Guillermo Arriaga dice que quiere ‘provocar el diálogo entre seres humanos’

EFE. El director mexicano Guillermo Arriaga aseguró que la saga cinematográfica “El pulso del mundo”, en la cual dirige la primera película, “Hablando con dioses”, busca “provocar el diálogo entre los seres humanos” en un momento en el que “el mundo se descompone rápidamente”.

“El mundo sufre una serie de conflictos muy fuertes e innecesarios que podrían ser resueltos eficientemente a través del diálogo y la tolerancia”, afirmó el mexicano.

El proyecto colectivo “El pulso del mundo” es una saga compuesta por cuatro largometrajes en los que en cada uno se aborda un tema “tabú”, como la religión, la política, el sexo y los vicios, y se espera que en el proyecto participen hasta 40 directores.

El autor mexicano considera que es el momento de hablar de estos temas y dejar de “justificar” determinadas conductas. “Vamos a sacar al padre de la iglesia y preguntarle: Vamos a ver cabrón, ¿por qué te estás cogiendo a un niño de 5 años? ¿Por qué lo estás haciendo? ¿Qué ganas? No vamos a proteger estas redes”, aseveró.

En su apuesta por el entendimiento global, el artista tomó las riendas de “Hablando con Dioses”, primera parte de la saga que fue presentada el pasado 30 de agosto en el Festival de Venecia y compuesta por nueve cortometrajes de doce minutos de duración en los que, además de Arriaga, otros ocho directores plasman su visión personal sobre la religión.

En torno a las posibles comparaciones del proyecto con el documental “Zeitgeist”, el mexicano dijo que la “visión personal”, en la mayoría de los casos, supone un diálogo de mayor calado con el espectador que el generado a través de un enfoque más científico.

Cineastas de la talla del serbio Emir Kusturica, el español Álex de la Iglesia, el iraní Bahman Ghobadi, el japonés Hideo Nakata, el brasileño Héctor Babenco, la india Mira Nair, el australiano Warwick Thornton y el israelí Amos Gitai completan el elenco de directores que aportan a “Hablando con dioses” su visión particular de la religión.

“Yo soy el encargado de que exista un balance en la película. De que no se repitan temas o situaciones”, dijo el autor mexicano en torno a su labor de dirección en la cinta.

El artista también aseguró que tuvo que “rechazar hasta 7 veces” el material presentado por algunos de los cineastas. “Tengo que ver la película como un conjunto con coherencia, no como nueve segmentos separados. Fue difícil dar notas a gente a la que admiras tanto”, subrayó.

En el filme también participó el escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien se encargó de ordenar los cortometrajes que componen la película. “Él decidió darle este orden de carácter histórico. Desde la posición religiosa más fundamental con Dios y la naturaleza hasta la más contemporánea que es el ateísmo”, destacó.

Arriaga agregó a Efe que las otras películas de la saga todavía no tienen fecha de lanzamiento ya que primero necesitan lograr financiación para filmarlas.

En cuanto a su participación en las próximas cintas, el autor dijo que no las dirigirá pero que realizará labores de producción.

“Me muero de ganas de dirigir (las siguientes películas). Yo quiero trabajar con ellos pero quiero que haya una variedad de directores. Yo ya tuve mi partido”, agregó el mexicano, que realizó una comparación futbolística al asegurar que trabajar con esos cineastas fue como “jugar un partido con una selección de los mejores del mundo”.

El mexicano, que ha logrado su mayor reconocimiento por su labor como guionista en películas como “Babel” o “21 Gramos”, aseguró que considera “mucho más difícil” escribir que dirigir, dado que con la primera de las tareas “tienes que crear un mundo a partir de la nada” mientras que con la segunda “interpretas”, pero señaló que le gustan ambas facetas.

“Hablando con Dioses”, que fue exhibida en el Festival de Cine de Río de Janeiro, supone la segunda experiencia de Guillermo Arriaga como director de un largometraje, y la idea del artista es seguir escribiendo y dirigiendo.

“Mi carrera irá hacia escribir y dirigir. Escribiré solamente para mí. A menos que sea alguien que admire mucho, alguien por el que tenga una admiración especial. Alguien del tamaño de Bertolucci”, destacó.