Empleadas mexicanas, contratadas mayormente en la economía informal, sin acceso a seguridad social, destaca la UIA

MVS. Las trabajadoras en México cuentan con un menor acceso a la seguridad social ampliada en sus empleos que sus contrapartes masculinos, lo que en una parte se debe a la necesidad de buscar trabajos flexibles que no ofrecen prestaciones, se detalla un estudio presentado en la Universidad Iberoamericana por las investigadoras Juana Catalina Murillo y Abigail Rojas, en el que se analizaron las trayectorias laborales de tres generaciones de mexicanos, se encontró que 5 por ciento más de mujeres que hombres nunca había tenido acceso a seguridad social ampliada, y prevalece entre ellas el trabajo con horarios flexibles.

“Las mujeres se incorporan en general con mayor flexibilidad al mercado laboral. Hay que recordar que el momento clave de su edad productiva también es el momento de su edad reproductiva. Con la posibilidad de ser madre, es difícil pensar en horarios laborales de ocho a 12 horas, pues nunca verías a tus hijos”, explicó la doctora Gabriela Luna, académica del Departamento de Economía de la Iberoamericana.

Luna se consideró contraria a la escuela dominante de pensamiento actual, y manifestó que, para gran parte de las trabajadoras en México, “no es un tema de elección el cómo te incorporas al mercado laboral: es cómo puedes hacerlo”.

La especialista en economía de la salud clarificó que muchas mujeres, al tener que distribuir su tiempo entre sus actividades laborales y domésticas, requieren de una serie de flexibilidades, lo que las lleva a preferir el trabajo informal.

“Lo que están buscando son ciertas flexibilidades: empiezas a trabajar como freelance, o por honorarios. O, a veces, otra forma de contar con ingresos para poder pasar tiempo con mis hijos es poner un puesto de quesadillas afuera de mi casa”, aclaró.

Con respecto al trabajo informal, la doctora Luna recordó que éste involucra muchos modelos distintos, que pueden ir desde la actividad que se cobra por honorarios hasta las empleadas domésticas. Gran parte de los trabajadores informales, agregó, son contribuyentes tributarios y no reciben ninguna contraprestación.

“Tenemos que pensar que el trabajo informal no es necesariamente una válvula de escape para todo lo que consideraríamos como desempleo, sino que también es una forma de incorporarse de manera flexible para muchísimas personas”, puntualizó.

En relación con la necesidad de las trabajadoras de contar con un trabajo flexible, la doctora Luna destacó el caso de las maquiladoras. Según la especialista, el empleo en la maquiladora tiene la característica de ser muy flexible, pero “ofrece salarios muy bajos, y muy pocas prestaciones”, aseguró.

Cifras de 2005 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) especifican que poco más de 5 de cada 10 personas en las líneas de producción de las maquiladoras son mujeres. Además, sólo hay una mujer por cada cuatro técnicos, y una por cada tres administrativos.

De acuerdo con Luna, un trabajo que provea certeza con respecto al ingreso y una serie de prestaciones es necesario en una visión personal a largo plazo, pues “necesariamente se coloca frente a ti la necesidad de garantizar tu ingreso, de considerar enfermedades, vacaciones, bajas laborales y la jubilación”, precisa la UIA en un comunicado.