Urgen fuerzas de inteligencia que supervise los circuitos financieros de lavado de dinero: expertos

MVS. Tras considerar la conformación de la Gendarmería Nacional como una medida “efectista” mediáticamente porque “no considera el problema de la delincuencia de manera integral,” el doctor en sociología Guillermo Garduño Valero, profesor-investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en seguridad pública resaltó que México tiene un total de 440 mil policías en los tres órdenes de gobierno, por lo que la Gendarmería “sólo viene a engrosar las filas y a coadyuvar en la idea del régimen del Estado mexicano de que a la delincuencia se le combate con más policías, cuando el problema es mucho más complejo, “aunque se reporta que en en México la gente no confía en la policía.

Bajo el supuesto de que la Gendarmería Nacional es una réplica de su homóloga francesa, o de los carabineros de Chile, los gendarmes van a ganar alrededor de 14 mil pesos, lo cual es un incremento importante porque en promedio un policía gana nueve mil 250 pesos. Garduño Valero destacó que se cuenta con alrededor de 367 policías por cada 100 mil habitantes y aunque se aumente esta cifra o sus ingresos, no habrá una mejora. Una fuerza de cinco mil hombres es una décima parte de lo que utiliza el crimen organizado en el caso de un cartel. En el trayecto que va desde Colombia, América Central, México y Estados Unidos los cárteles tienen más gente por lo que no es un elemento que determine un cambio; además, el crimen organizado cuenta con armamento altamente sofisticado, con misiles, radares y sumergibles que pueden recorrer amplias regiones desde Sudamérica hasta Estados Unidos; y el más importante “es la capacidad de corromper cualquier fuerza que de alguna manera pretenda combatirlos.”

“Fue precisamente -dijo Garduño- un cuerpo de esta naturaleza, como el que se está poniendo en operación, el que terminó por convertirse en delincuente, como el caso de los zetas, que es una de las organizaciones delictivas más peligrosas de la historia de este país;” por ello, señala Garduño, “se tiene que implementar algo muy diferente, se requiere crear una fuerza de inteligencia, ampliar la red de comunicación por parte del Estado, pero sobre todo supervisar los circuitos financieros para evitar el lavado de dinero, al mismo tiempo que vigilar y reorganizar los territorios donde de alguna manera están asentadas estas fuerzas.”

Pero lo más importante, finalizó, “es establecer mecanismos de depuración del aparato policiaco y judicial actuales, como elemento indispensable para lograr una mejor protección ciudadana,” dijo el experto de la UAM.