Por: Omar Sánchez Chávez
Hierve el Agua, Oaxaca. Las cascadas petrificadas sólo las encontraremos en dos partes del mundo: Oaxaca y Pamukkale, Turquía, así que los mexicanos debemos sentirnos orgullosos de tener en nuestro suelo, este milagro y belleza de la naturaleza.
Antes de llegar a Hierve el Agua, serpenteamos por las laderas de las montañas mixes, donde observamos bosques en las partes altas, palmeras y matorrales en las cañadas, valles que se entrelazan formando un lugar de belleza exótica.
Estando en el lugar, el espectáculo es único; se observan manantiales que incitan a nadar, aunque el nombre hace alusión a caliente, el agua es templada y fresca. Las cascadas tienen entre 12 y 30 metros de alto. Estás cascadas tienen parecieran estar congeladas, se formaron por el carbonato de calcio que escurrió hace miles de años en estas laderas.
El nombre de Hierve el Agua, se debe a que donde nace el vital líquido, del interior de la montaña, el agua brota como si estuviera hirviendo.
Este sitio, junto con sus alrededores han sido reconocidos como un probable lugar sagrado para los antiguos zapotecas. Además es de interés para los arqueólogos, geólogos y biólogos, ya que posee un complejo sistema de irrigación y terrazas zapotecas, construido hace unos 2500 años aproximadamente.
En la actualidad se cuenta con baños, vestidores, palapas, cabañas para pasar la noche y fondas pequeñas para degustar comida típica oaxaqueña. Con estos elementos podrás disfrutar de un lugar tranquilo, en contacto con la madre naturaleza.
- Foto: Omar Sánchez Chávez
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