Notimex. Un par de encores, uno por parte del pianista brasileño Nelson Freire, y otro al finalizar el programa a cargo de la agrupación, y la pieza mexicana “Cielito lindo”, versión sinfónica, marcó la primera de las dos presentaciones que ofrecerá aquí la Philharmonia Orchestra, de Londres.
El concierto en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart), actividad con la que el complejo cultural festejó sus 20 años de creación, destacó por la armonía que desplegó la agrupación británica.
En la conferencia de prensa previa ofrecida en el Teatro de las Artes del Cenart, el director invitado, el reconocido conductor y pianista de origen ruso Vladimir Ashkenazy había indicado que su primera idea al ejecutar una obra era hacer justicia al genio humano que la había creado y así quedó demostrado durante el concierto.
Y es que a lo largo del primer recital, el segundo lo ofrecerán esta noche en el Auditorio Nacional, lo que prevaleció fue la exacta ejecución, la armonía puesta en cada pieza y la excelente técnica de cada uno de los intérpretes, sobre todo de los solistas, el pianista Freire y la violinista estadounidense Esther Yoo.
La primera parte del programa estuvo compuesta por las piezas “La ascensión de la alondra”, de Ralph Vaughan Williams (1872-1958), y “Concierto para piano No. 5 en Mi Bemol Mayor, Op. 73, El Emperador”, de Ludwig van Beethoven (1770-1827).
En la primera destacó la presencia como solista de la joven estadounidense Yoo, quien cumplió lo que Ashkenazy había dicho de su talento: hace justicia a cada armonía, su ejecución transmite correctamente lo que el compositor deseó al escribirla.
Los aplausos del público que llenó el foro reconocieron el talento de la violinista, que tuvo que salir tres veces al escenario para agradecer la muestra de admiración de los presentes.
Para la segunda pieza tocó el turno al pianista sudamericano, quien dejó plasmado la fuerza o delicadeza, la textura de cada movimiento, por lo que también fue reclamado tres veces por la ovación hasta que en la última debió ofrecer el primer encore de la noche.
Tras el intermedio, la orquesta filarmónica regresó para interpretar la “Sinfonía No. 1 en Do Menor, Op. 68”, de Johannes Brahms (1833-1897), composición en la que de nuevo la agrupación demostró por qué es considerada una de las mejores del mundo.
Fuerza, pasión, sensibilidad, armonía fueron visibles para los asistentes al escuchar esta pieza, ejecutada bajo la mano adiestrada del director Ashkenazy.
El público reconoció la entrega con una ovación prolongada que obligó al director a salir varias veces al escenario, para lograr que la sorpresa hiciera su aparición: en inglés el también reconocido pianista anunció que habían escogido para interpretar como encore una versión de la pieza mexicana “Cielito lindo”.
Los aplausos y expresiones de sorpresa no se hicieron esperar tras el anuncio y crecieron más con la versión sinfónica, armoniosa y, muy a la mexicana, sonora, festiva de la canción tradicional mexicana.
Vladimir Ashkenazy comenzó a tocar piano a los seis años de edad y a los ocho fue aceptado en la Escuela Central de Música del Conservatorio Piotr Ilich Chaikovski de Moscú. En 1955 obtuvo el segundo lugar del Concurso Internacional de Piano Federico Chopin, en Varsovia.
Al año siguiente ganó el Concurso Internacional de Música Reina Isabel de Bélgica y desde entonces empezó a construir su excelsa trayectoria como pianista y artista de gran creatividad.
Ha ganado varios premios, entre ellos cinco Grammy, y ha sostenido una estrecha relación con la Philharmonia Orchestra, que en 2000 lo nombró Director Aclamado y con la que se presenta cada temporada en todo el Reino Unido y en giras mundiales.
Esther Yoo empezó a tocar violín a los cuatro años, desde los seis reside en Bélgica y tras su debut a los ocho ha dado conciertos con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Finlandia, la Orquesta Filarmónica de Helsinki y la Orquesta Filarmónica de Seúl.
Su nombre empezó a destacar en 2010, cuando a los 16 años se convirtió en la ganadora más joven de la X Edición del Concurso Internacional de Violín Jean Sibelius. Con la Philharmonia Orchestra debutó como solista bajo la dirección de Lorin Maazel.
Nelson Freire comenzó a tocar el piano a los tres años y desde entonces sorprendía cuando interpretaba de memoria las piezas que su hermana mayor acababa de tocar. A los cinco años ofreció su primer recital.
En 1957, cuando contaba con 13 años, su interpretación del “Concierto para piano No. 5”, de Beethoven, le valió ocupar el séptimo puesto del Concurso Internacional de Piano de Río de Janeiro.
Se trasladó a Viena y en 1964 ganó el Concurso Internacional Vianna da Motta de Lisboa y recibió la Medalla Dinu Lipatti que otorga la Fundación Harriet Cohen de Londres. Su carrera profesional la inició en 1959 al ofrecer conciertos en las principales ciudades de Europa, Estados Unidos, América Latina y Japón.
No Comments
Comments for Conquista la Philharmonia Orchestra de Londres a público mexicano are now closed.