Ludwika Paleta y Daniela Schmidt “gritan al cielo” con todo su corazón

Notimex.- Los diversos roles de la mujer, la relación madre-hija, esposa-amante, nieta-abuela o suegra-nuera, entre hermanas o amantes, son el hilo conductor de la puesta en escena “Grito al cielo con todo mi corazón”, que protagonizan las actrices Ludwika Paleta y Daniela Schmidt.

El montaje que estará vigente hasta el 27 de julio próximo en la Sala Chopin de esta capital, tuvo anoche una función especial a la que asistieron invitados de lujo, entre ellos el productor teatral Pedro Ortiz de Pinedo, los actores Tenoch Huerta, Alejandro Calva y Patricia Bernal, así como los cineastas Marco Polo Constandse y Sebastián del Amo, entre otros.

La historia escrita por la dramaturga mexicana Ximena Escalante y dirigida por Lorena Maza aborda la relación madre e hija. con la propuesta de encontrar el monstruo interno de cada mujer a fin de verse reflejada en su propio espejo.

“Las hijas gritan a la mamá, las mamás a las hijas. Las hermanas no pueden separarse. Las amantes se aman demasiado. Las envidiosas gritan a una estrella, hijastras y madrastras esconden sus sentimientos… las relaciones entre las mujeres tienen hilos invisibles”, explicó Escalante.

En el escenario, 21 pares de zapatos, y cada uno de ellos representa un personaje distinto. Conforme avanza la obra las persianas que cubren el fondo y los costados del escenario se van cerrando en alusión a los ciclos que se cierran.

Las dos protagonistas cambian de calzado y de peinado para representar a cada uno de sus personajes, ya sea el de la madre protectora y la hija caprichosa; el de la suegra que detesta a la nuera, el de la amante que se encuentra con la esposa, el de las hermanas que se aman, el de la amiga manipuladora o el de la abuela que antes de morir aconseja a su nieta para que aprenda a disfrutar la vida sin ataduras.

Las luces, la música, los zapatos y las peticiones al cielo son las constantes en esta puesta en escena que expone la complejidad de las relaciones humanas y la búsqueda del amor, la amistad o la aceptación.

Destaca no sólo las camaleónicas actuaciones de Ludwika Paleta y Daniela Schmidt, también los diálogos intensos escritos por Escalante y la música original del compositor y violinista polaco Zbigniew Paleta, quien por primera vez escribe para una obra de teatro.