Notimex. El impuesto especial de un peso por litro a las bebidas azucaradas cumple con su objetivo, dado que en el primer trimestre del año el consumo de refresco bajó 10 por ciento y la compra de agua natural creció 13 por ciento, destacó la Alianza para la Salud Alimentaria (ASA).
De acuerdo con los resultados de su Encuesta Nacional de Obesidad, aplicada a mil 500 personas mayores de edad en su vivienda, 52 por ciento de los encuestados considera que consume menos refresco y bebidas azucaradas, pues 98 por ciento opina que ingerirlos aumenta el riesgo de padecer diabetes.
Sobre la percepción que la población tiene del gravamen, la organización que agrupa a asociaciones civiles y sociales, y profesionistas preocupados por el sobrepeso y la obesidad en México concluye que 53 por ciento mostró su apoyo al impuesto a las bebidas azucaradas, lo que representó 7.0 por ciento más que el año pasado.
Detalla que 74 por ciento conocía sobre la aprobación del impuesto al refresco y 90 por ciento de los encuestados está de acuerdo con que los recursos del gravamen al producto sea destinado a la instalación de bebederos en escuelas, un 19 por ciento más que en 2013.
El director de la organización El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo, destacó el impacto positivo del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) de un peso por litro a las bebidas azucaradas que entró en vigor este año como parte de la reforma fiscal.
Explicó que la disminución en el consumo de refresco y bebidas endulzadas se debe a que este nuevo impuesto ha incrementado la percepción de un daño a la salud, al relacionarlo con los problemas de obesidad y diabetes.
En rueda de prensa, informó que 52 por ciento de los encuestados considera que consume menos refresco y bebidas azucaradas y para 98 por ciento, el ingerir refresco aumenta el riesgo de padecer diabetes.
Respecto a la cantidad que se consume, precisa que este año, 17 por ciento aseguró beber más de tres litros, luego del 25 por ciento que en 2013 dijo ingerir dicha porción, mientras que 49 por ciento afirmó que casi nunca toma jugos industrializados, que representa 13 por ciento más que el año pasado.
Calvillo opinó que para que la estrategia del gobierno federal contra la obesidad tenga mayor impacto, lo ideal sería aumentar en 2015 a dos pesos el impuesto a los refrescos y cumplir y destinar más recursos a la instalación de bebederos en escuelas.
Recordó que la recaudación esperada por el gobierno debido al impuesto a las bebidas azucaradas en 2014 asciende a 12 mil 400 millones de pesos y para 2015 el cálculo llega a 18 mil 271 millones de pesos.
Con esa cantidad recaudada no debería existir ningún problema en dotar a todas las escuelas de dispensadores o bebederos de agua, acción que incide directamente en el combate a la obesidad, pues el agua sustituye a las bebidas azucaradas y refrescos, subrayó.
Mencionó que la atención de la obesidad implica un costo de 80 mil millones de pesos en el país, mientras que para bebederos se requerirían sólo 10 mil millones de pesos para instalarlos en todo el país en tres años.
Al respecto, la coordinadora de la Red de Acción por el Agua en México, Nathalie Seguin, recordó que para colocar bebederos en las escuelas, la Cámara de Diputados estimó una inversión de tres mil 546 millones de pesos.
De acuerdo con la encuesta de la Alianza por la Salud, 82 por ciento considera que la obesidad es grave, 85 por ciento piensa que el problema de la diabetes es muy serio y 77 por ciento opina lo mismo sobre la desnutrición.
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