Poblanos, de los que más desprecian a los indígenas

Foto: Antonio Zamora

Por: Antonio Zamora.

Quienes habitan la capital del Estado, en el que se hablan un total de 60 lenguas indígenas, son de los que más desprecian a este sector descendiente directo de las culturas madre que prevalecieron y dominaron esta zona del continente hace varios siglos.

Así lo aseveró Jorge Luis Sánchez, integrante del grupo Xihuala, el cual tiene como objetivo la difusión cultural de Lenguas Indígenas, y en donde imparte clases de totonaco, náhuatl y maya, misma experiencia que le ha permitido darse cuenta de la mentalidad despectiva de muchos poblanos.

“En el centro del país, principalmente Puebla y el DF, es donde más se discrimina a los indígenas y la lengua madre. Los ven con desprecio porque creen que les falta preparación“, señaló en entrevista para Periódico Enfoque.

Asimismo, resaltó la importancia histórica del náhuatl, que junto al latín y al griego, fueron las lenguas más importantes del mundo antiguo, y que a pesar de esto, son los extranjeros los que más se interesan en estudiarlo y no los mexicanos.

Foto: Antonio Zamora

“A pesar de su importancia histórica, tengo más estudiantes extranjeros que mexicanos. De hecho, en el mundo sólo existen dos personas que saben cómo descifrar los códices nahuas, uno soy yo y el otro es un francés”, platicó.

Por otro lado, sostuvo que la enseñanza y aprendizaje del idioma con el que se comunicaban los tenochcas, es un campo de trabajo sin explotar, ya que existen pocos traductores, tomando en cuenta el número de hablantes que existen en el territorio nacional.

“Muchos indígenas están en la cárcel sólo porque no supieron interpretar sus palabras. También cuando ingenieros deben negociar con ellos para levantar construcciones, no hay traductores para explicarles proyectos que en ocasiones a ellos les conviene”, explicó.

Previo a la charla, el especialista dio una conferencia sobre la historia del chocolate, el cual según la mitología náhuatl, llegó al mundo terrenal luego de que Quetzalcóatl se robara la planta de Xocóatl del noveno cielo y se la regalara a los totonacas.