Iglesia pide atención a los hechos delictivos que se han presentado

Foto: Gabriela García Guzmán

Por: Gabriela García Guzmán

El Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, votó por las acciones de seguridad que se están realizando en el estado, sin embargo, dijo que hay que poner mayor atención en algunos temas, debido a que ya se están presentando incidentes que ponen en riesgo a la sociedad en general.

Esto luego de que la madrugada del viernes un grupo baleara el bar “La Patrona” en la Avenida Juárez y tuviera como resultado 102 impactos de bala y dos lesionados.

“Yo considero que todos queremos paz en Puebla, que todos queremos estar tranquilos y seguros y la seguridad es un tema prioritario al que tenemos que abogarnos todos, yo creo que, en lo personal, pienso porque conozco otras realidades o porque me las platican otros señores Obispos, pienso que todavía podemos decir que estamos tranquilos y que estamos en paz aunque ya se están presentando algunas situaciones especiales”, dijo el Arzobispo.

Por tanto, dijo que todas las instancias tienen que colaborar para que el estado se mantenga en paz y sobre todo para evitar que se sigan dando acciones de este tipo.

Monseñor aseguró que estos temas se comparten semanalmente en las reuniones que tienen en el Consejo de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla, con el objetivo de que las autoridades de seguridad conozcan de los hechos que se viven a diario desde las diferentes actividades.

“Aportamos lo que consideramos, porque hay universitarios, empresarios, hay iniciativa privada, está la iglesia y lo que aportamos desde los diferentes ámbitos, lo escucha el secretario de Seguridad Pública, decimos lo que nosotros observamos desde nuestra propia realidad y, en mi caso como Arzobispo que me la paso viajando por el estado, doy a conocer las acciones que voy viendo”, dijo el Monseñor.

Para finalizar, Sánchez Espinosa indicó que se tienen que mantener las autoridades pendientes de cualquier suceso con el objetivo de lograr que se eviten daños como los que viven en Michoacán, donde ya no existe paz.