MVS. Ante las crecientes evidencias y testimonios que señalan una posible responsabilidad de elementos de la Policía Municipal de Iguala, Guerrero en “un uso excesivo de la fuerza, una intención deliberada de ejecutar ilegal y arbitrariamente a estudiantes” y de posible omisión de autoridades estatales y federales para poner en operación “medidas de seguridad y preventivas que evitaran una segunda agresión y la desaparición de 57 alumnos normalistas, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña guerrerense Tlachinollan, demanda “una investigación independiente, expedita y eficiente de los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala; procesar y sancionar a los responsables de las ejecuciones extrajudiciales, así como a las autoridades Municipales que omitieron y consintieron graves violaciones a los derechos humanos.
Los defensores humanitarios urgen a la realización de investigaciones y acciones de búsqueda para dar con el paradero y presentación con vida de los 57 estudiantes desaparecidos y garantizar la atención integral, médica y psicológica, de los estudiantes lesionados y establecer “verdad” y “reparar integralmente los daños” a las víctimas y sus familiares.
Es necesario, agrega Tlachinollan, “garantizar la seguridad e integridad de los estudiantes que han denunciado los hechos y de las personas defensoras que acompañan en su proceso a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en acuerdo a lo establecido en la Declaración sobre el derecho y la responsabilidad de los individuos, grupos y órganos de la sociedad de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos universalmente.
Asimismo, pide la apertura de procesos administrativos y judiciales contra autoridades Estatales y Federales que faltaron a su deber de prevenir razonablemente estas graves violaciones a los derechos humanos.
El asesinato de tres normalistas rurales de Ayotzinapa, así como la situación de heridos y denuncias de desaparecidos constituyen graves violaciones a los derechos humanos que no pueden permanecer en la impunidad, reclama Tlachinollan, que ha intercedido legalmente por varios años a los estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, detalla que el pasado 26 de septiembre de 2014, en al menos cuatro eventos violentos relacionados entre sí, en las inmediaciones de la ciudad de Iguala perdieron la vida 6 personas, entre éstas tres estudiantes de la normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, 20 más resultaron heridas, uno de ellos, un estudiante que se encuentra en estado vegetativo, y 57 se mantiene sin conocerse su paradero.
“No sobra recordar que todo ésto nos remite a los eventos de diciembre de 2011, en el que se cometieron diversas violaciones graves de derechos humanos en contra de estudiantes de esta Normal, de los que todos los hechos se mantienen impunes”, apunta Tlachinollan.
Tlachinollan, el Centro Morelos y la Red Guerrerense, informan que ya asesoran a los normalistas y a los padres de familia que desconocen el paradero de sus hijos.
Sin mencionar los señalamientos de que los normalistas rurales iban a bordo de autobuses que acababan de sustraer, Tlachinollan apunta que el pasado 26 de septiembre de 2014 a las 21:00 hrs, 80 estudiantes de la Normal Rural, Raúl Isidro Burgos se dirigían a la ciudad de Chilpancingo desde la ciudad de Iguala, a bordo de tres autobuses de la empresa Costa Line, después de llevar a cabo actividades de colecta de recursos para costear los gastos de la Normal.
Al salir de la central de autobuses, con dirección a Chilpancingo, varias patrullas intentaron cerrar el paso a los autobuses, empezando a disparar de manera intermitente sin dar advertencia alguna. Después de una persecución, los normalistas fueron cercados, al posicionarse las patrullas 017, 018, 022, 027 y 028 en la parte trasera de la caravana de autobuses. Así, los normalistas descendieron de los autobuses dirigiéndose hacia la patrulla que se encontraba estacionada frente a los autobuses.
“Sin mediar palabra los Policías municipales comenzaron a disparar en ráfagas de manera indiscriminada desde las distintas posiciones, cayendo herido en ese instante Aldo Gutiérrez Solano, alumno del primer año, originario de El Refugio, Municipio de Ayutla, Guerrero, quien el día de hoy se encuentra en estado vegetativo.
Los estudiantes que se encontraban en el autobús de atrás fueron violentamente descendidos del mismo por los policías y sometidos, acostándolos en el piso, a un costado de una bodega Aurrerá. El resto de los normalistas se dispersaron en diferentes direcciones, al tiempo que los Policías municipales continuaban disparando. La balacera tuvo una duración de alrededor de cuarenta minutos”, detalla Tlachinollan.
“Los servidores público Municipales se retiraron, llevándose a alrededor de 20 normalistas detenidos en las patrullas 017, 018, 020, 022 y 028, a la vez que algunos estudiantes se reorganizaron en el lugar de los hechos, esperando que arribaran las autoridades del Ministerio Público, para dar fe de los hechos y recoger los indicios.”
A las 24.00 horas, los estudiantes hacían la denuncia del ataque a medios informativos que habían llegado al lugar, cuando del periférico norte arribó una camioneta RAM color rojo de la que descendieron varias personas con armas largas que empezaron a disparar indiscriminadamente en ráfagas.
El saldo de los eventos fue de dos estudiantes muertos, Daniel Solís Gallardo y un estudiante de primer año de licenciatura bilingüe que no ha sido aún identificado por sus familiares; además de cinco estudiantes heridos graves y dos los profesores que se encontraban ahí. Esta segunda agresión armada duró alrededor de 15 minutos.
A las 7:00 hrs. del día 27 de septiembre, los normalistas se reagruparon en la Fiscalía de la zona Norte de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero (PGJE).
Los estudiantes comenzaron a declarar sobre los hechos y solicitaron visitar los separos de la Policía preventiva para constatar la integridad física de los estudiantes que habían sido detenidos por la Policía municipal en los primeros hechos sobre la carretera; sin embargo, el Director de Seguridad Publica les dijo que no tenía a ninguna persona en los separos; les permitió verificar y efectivamente no se encontró a ningún estudiante ingresado.
Durante la segunda agresión muchos estudiantes se dispersaron por diferentes partes, por lo que a la fecha 57 estudiantes se encuentran desaparecidos, entre ellos los detenidos por autoridades municipales en los primeros hechos.
A las 16.00 hrs., estando los estudiantes en la Fiscalía dando seguimiento a las denuncia, el Ministerio Público les informó que a tres cuadras de donde ocurrieron los hechos habían encontrado el cadáver de un estudiante con visibles huellas de tortura, sin ojos y desollado del rostro; después de ser identificado por sus compañeros, éstos constataron que se trataba de Julio Cesar Fuentes Mondragón.
En este contexto, se interpuso el día 28 de septiembre de 2014, una denuncia por el crimen de desaparición de personas, en agravio de los 57 estudiantes desaparecidos, que quedó radicada bajo la averiguación previa VRA/03/2385/2014 en la PGJE en Chilpancingo. También se ha iniciado una queja frente a la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de Guerrero, concluye el comunicado.
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