Notimex.- En “Vislumbres de la India”, ensayo publicado en 1995 por Octavio Paz (1914-1998), el autor “hizo un recuento, casi testamento, de lo que fueron sus años de vida y trabajo en esa nación”, glosó la víspera el maestro Miguel Angel Echegaray Zúñiga al rendir homenaje al Nobel de Literatura 1990 con motivo del centenario de su nacimiento
En la Fundación Miguel Alemán Velasco, Echegaray, ex director de Difusión Cultural de la Dirección de Asuntos Culturales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ofreció una ponencia que preparó con el embajador Alfonso de Maria y Campos como parte de un libro que publicarán sobre la permanencia de Paz en la India.
Miembro de la delegación de México en las reuniones de ministros de Cultura de Iberoamérica, el también autor señaló que “es indudable que la trayectoria poética y literaria de Octavio Paz, comprensiblemente, ha eclipsado otros aspectos no menos brillantes de su biografía”, por lo que abonó datos a la cara diplomática de Paz en esa nación.
“Habría que hacer una consideración: Paz no era precisamente un novato en esas lides, pues desde muy joven se interesó en la política. Su herencia venia de su abuelo y su padre, gente vinculada con los movimientos políticos que se generaban en México.
“Después eso fue creciendo, cuando tuvo oportunidad de cubrir para la Revista Mañana la creación de las Naciones Unidas”, añadió.
Desde entonces, abundó en sus comentarios el maestro, “hay una lucidez y perspicacia que continua vigente hoy en día”.
Recordó que en ese entonces Paz dijo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) había sido creada para mantener la seguridad, y sobre eso, el intelectual mexicano se preguntaba con regular insistencia: “¿Quiénes son los responsables de su mantenimiento?”.
Y él mismo Paz respondía que, en teoría, “lo son todos los Estados que forman parte de ese organismo; en realidad, hay una gradación de poder, de funciones y de responsabilidades”.
Al respecto, el ponente dijo que “es una apreciación muy vigente si vemos el acontecer histórico del organismo internacional y las coyunturas más difíciles, o menos, por las que siempre está atravesando”.
Echegaray Zúñiga sostuvo, ante sus oyentes diplomáticos, que la carrera de Paz en el Servicio Exterior Mexicano fue lenta pues pasó por todo el escalafón hasta obtener el rango de embajador.
“Pero su carrera fue singular, en buena medida, también por los acontecimientos internacionales que le tocaron vivir personalmente y para orientar el criterio de sus superiores jerárquicos”, señaló.
Al mirar el expediente personal de Octavio Paz, y los informes disponibles en el Archivo Histórico Diplomático de la SRE, finiquitó el maestro:
“Se percibe que no solamente fue un gran conocedor de las relaciones internacionales, sino que vivió con pasión el ejercicio de la política exterior, pues buena parte de su ensayística y sus textos de carácter global se nutrieron de esas experiencias”.
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