Notimex. Condenada al olvido durante siglos, redescubierta por los artistas del Renacimiento y actualmente bajo una complicada labor de restauración, la “Domus Aurea” o palacio del emperador Nerón en la Ciudad Eterna abre nuevamente sus puertas al público luego de ser rescatada del que parecía un derrumbe inevitable.
Construida tras el gran incendio que en el año 64 de nuestra era destruyó Roma -y que según varios testimonios fue obra del propio Nerón-, la “Domus Aurea” (o “Casa de Oro” en latín) reabrirá a partir de este domingo luego del traumático derrumbe de marzo de 2010, cuando se desprendieron unos 60 metros cuadrados del techo de la Galería Trajana.
Ese desplome pospuso la reapertura del monumento, que ya había sido cerrado en 2005 luego de que en 1999 se anunciara triunfalmente al mundo su rescate.
El problema es que la “Domus Aurea” quedó sepultada durante siglos y actualmente se encuentra abajo del parque del Colle Oppio, una pequeña colina ubicada frente al Coliseo, en donde en el año 104 de nuestra era Apolodoro de Damasco inició la construcción de las Termas de Trajano y transformó la villa de Nerón en su base subterránea.
Pero el palacio comenzó a ser saqueado ya desde el suicidio del emperador (en el año 68 después de Cristo), con la frenética urgencia de borrar toda huella de época neroniana.
Sus puertas hacia el exterior fueron clausuradas, el nivel superior derribado y el inferior fue reforzado con muros que crearon varias galerías cubiertas, mientras el lago artificial que adornaba sus jardines fue desecado para dar paso a la construcción del Coliseo.
En la presentación a los medios de la “Domus Aurea”, la directora científica del monumento, Fedora Filippi explicó que el proyecto de recuperación contempla una extensión de 16 mil metros cuadrados, 153 estancias o ambientes conocidos, 250 metros de frente en el Colle Oppio por 12 metros de altura, por un total de 30 mil metros cuadrados de superficie decorada con estuco y frescos.
Para los trabajos han sido ya destinados más de 18 millones de euros (unos 23 millones de dólares), por una cifra total que deberá llegar a unos 31 millones de euros (más de 40 millones de dólares) en el 2018, cuando está prevista la conclusión de la restauración, dijo el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini.
Con decoraciones revestidas con capas de oro que le dieron su nombre, la Domus Aurea contaba también con otros elementos extravagantes, como techos incrustados con piedras semipreciosas y láminas de marfil, según testimonios del escritor Plinio el Viejo, que fue testigo de su construcción.
La residencia del emperador acusado del incendio de Roma llegó a comprender las colinas del Palatino, del Esquilino y parte del Celio, con una extensión de unas 250 hectáreas. La mayor parte de la superficie estaba ocupada por jardines, con pabellones para fiestas o en los que residían los huéspedes.
Nerón también ordenó construir una colosal estatua de bronce de él mismo, de 35 metros de altura en la que aparecía con la túnica de Apolo. Ubicada frente a la entrada principal del palacio, la estatua fue removida tiempo después por decisión de Adriano para dar lugar al templo de Venus y Roma y al Coliseo.
De acuerdo al arqueólogo Leonardo Guarnieri, Nerón pudo disfrutar muy poco de su palacio si se considera que comenzó a construirse en el año 64 y en el 68 el emperador se quitó la vida.
Recordó que la Domus Aurea tenía dos comedores principales al lado de un patio octagonal semicubierto de una cúpula con una gigantesca claraboya central que dejaba entrar la luz del día.
Otros testimonios antiguos señalan que los arquitectos Celere y Severo crearon un ingenioso mecanismo movido por esclavos que hacía girar el techo de la cúpula como si fuera el cielo concebido por la astronomía antigua, al tiempo que se rociaba el ambiente con perfumes y pétalos de rosa que caían sobre los participantes en los banquetes.
Sin embargo, 40 años después de la muerte de Nerón el palacio ya estaba completamente sepultado por otras construcciones lo que, paradójicamente, permitió que los llamados frescos “grotescos” pudieran sobrevivir, pues la tierra y arena que cubrió a la Domus Aurea sirvió como protección de la humedad.
Fue hasta finales del siglo XV cuando, accidentalmente, un joven que pasaba por el Colle Oppio cayó en una grieta y descubrió las grutas subterráneas llenas de pinturas y frescos.
Inmediatamente los jóvenes artistas de la época, entre ellos Miguel Angel Buonarroti, Raffaello o el Pinturicchio comenzaron a hacer hoyos aún visibles en el techo de la Domus Aurea, para descender con cuerdas y admirar los frescos, que les sirvieron de inspiración en la realización de sus propias obras.
El descubrimiento del palacio, sin embargo, causó que la humedad invadiera las salas, con lo que inició el lento proceso de decadencia.
En la reapertura del palacio a los medios, Franceschini confirmó que la humedad, las raíces de los árboles del parque que cubre a la Domus Aurea y las infiltraciones de agua son los principales enemigos del monumento.
Por ello, dijo, el proyecto de rescate prevé eliminar el actual jardín, continuar las excavaciones arqueológicas con la exposición de la superficie antigua y actividades de consolidación y reforzamiento estructurales.
Asimismo, la Domus Aurea será cubierta por el llamado “Sistema integrado de protección”, con capas de tierra y arena hasta 70 por ciento más ligeras que las actuales, que servirán de cojín entre las partes superiores del palacio y el nuevo jardín.
“No será una simple impermeabilización, sino un sistema integrado de varias capas que tiene como objetivo mantener el grado adecuado de humedad en los ambientes interiores del monumento, con un sistema de monitoreo constante”, explicaron los técnicos que participan en el proyecto.
El ingreso del público a la Domus Auera solamente será posible los fines de semana, en pequeños grupos y la duración de cada visita no podrá durar más de 90 minutos, precisó Filippi.
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