y todavía falta mucha música. ¿Están listos?”, expresó para luego entregar “Hasta ayer”, en la que se lució el violinista Eddie Venegas.

Al concluir, Marc Anthony hizo una pausa para observar a los asistentes, quienes de inmediato lo ovacionaron por espacio de un minuto. Entonces, se arrodilló para besar el suelo del escenario, persignarse y agradecer a la gente que continuaba eufórica ante su presencia.

“Muah, qué rico, que emoción. Esta noche vamos a cantar un poquito de todo, me siento en casa, muchas gracias. Qué buena fiesta tienen por allá, esto sigue. ¿Quieren más música?, preguntó para después fascinar con “Volando entre tus brazos”, la cual continuó en su repertorio de 15 temas en total.

De “Contra la corriente” dijo que era una de sus canciones favoritas, aunque ya estaba “viejita”. Acompañado de una orquesta integrada por más de 10 músicos, mostró sus mejores pasos de baile y cada movimiento, sobre todo los de cadera, eran celebrados por sus fans mexicanas.

Sentado en las escaleras del entarimado entonaba las primeras estrofas del desgarrador “¿Ahora quién?”, a modo de balada. En ningún instante se descuadró ni desafinó, confirmando una vez más, lo inmaculadas que están sus técnicas vocales.

Tras permitir que ahora se luciera Jessie Caraballo en la batería y los timbales, pidió que las mujeres lo ayudaran a interpretar “Vivir lo nuestro”, que hace tiempo grabó a dueto con La India.

“Papacito”, “cuero”, “te amo”, eran algunos de los piropos que le lanzaban las féminas mientras él preguntaba “Y, ¿cómo es él?”, tema emblemático de José Luis Perales en el que incluso, se dio el lujo de alargar las notas para hacer gala de la amplitud de su vibrato, admirado a través de las cinco gigantes pantallas.

“Esta canción me pone mal”, reveló, y para contentarse presentó a quien considera “el maestro de maestros”: Marco Antonio Solís, quien junto a su esposa Cristian Salas aplaudía y bailaba desde la tercera fila en la zona preferente de la sala.

“Hemos compartido música desde hace tiempo, un aplauso a mi hermano”, solicitó y aunque la audiencia exclamó “palomazo, palomazo”, ninguno mostró interés por compartir el micrófono en esa ocasión, quizá después.

Con poses de coquetería y sensualidad, Marc Anthony se acercaba al pie del escenario para saludar a sus seguidoras que le extendían la mano o le pedían captar su imagen a través de sus aparatos móviles y a todo accedió. También complació a un grupo de puertorriqueños que portaba una bandera de su tierra natal.

Usando una mascada que le acababan de obsequiar y tras comentar que todo había comenzado con esta canción, la cual le cambió la vida, entregó una versión sublime de “Hasta qué te conocí”, del cantautor mexicano Juan Gabriel.

“Bueno, ya nos vamos. Cuando diga: ?mi gente?, quiero que griten como mi gente”. De esta manera compartió la melodía homónima y al terminar se despidió de su público.

Pero ante la insistencia de una más, el artista de 45 años regresó para subir al escenario a un niño y tomarse una foto con él; en el otro extremo recibió como regalo un oso de peluche y cantó “Tu amor me hace bien”.

De nuevo se arrodilló y besó el piso del escenario para decir adiós con el éxito “Vivir mi vida”, que se desprende de su más reciente disco “3.0”.

“Que Dios me los bendiga, mi gente, muchas gracias”, pronunció para después dirigirse a un elevador ubicado al fondo del entarimado. Entonces, dejó un síntoma de satisfacción entre los presentes.

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