En algún momento, el pensamiento traiciona lo que guardo con mucho esmero para nunca salir a relucir, pragma en su reserva de que el posible daño además de contraproducente, revelaría una parte que no queremos ver de nosotros. Confiamos en aquello que lo que la gente puede decir, tiene la misma madurez y criterio al momento de compartir…
Lamentablemente la vida da enseñanzas con secuelas que lastiman más internamente y son evidentes ante los ojos de la gente. Desearía renunciar a aquello que se denomina juicio, compadeciendo a través de mi silencio. Al que pudiera ser juzgado, lo más bello sería darle esa segunda oportunidad y con la misma dinamita de su dolor y veneno, reviente aquello que dañaría otro en su primer intento. Así, de esta forma dejaría de existir lo que dañe a más de los que debieron o pudieron haber sido dañados.
Al mismo tiempo le pido a la vida, aquella agua, que no sólo refresque tu sed, sino limpie lo sucio de la sangre cuando el dolor ya es tatuador de la próxima generación a través de lo que pudiera transmitir, qué sé yo; no hay palabras que pudieran declarar, disminuir el dolor cuando alguien traiciona lo que se considera confiable. ¡No! Jamás será posible ya que el destino es un camino, con trayecto de riesgo en el cual, la mayoría diseñamos con el pensamiento y manifestamos con nuestras emociones… vamos viviendo con sentido al equilibrar las ilusiones convirtiéndonodonos en víctimas de las fantasías y sensaciones.
Espero en esta declaración con la estelaridad de ese astro que produce sueños, borre las pesadillas de aquello que en algún momento se asomó a la ventana para endulzar los sueños. Hoy sólo tengo la discreción de aparecer dejándome dormir como si nunca hubiera tenido contacto con aquello que a ambos nos lastimaría sin saber por qué.
Facebook / Freddy Maquiavel Zavram
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