Estuvo en Puebla Pablo García, quien dio la vuelta al mundo en una bicicleta

Foto: Omar Sánchez Chávez

Por: Omar Sánchez Chávez

Este fin de semana en la librería Profética, se presentó el argentino y aventurero Pablo García quien ofreció una charla donde narró toda la odisea que vivió al recorrer y dar la vuelta al mundo en una simple bicicleta.

“Tenía una prospera agencia de viajes con un amigo en Brasil, pero sentía que esto no me satisfacía y quería realizar algo que me llenara, como recorrer el mundo”, comenta Pablo García.

El ciclista inició su aventura por toda África, lo recorrió de sur a norte, en donde él afirma fue bien tratado y buscó patrocinadores en cada país que pedaleaba.  Para poder continuar con su viaje, señala que hubo lugares donde tuvo que ir en camión, porque en África existen zonas de guerrillas o sitios con animales muy peligros, además que fue aprendiendo a arreglar su bicicleta cuando presentaba un imperfecto.

“En África hay que saber ganarse la confianza de los demás, ya que existen muchas tribus y de esa forma te pueden ofrecer comida y hospedaje. Ahí me convidaron de beber algo que me dio mucho asco y no lo pude rechazar porque sería una falta de respeto, consistía en sangre de vaca revuelta con leche”.

El ciclista en sus recorridos por Medio Oriente, comentó que aprendió mucho de la cultura árabe y del islam, afirma que son personas cálidas y hospitalarias, y nada que ver con lo que nos muestran en la televisión.

“Alaska fue uno de los sitios que más difícil la pasé, ahí me enfermé y por otro poco no concluiría mi viaje, pero me decidí y no me dejé vencer, cuando nos proponemos una meta lo podemos lograr”.

Pablo García se muestra muy satisfecho por lo que logró, pero no recomienda a nadie realizar este tipo de aventuras, ya que son muy peligrosas debido a que en el mundo cada país tiene sus problemas. Él fue presa de asaltantes, pasó hambre y sed, y durmió en lugares insalubres, pero recomendó que nadie diga que no se puede. Exclamó que en esta vida hay que valorar las simples cosas y no se necesita una bicicleta carísima o de marca, para recorrer todo el mundo.