Notimex.- Monterrey. Ante el desorden en la planeación urbana que prevalece en la zona metropolitana en los últimos años, especialistas en la materia y las autoridades estatales recomendaron una mejor coordinación entre los municipios para encauzar un desarrollo efectivo en el futuro.
Previo al Día Mundial del Hábitat, a celebrarse el 7 de octubre, instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), señalaron que la falta de continuidad en los planes oficiales, entre otras deficiencias, han provocado un crecimiento incongruente, sobre todo en el sector de la vivienda.
El presidente de la Cámara de Propietarios de Bienes Raíces de Nuevo León (CPBR), César Fernando Paredes Guerra, opinó que “la complejidad de una metrópoli como ésta, es porque hay muchos municipios que no están en coordinación unos con otros”.
“Cada uno tiene planes diferentes de desarrollo urbano, que muchas veces no embonan con el municipio o municipios colindantes, eso se presta a que haya un desorden en el desarrollo”, señaló.
Añadió que “vemos con muy buenos ojos los municipios que ya tomaron la medida de hacer Institutos de Planeación Municipal, como San Pedro y Monterrey”.
El directivo consideró que todos los municipios deberían tener por obligación un Instituto de Planeación Municipal y que estuvieran coordinados unos con otros, y eso evitaría la mayor parte de los problemas que hay actualmente.
Dichos instituto, apuntó, deberían de contar con un efectivo y adecuado Atlas de Riesgos, sobre todo en lo referente en los caudales por las zonas propensas a deslizamientos o las laderas.
De acuerdo a cifras del gobierno estatal, la población de Nuevo León paso de tres millones de habitantes en 1990 a 4.9 millones estimados en el año 2010 y para el año 2015 se espera un total de 5.4 millones de habitantes.
En el área metropolitana de Monterrey, indica, se concentraba el 76.6 por ciento de los habitantes en el año 1990, luego se elevo al 86.3 por ciento en el 2010, y se estima que en el 2015 sea 87 por ciento de la población estatal.
Asegura que el fenómeno de macrocefalia urbana distingue al patrón de desarrollo urbano de Nuevo León.
El Programa Sectorial de Desarrollo Sustentable y Funcionabilidad Urbana estatal refiere que es notable la cantidad de población, viviendas, equipamientos, servicios y actividades económicas concentradas en los nueve municipios que integran la zona conurbada de Monterrey.
Los municipios del área metropolitana son Apodaca, Escobedo, Guadalupe, San Nicolás, San Pedro, Santa Catarina, García, Juárez y esta capital.
Para el año 2010, dice, esta población estaba alojada en un área urbana de cerca de 72 mil hectáreas, lo cual arrojaba una densidad de población de 52 habitantes por hectárea.
‘Este indicador de densidad de población, que ha ido rápidamente a la baja en los últimos 15 años, es un claro síntoma de la atomización e ineficiencia urbana crecientes de la metrópoli regia’, señala.
Añade que ‘esto ha ocasionado una dinámica especulativa del suelo, con significativa demanda de casa habitación, lo cual ha permeado en agresivos proyectos de desarrollo urbanísticos’.
Resalta que muchos de estos desarrollos urbanísticos se encuentran atomizados y dispersos, sin organización y con una deficiencia estética notable, con proyectos arquitectónicos aislados y escasamente integrados o conectados.
Según datos censales, el estado pasó de tener 647 mil 367 viviendas en el año 1990 a un millón 228 mil 288 en el 2005.
De estas cifras, en el área metropolitana de Monterrey se concentraba el 82.1 por ciento en 1990 y el 81.5 por ciento en el año 2005.
Con un crecimiento medio anual de 30 mil viviendas, para el año 2010 ya existían 1.3 millones de viviendas, y hacia el 2015 se estiman alrededor de 1.5 millones de viviendas en el estado.
Expresa que la influencia y crecimiento desarticulado del área metropolitana de Monterrey se hace sentir negativamente en la calidad y cantidad de centros educativos y de salud existentes en municipios no metropolitanos.
La falta de este tipo de servicios bien distribuidos en relación a las necesidades de la población es una de las razones de la concentración y del desequilibrio regional del estado, añade.
En una reciente entrevista con un medio local, el urbanista español Juan Alayo Azcárate, declaró que ‘lo que he visto en Monterrey es que es una ciudad que se ha extendido de manera casi inmensurable por el territorio, es una dinámica que yo no le veo futuro, no puede seguir extendiéndose’.
Advirtió que ‘al final acabas con unas congestiones intratables y unas distancias ya innegociables y unos patrones de vida insufribles, que la gente tenga que estar dos horas yendo a trabajar, esos son cuatro horas al día, eso es un exceso brutal’.
El director de planeación de la compañía Bilbao Ría 2000, consideró que ‘se deben aplicar ya esquemas de urbanismo adecuados para mejorar la densidad, ya que en esta ciudad se ha abandonado el urbanismo y en cambio está dedicada al automóvil mayoritariamente’.
En esta ciudad, resaltó, ‘la accesibilidad en términos generales es pobre, se tiene que suplir con un aumento de movilidad, la gente tiene que moverse mucho, tiene que hacer desplazamientos muy largos’.
Tales desplazamientos, destacó, ‘tardan muchas horas, eso es un peaje costosísimo, es un coste de oportunidades’.
‘Esas horas que se pierden en transporte podrían hacerse cosas mucho más desde estar con la familia, disfrutar de las cosas o irse al cine o hacer deporte y mantenerse en forma o trabajar más y mejor’, señaló el especialista europeo.
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