Por: Omar Sánchez Chávez
Puebla. Cada año miles de personas sacuden sus penas, a ritmos de samba, cumbias, banda, sones, mambos y sonidos propios de su cultura para sacar el estrés, las penas y alegrarse mediante su baile y disfraz que portan orgullosamente.
En muchas partes de nuestro país, se realizan las festividades carnavalescas como una antesala para pecar, embriagarse, cantar, bailar, revivir viejas costumbres prehispánicas y españolas, con el único fin de darle placer al cuerpo o a la carne.
Pero estas alegres costumbres finalizan por lo regular un martes, ya que un día después de su término, inicia “la cuaresma”, una celebración cristiana que honra la pasión y muerte de Cristo, en donde sus fieles tienen que vivir en purificación.
Los carnavales más conocidos de nuestro país son el de Veracruz, Mazatlán, Tlaxcala y Huejotzingo,
Puebla, en estos sitios sus habitantes le ponen su toque especial, unos se apegan más a las tradiciones heredadas de sus ancestros e históricas y otras se identifican con el sabor costeño, cálido y cómico propio de algunas regiones.
No hay persona que no se contagie de estos ritmos que hacen saltar el corazón y enchinar la piel, nuestra cultura latina nos muestra como un pueblo que sabe convivir, reír, bromear y morir por celebrar sus ritos que han evolucionado.
Sin duda, tendremos un fin de semana largo, sorpresivo, enigmático, maravilloso y asombroso, que lo único que debemos hacer es salir de nuestras casas e ir a los sitios donde habrá carnaval, para olvidar las viejas penas.
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